22 de Shvat
Historia #2
El Sr. Isaac Milstein contó:
“Mi familia emigró de Rusia a Israel y en 5738 (1978) nos mudamos a Nueva York. Mi madre encontró trabajo como estilista en Freeda Wigs en Crown Heights. Una vez, la Rebetzin llamó al local y pidió hablar con la gerente, la Sra. Kugel. Mi madre, quien atendió el teléfono, dijo: “La Sra. Kugel salió, ¿quiere dejar un mensaje?” y preguntó quién hablaba. La Rebetzin respondió pidiéndole que le comunicara que la Sra. Schneerson había llamado y le preguntó si la Sra. Kugel podía devolverle la llamada en otro momento.
Fue en ese momento cuando mi madre se dio cuenta de que estaba hablando con la Rebetzin. Emocionada, exclamó: ‘¡Rebetzin! ¡Es un gran honor hablar con usted! Le transmitiré el mensaje”. La Rebetzin le dijo entonces a mi madre: “Puedo oír en tu voz que estás afligida por algo, ¿está todo bien?”
Ante esta muestra de sensibilidad, mi madre no pudo contener las lágrimas.
Entre sollozos, le explicó que nuestra familia había emigrado recientemente a Estados Unidos y que, de repente, mi abuela había enfermado gravemente. Los médicos habían pronosticado que solo le quedaban unos pocos meses, o un año como máximo, de vida.
La Rebetzin entonces comenzó a hablar en ruso y le dio una Brajá para que mi abuela se recuperara y que saliera de esa difícil situación en paz. Y así fue. Contra todas las sombrías predicciones de los médicos, mi abuela no solo se recuperó sino que vivió otros 23 años, desde 5738 hasta 5761(2001).”
Esta historia revela no solo el poder de una Brajá de la Rebetzin, sino también su excepcional capacidad para percibir el dolor y la sensibilidad de los demás, incluso en un breve diálogo. Su empatía y comprensión hacia los demás son verdaderamente destacadas.
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