En su primera visita a los Estados Unidos en el año 5690 (1930), el Rebe Anterior, Rabí Yosef Itzjak Schneersohn, visitó, entre otros lugares, la ciudad de Filadelfia.
En un evento de bienvenida organizado en su honor, el Rebe habló acerca de la importancia de cuidar el Shabat. Al día siguiente, los periódicos judíos reportaron el evento y destacaron las palabras del Rebe sobre la observancia del Shabat.
Un grupo de judíos residentes en la ciudad decidieron solicitar una reunión con el Rebe para preguntarle cómo podía exigir algo tan aparentemente inalcanzable, dado que, según ellos, era prácticamente imposible encontrar un empleo en los Estados Unidos que no requiriera trabajar en Shabat.
El grupo entregó una nota a través de los secretarios del Rebe, expresando su deseo de conversar acerca del asunto de la observancia del Shabat. Además, pidieron que la reunión no se programara muy tarde, ya que al día siguiente debían ir a trabajar. Para su sorpresa, el Rebe pidió que sean los primeros en entrar. Cuando entraron, el Rebe les ofreció gentilmente cigarrillos y les explicó que los había llamado primero porque todos los demás que vienen a verlo generalmente piden bendiciones por salud, sustento, matrimonio, etc., pero ellos eran los primeros que venían a hablar acerca del cumplimiento de la Torá y las Mitzvot.
Ellos les presentaron su planteo y argumentos al Rebe, quien les respondió que, si realmente no podían encontrar un trabajo que les permitiera observar el Shabat, él no puede juzgarlos por ello. Sin embargo, les explicó que el Shabat incluye muchas Mitzvot positivas y prohibitivas, cada una independiente de la otra. Por lo tanto, deberían esforzarse por cumplir todas las que sí estuvieran a su alcance.
El Rebe compartió con ellos una anécdota de su encarcelamiento dos años atrás, cuando le confiscaron su Talit y sus Tefilín. Aquel día no pudo rezar con ellos, pero no dejó de rezar. Hizo lo que pudo y rezó la Tefilá de Shajarit sin los Tefilín.
Luego, el Rebe les dio un ejemplo práctico: "Veo que todos ustedes fuman. ¿También fuman en el trabajo?". Cuando respondieron que sí, el Rebe les dijo: "Aunque se vean obligados a ir a trabajar, eso no significa que tengan que fumar en Shabat." También les preguntó si podían ir caminando al trabajo en lugar de usar transporte y les dio otras sugerencias prácticas, enfatizando que debían evitar profanar el Shabat tanto como les fuera posible.
El grupo internalizó estas palabras y decidieron esforzarse, cada uno según su capacidad. Con el tiempo, las personas y colegas que los rodeaban notaron el esfuerzo que hacían por evitar la profanación del Shabat. Cada vez que surgía un empleo que permitiera la observancia del Shabat, se lo ofrecían a ellos. En cuestión de pocos meses, todos los miembros de aquel grupo se volvieron observantes plenos del Shabat.