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lunes, 16 de diciembre de 2024

La primera celebración y Seudat Hodaá de Yud Tet Kislev con el Alter Rebe

Una vez, en un año en que el 19 de Kislev cayó un viernes, después de las Tefilot de Kabalat Shabat y Maariv, el famoso jasid Reb Itzjok-Aizik de Homil entonó el Kidush con la melodía festiva y característica de Simjat Torá, sobre una copa de un fuerte licor. Luego, después de que todos los presentes también recitaron el Kidush, anunció que nos haría un regalo: nos contaría todo acerca de la primera Seudat Hodaá de Yud Tet Kislev con el Alter Rebe (Rabí Shneur Zalman, fundador de Jabad), celebrada en Liadí en 1801.

"Dos meses antes", comenzó a relatar, "en Tishrei, los jasidim más veteranos habían percibido que algo especial estaba por suceder para Yud Tet Kislev ese año. En Shminí Atzeret y Simjat Torá, el Rebe estaba extraordinariamente alegre y en varias ocasiones les dijo a sus hijos y al círculo íntimo de ancianos jsidim que, por diversas razones (místicas), no había aceptado la sugerencia que sus jasidim le hicieron tres años antes, tras su milagrosa liberación de la prisión en 1798, de establecer el 19 de Kislev como un día de fiesta pública con Seudá y celebraciones. Tampoco él mismo había realizado aún una Seudat Hodaá, (una comida festiva de agradecimiento), aunque esto era considerado un evento de Mitzvá y tenía la obligación de hacerlo.

A partir de todo esto, los jasidim concluyeron, sin lugar a dudas, que el Rebe les instruiría organizar una comida festiva de este estilo cuando llegara el 19 de Kislev, y que él mismo participaría en ella.

Por lo tanto, a principios de Kislev, nosotros, los jóvenes de Homil, Babroisk y otras ciudades cercanas, reunimos todo el dinero que teníamos, alquilamos una carreta y compramos una docena de pares de volikess (botas de invierno forradas de fieltro). Partimos todos juntos a pie, aunque tomábamos turnos para descansar en la carreta. En Brohackov, Yajov y Shklov se fueron sumando más personas, quienes alquilaron dos carretas adicionales. Para el jueves de la semana en que se lee la porción de Vayishlaj, finalmente llegamos —¡éramos ochenta personas!— a Liadí.

Ese Shabat previo a Yud Tet Kislev fue uno de los más maravillosos jamás experimentados por los jasidim. Durante aquel Shabat, el rebe pronunció tres Maamarim: uno antes de Kabalat Shabat, el segundo antes del amanecer y el tercero después de Minjá. Los estudiantes locales, junto con los invitados, repasaron los discursos oralmente bajo la guía de los Joizrim, cuya tarea era memorizar las enseñanzas del rebe y preservarlas fielmente para sus oyentes.

El domingo y lunes, la gente comenzó a llegar a Liadí de todos lados, de cerca y lejos: desde Kiev, Tatarsk, Jotemsk, Jaslavitch, Amjislav, Klimovitch, Pahar, Pochip, Dubrovna, Orsha, Krupka, Tolchin, Barisov, Babinovitch, Dobromishl, Lubavitch, Rodnia, Liozna, y otros pueblos y aldeas de las regiones de Vitebsk y Polotzk. Los habitantes de Liadí anunciaron que todos los huéspedes recibirían comidas sin costo durante una semana completa, hasta después del siguiente Shabat.

Incluso los habitantes no-judíos del pueblo participaron, en cierta medida, en el espíritu de hospitalidad que impregnaba el ambiente. Varios de ellos despejaron sus casas para alojar a los huéspedes que llegaban de lejos. El más destacado fue el administrador de las propiedades del Conde Liubemirsky, quien comunicó a la comunidad judía que todos los días se enviaría un cargamento de alimentos desde las propiedades del Conde, consistente en 75 pud (un pud = 16 kg) de harina, tres vacas y varios terneros para se les haga Shejitá. Además, aportaría varias carretas cargadas de heno para los caballos de los invitados.

El martes, el 19 de Kislev, se anunció que después de un rezo temprano de Minjá, todos debían reunirse en el Beit Midrash que se encontraba en el gran patio, donde el Rebe pronunciaría un Maamar. La abarrotada sinagoga fue sacudida por la potente voz de Reb Shmuel Eliahu der Heizeriger ("el ronco", llamado así en tono jocoso por su rugido atronador; su "¡Shaaaaa!" [¡silencio!] era capaz de estremecer toda la sala). Anunció que el Rebe llegaría pronto y que todos debían guardar silencio. Esta fue la señal para que un grupo de fornidos jóvenes jasidim se abrieran paso entre la multitud, dejando un amplio camino desde la puerta hasta el estrado.

"Tan pronto como el Rebe apareció en la puerta, nos invadió un pavor temible", recordaba claramente Reb Itzjok-Aizik. "Cuando entró, el rebe cantaba la melodía de 'Tzeena Ureena', tomada del Shir Hashirim. Lo acompañaban sus hermanos a ambos lados, luego un tercer hermano y dos ancianos conocidos detrás de ellos; sus tres hijos seguían, con el Tzemaj Tzedek (su nieto y futuro tercer Rebe) detrás de ellos. Al subir los escalones del estrado, entonó la melodía que compuso para las palabras del Tehilim 118: 'Keili Ata Veodeka' - 'Tú eres mi Di-s y te alabaré'". En el estrado había una gran mesa en la que el Rebe se sentó y pronunció un discurso exponiendo el versículo del Tehilim 55: 'Padá Beshalom Nafshi' - 'Ha rescatado en paz mi alma'. Al finalizar su discurso, toda la congregación estalló en una alegre melodía.

En el pequeño salón de estudio utilizado para Yejidut se había preparado una mesa para una Seudá de agradecimiento. Esta fue atendida por el Rebe, sus hijos y hermanos, y algunos Jasidim ancianos distinguidos. El hijo del rebe, Reb Moshe, nos repitió, después de varias solicitudes, las charlas que el rebe había dado en esa comida, pero solo con la condición de que no las transmitiéramos a nadie. "Por esa razón", exclamó Reb Itzjak-Aizik, "no puedo contarles todo lo que se dijo en la mesa. Sin embargo, puedo compartirles una declaración del Rebe de aquella oportunidad:

'He recibido una tradición de mi Zeide (así llamaba el Alter Rebe a su abuelo espiritual, el Baal Shem Tov - el maestro de su maestro) de que la tontería, la melancolía y el orgullo en la propia valía son considerados por los Jasidim como equivalentes a Averot Deoraita (transgresiones explícitas en la Torá). Del mismo modo, la inteligencia con buen sentido, la alegría -al percibir en todo el elemento de bondad que trae alegría- y el entusiasmo templado con deliberación, son considerados por los Jasidim como equivalentes a Mitzvot Deoraita (mandamientos explícitos en la Torá')."

domingo, 8 de diciembre de 2024

La falsificación de una letra que llevó al arresto del Miteler Rebe

"Puedes hacer todo lo que quieras, no tengo miedo de tus calumnias y denuncias" - esta fue la firme y decisiva respuesta del Rebe a aquel hombre vil, que intentó extorsionarlo amenazando con denunciarlo a las autoridades.

Esto sucedió en el año 1826 (5586). En la ciudad de Lubavitch, Jasidut Jabad era dirigido por el Miteler Rebe, Rabi Dobver, el hijo del Baal HaTania. Él era reverenciado no sólo entre los judíos, sino que incluso los gentiles circundantes lo reverenciaban y lo llamaban 'Svittoi Rabi'n' (El Santo Rabino).

Y de repente los jasidim se enteraron de que una grave denuncia había sido presentada ante el gobierno ruso contra el Rebe. Poco a poco se fueron aclarando los detalles.

Un año antes, Reb Pinjos Raises, uno de los mayores jsidim del Baal HaTania y del Miteler Rebe falleció en Lubavitch. Era un hombre muy adinerado y el hombre de confianza de los Rebeim. No tuvo hijos y toda su propiedad fue heredada por su sobrino, que era un hombre malvado.

El heredero encontró entre los bienes de su tío una carta que el Rebe le había escrito cuando hizo su viaje a Lubavitch después del falleciemiento de su padre, el Alter Rebe. Durante el viaje, acumuló una suma de 4.000 rublos de plata y el Rebe le escribió a Reb Pinjos al respecto y le pidió que dos personas más se unieran a él y se encargaran de la distribución del dinero a los necesitados.

Un vil complot comenzó a gestarse en la mente del sobrino. Se dirigió al Rebe y trató de extorsionarlo, amenazándolo con acusarlo de recolectar dinero con fines clandestinos. El Rebe respondió que no le tenía miedo y que no le daría ni un centavo.

El hombre llevó a cabo sus amenazas. Con la ayuda de gente perversa como él, prepararon un informe detallado ante las autoridades. En la carta del Rebe se hizo una leve falsificación: donde estaba escrito cuatro mil (ד' אלפים), los informantes agregaron la letra ק, y así parecía que el Rebe había recolectado ciento cuatro mil rublos de plata, una enorme fortuna. Los denunciantes argumentaron que el Rebe estaba enviando un soborno al sultán turco y acusaciones similares. También afirmaron que el Beit Midrash del Rebe era construido de acuerdo con las dimensiones del Templo y similares.

En Motzaei Shabat de Parashat Noaj del 5587, los oficiales investigadores, acompañados por policías, llegaron a la casa del Rebe. Hicieron una búsqueda exhaustiva por toda la casa. Otro escuadrón de policías allanó el Beit Midrash del Rebe.

Mientras tanto, una gran multitud se fue reuniendo alrededor de la casa. Desde allí se escuchaban las súplicas de los familiares. El único que estaba tranquilo y sereno era el propio Rebe. Estaba sentado en una de las habitaciones y escribía un Maamar de Jasidut. Después comenzó a recibir en Yejidut a diversos invitados.

Por la mañana, subieron al Rebe a un coche de la policía y partió hacia Vitebsk. El rumor acerca del arresto del Rebe se extendió rápidamente. En cada pueblo por donde pasaba la carreta, cientos de judíos salían a saludarlo. Según un acuerdo especial alcanzado por aquellos que intercedieron en pos del Rebe, el viaje se realizó por etapas y con pausas, para no agotar al Rebe, cuya salud era débil.

Cuando la caravana llegó a Liozna, el Rebe fue llevado a la Central de Policía y puesto bajo fuerte vigilancia. ¡Poco a poco se supo que estaba acusado de rebelión contra el gobierno!

El Rebe estuvo encarcelado durante un mes y diez días, pero desde el principio le fueron dadas condiciones especiales. A tres de sus colaboradores más cercanos se les permitió acompañarlo, y tres veces al día los guardias permitieron la entrada de veinte judíos para las Tefilot. Dos veces por semana, al Rebe se le permitió decir palabras de Jasidut frente a cincuenta personas, esto después de que el médico del Rebe les explicara que decir Jasidut constituía para él la esencia de su vida, una necesidad vital concretamente.

Durante todo ese tiempo se realizó mucho trabajo y presión por parte de autoridades de las comunidades y diversos contactos en pos del Rebe. Los ministros, que escucharon acerca de la grandeza del Rebe, se apresuraron a trabajar por su liberación. El propio Rebe fue citado a numerosos interrogatorios, en los que pudo demostrar que no tenía ningún vínculo con el sultán turco, y que no tiene intención alguna de ocupar el lugar del Zar...

Al finalizar las investigaciones, un resumen fue presentado al Ministro de Interior. Revisó el material de la investigación, quedó impresionado por las respuestas del Rebe y decidió tener una confrontación directa entre él y el acusador.

En el día señalado, el Rebe vistió sus ropas blancas de Shabat y su apariencia era como la de un Malaj (ángel) de Hashem. Al entrar en la sala, su apariencia impresionó al ministro, y fue recibido con gran respeto, y,  modo inusual, ordenó a sus asistentes que le trajeran una silla para sentarse.

Comenzó el enfrentamiento. El acusador comenzó a lanzar sus acusaciones y el Rebe las desestimó una por una. Durante el intercambio, el acusador se dirigió al Rebe con el término 'Rebe'. El Rebe inmediatamente se dirigió al Ministro: "Mire usted, dice de mí que soy un fraude y un rebelde contra el Reino, y ahora me llama Rebe..."

Esto lo dejó al delator avergonzado, y de ahí en adelante se confundió y decía cosas incoherentes, hasta que el ministro le dijo: "¡Deje de ladrar!". Avergonzado, sacaron al delator del salón, mientras que el Rebe fue llevado respetuosamente a su habitación, con la promesa de que su liberación estaba cerca.

El 10 de Kislev, mientras el Rebe leía los capítulos de Tehilim de la lección diaria, se le notificó su liberación. Más tarde reveló que recibió la feliz noticia exactamente cuando decía el versículo (en el capítulo 55): "Rescató mi alma en paz".