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lunes, 21 de abril de 2025

Zman Plitateinu!

Había una vez un judío que había alquilado una posada al poretz local, pero no lograba reunir el dinero para pagar la exorbitante renta (qué sorpresa, ¿no?). Le pidió al poretz una prórroga de un año, y aunque a regañadientes, el poretz accedió. Pero el año pasó volando, y la situación no había mejorado: seguía sin poder pagar.

Ya temiendo por su integridad física —y la de sus muebles—, él y su esposa empacaron todo, subieron a los chicos a la carreta y salieron huyendo en plena noche, bien al estilo “operación escape”.

Pero justo al salir del pueblo, se encontraron de frente con el poretz, que regresaba de un viaje.🤦‍♂️

 “¡Moshkeh! ¿A dónde va usted con toda su familia y esa carreta cargada, y a estas horas?”, preguntó, sorprendido.

“Ah, estimado poretz", respondió Moshke con rapidez, "se acerca una festividad judía, y vamos a celebrarla con la familia”.

“¿Una festividad? —replicó el poretz, confundido—. ¡Yo pensaba que conocía todas sus fiestas! ¿Cuál es esta?”

“Esta se llama חַג פְּלִיטָתֵנוּ "Jag Pletateinu" ["la festividad de nuestra huida”].

El poretz frunció el ceño. “¡Pues más vale que regreses pronto con el dinero que me debes!”

A la mañana siguiente, intrigado, el poretz notó que en el shtetl todo transcurría con total normalidad. Llamó a un judío y le preguntó: “¿Por qué no están preparando la festividad que empieza ahora?”

“El honorable poretz debe estar confundido”, respondió el hombre. “No hay ninguna festividad en el calendario”.

“¡Pero anoche Moshkeh me dijo que se iba a celebrar Jag Plitateinu!”, exclamó el poretz.

“Ah, claro, esa festividad —asintió el judío con una sonrisa—. Esa sí la celebramos… pero cada familia elige cuándo es su momento apropiado”.

*

Pésaj es Zman Jeirutenu, el tiempo de nuestra libertad, para todo el pueblo judío. Pero cada uno de nosotros tiene su propio "Mitzraim", sus limitaciones y desafíos personales. Por eso, la verdadera libertad se experimenta de forma única en cada alma y en cada etapa de la vida.

A medida que crecemos y cambiamos, también lo hacen nuestras luchas. Y es precisamente ahí donde la Torá —eterna y viva— nos guía, ofreciéndonos nuevas capas de sentido y redención. Porque la libertad no es un evento, es un viaje constante, y cada quien tiene su propio Jag Plitateinu.

Pesaj Casher Vesameaj!

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