Yom Hilula del Rebe Rashab, fundador de Tomjei Tmimim.
En este día tan especial, el Rebe indicó aprovecharlo de varias maneras:
- Estudiar un Perek de Mishnayot que comience con una letra de su nombre.
- Estudiar algo de la Torá del Baal Hailula.
- Aumentar en Avodat Hatefila.
- Aumentar en Tzedaka en este día.
- Hacer un Farbrenguen donde se tomen buenas Hajlatot.
Un Maise del Baal Hailula
En el tren con los cosacos
En el año 5679, luego de la Revolución Comunista, estalló en Rusia una guerra civil. La guerra entre los comunistas, llamados "rojos", y los que no estaban dispuestos a recibir un régimen comunista, los llamados "blancos". En aquella guerra sufrieron por sobre todo los Yehudim, ya que entre los comunistas se encontraban muchos Yehudim, y esto ya era suficiente causa a los ojos de los "blancos" para realizar terribles progroms contra los Yehudim. Decenas de miles de Yehudim fueron asesinados y saqueados en aquella guerra. Los más crueles de entre los "blancos" fueron los Cosacos; un Yehudi que se cruzaba con un cosaco, implicaba un peligro mortal.Los cosacos emprendieron lucha principalmente en la ciudad de Rostov. En aquel tiempo el Rebe Rashab vivía allí en la ciudad, y a pesar del peligro que entrañaba, muchos Jsidim llegaban hasta allí, a lo del Rebe. Entre aquellos que viajaron al Rebe para los Jaguim, estaba Eliezer Nanes, de 17 años, un alumno de la Yeshive Tomjei Tmimim.
Al día siguiente a Yom Kipur, ya bien entrada la noche, fue llamado por sorpresa Eliezer a lo del Rebe. Eliezer se apuró a entrar en la habitación de su Rebe. Sobre la mesa había un sobre cerrado. El Rebe le pidió a Eliezer que lleve con urgencia esta carta al Rob de la ciudad de Yekatrinoslav, a Reb Leivi Itzjok Shneersohn (el padre del futuro Rebe, Nosi Doreinu).
Eliezer se apresuró en cumplir su misión, consiguió un boleto del tren que salía al mediodía del día siguiente. Compró un boleto de primera clase, ya que los cosacos solían viajar en aquellos trenes en la clase económica, y quería evitar el encontrarse con ellos.
A la mañana siguiente, antes de emprender viaje, entró de nuevo a lo del Rebe para pedirle una Broje por su viaje, "Viajo solo, y este viaje es muy peligroso", le dijo Eliezer al Rebe.
El Rebe lo observó con cara de asombro "un Talmid de Tomjei Tmimim dice que viaja solo?! Hakadosh Baruj Hu está en todo lugar, מלא כל הארץ כבודו!"
"Pero los cosacos andan por todos lados y atacan a los Yehudim!" le dijo Eliezer. El Rebe suprimió sus miedos y le dijo: " מלא כל הארץ כבודו, incluso entre los Cosacos! Viaja en paz y no tengas miedo."
Cuando abrió Eliezer la puerta de su vagón en el tren e ingresó, se le ensombrecieron sus ojos. Decenas de cosacos estaban acostados sobre las camas y asientos e incluso en las butacas destinadas al equipaje. Conversaban entre ellos de manera muy burda y grosera, y a los gritos. Un pánico y susto envolvían a Eliezer. Al principio pensó salir del tren, pero ya era demasiado tarde, las puertas se habían cerrado y el tren se había puesto en marcha. Buscó para sí un rincón tranquilo en la punta del vagón e intentó no resaltar demasiado, sino quedar desapercibido.
El tren viajaba lentamente y paraba en varias estaciones. Un viaje que supuestamente no tomaría más de 18 horas, resultó extenderse unas 72 horas. Y Leizer sentado en la punta temblando de miedo.
El primer día del viaje lo pasó en paz. A la mañana siguiente se despertó Eliezer bien temprano, para poder alcanzar a rezar antes de que se despierten sus compañeros de viaje, los cosacos. Se puso los Tfilin y comenzó a rezar. Luego de algunos minutos, se despertó uno de los cosacos, y Eliezer notó que lo veía con una mirada aguda.
Este cosaco se levantó de su cama y fue a buscarse una botella de vodka. Cuando ya todos sus camaradas se habían despertado este ya se había bajado más de la mitad de la botella. Con el alcohol encima, sacó el cosaco su pistola, apuntando hacia Eliezer y diciendo: "vean a este judío descarado, no solamente que tuvo la osadía de meterse en nuestro vagón, sino que esta mañana lo vi rezando como lo hacen los judíos!"
"Ven ustedes estas nueve marcas sobre mi pistola? Son equivalentes a los nueve judíos que ya liquidé. Ahora me surgió la oportunidad de matar a un décimo. Me gano el paraíso, ja ja ja...!
Y gritos de exclamación y aliento se oyeron de sus camaradas; uno de ellos se levantó y le dijo: "una lástima gastar tu bala con este pobretón, será mas divertido arrojarlo por la vía del tren y ver como se hace pedazos"
Eliezer seguía en su esquina haciendo como que no oía, a pesar de haber escuchado cada palabra. Intentó fortalecerse con la Broje del Rebe, pero el miedo y pánico lo dominaban por completo y todo su cuerpo comenzó a temblar.
El tren estaba pasando por un cerro, y los cosacos decidieron esperar hasta que llegue a la cima para entonces arrojarlo por la ventana...
Eliezer estaba preparándose para lo peor...cuando de repente se levanta el más veterano de los cosacos, un rengo, que les dijo a sus compañeros: "Oigan soldados! Yo vivo en Rostov, frente a mi casa vive un Rabino, al que miles de judíos acuden y acatan cada palabra que sale de su boca. Todos saben que nuestro enemigo más grande es el partido comunista, y ellos odian a los judíos observantes, que mantienen su tradición y fe, más incluso de lo que nos odian a nosotros. Este muchacho es un seguidor de ese Rabino. Si lo matan los comunistas se alegrarán, y ¿por qué alegrar a nuestros más acérrimos enemigos? Déjenlo."
El resto de ese viaje lo pasó Eliezer sin miedo ni preocupación. Los cosacos no le hicieron nada. Eliezer vio en concreto cómo se había cumplido la palabra del Rebe, que מלא כל הארץ כבודו, también entre los cosacos.
(De Raboteinu Nesieinu) ***
Para ver post anterior sobre el Rebe Rashab, (sus Nigunim, etc): Aquí
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