Rab Shmuel, el cuarto Rebe de Jabad, acostumbraba a menudo a recibir gente para una conversación personal, un Yejidut. Durante estos encuentros, a menudo sudaba profusamente, se disculpaba a sus visitas, pausaba por un momento la recepción e iba a cambiarse sus ropas. Cuando le preguntaron la razón de esto, explicó: "Cuando recibo a alguien lo recibo y escucho vistiendo vestimentas mías, de mi alma.
Pero para entender sus palabras desde su punto de vista, me tengo que quitar mis ropas y ponerme en su ropa. Después de escucharlo, tengo que volver a vestirme mis Lebushim para considerar el problema desde mi punto de vista. Cuando quiero darle la respuesta correcta, debo expresar mi consejo en las palabras adecuadas acorde a la persona que se dirige a mí, para esto vuelvo a investirme en sus Lebushim. Ahora, probablemente te darás cuenta el esfuerzo físico que todo esto implica, al punto de sudar, por lo que me tengo que ir a cambiar mis ropas."
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En la Parashá de esta semana, la Torá nos describe la Avodá del Kohen y nos cuenta que cuando el Kohen saca las cenizas del Mizbeaj (altar) afuera del campamento debía cambiarse de ropa "y se quitará sus ropas y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar puro". Rashi explica: dado que el quitar las cenizas podría ensuciar las prendas del Kohen, la Torá aconseja que se cambie de ropa para este propósito, y Rashi dice: No es obligación sino más bien Derej Eretz; la Torá nos da una lección de buenos modales y cortesía: 'Con la ropa con la que cocinó una olla de comida a su amo, no le sirva una copa". Cada trabajo tiene su ropa adecuada.
Se puede aprender de esto una lección para nuestras vidas: cuando se trata de Avodat Hashem no hay que rechazar ningún trabajo, por un lado, puede ser que sea quien haga los sacrificios en el Mizbeaj y por otro lado el que saque las cenizas fuera del campamento; puedes por un lado ser un gran rabino que enseñe a miles de personas y por otro lado ayudar a un Yehudi que te viene a consultar algo de su sencilla vida cotidiana. Por un lado, invertí en la Tefilá, que sea una Tefilá personal e interna, en el estudio y crecimiento en Torá, pero por otro lado no te olvides de tu hermano que necesita tu ayuda material o espiritualmente; solo que entre las diferentes tareas tienes que cambiarte las ropas y adaptarte a cada situación, cuando estés ocupado en tu Avodat Hashem personal, ensimismate en ti mismo y olvidate del mundo; cuando estés ocupado ayudando a otros olvidate de ti mismo y entregate por completo a él.
Yehi Ratzón, que sepamos elegir la ropa adecuada para cada situación, adaptarnos y estar realmente allí, y que muy pronto merezcamos la Avodá en el Beit Hamikdash en su gloria con la Gueulá completa.
Shabat Shalom
Rab Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok Tailandia
Traducido por JasidiNews
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