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lunes, 19 de agosto de 2024

Salvando a un Yehudi antes de tomar una grave decisión de la manera más original

Un hombre llamado Jaim vivía en Montreal, Canadá. Debido a grandes dificultades económicas, Jaim decidió mudarse a una parte desconocida de Canadá, pensando que le iría mejor allí, tomando en consideración su Parnasá y la de su familia. Cuando el Tosher Rebe, Rab Meshulam Feish Segal-Lowy זצ"ל, se enteró de las intenciones de Jaim, procuró entender las razones que lo llevaron a tomar semejante decisión.

El Rebe, que era conocido por su gran compasión y צדקות, le hizo algunas preguntas como ser si tendría un Minian estable, una Mikve y un Jeider en esta nueva ciudad. Lamentablemente, Jaim admitió que no iba a contar con estos aspectos esenciales de la vida judía en su nueva ciudad.

El Rebe se sintió mal al oír esto y buscó una razón más profunda la cual haya llevado a Jaim a tomar semejante decisión, que cambiaría su vida. Con honestidad y franqueza, Jaim le contó al Rebe un incidente lamentable que había quebrado su Bitajón y afectado significativamente sus circunstancias en la vida.

Durante un viaje de negocios a Amberes, viajaba con una cantidad sustancial de dinero y, trágicamente, el dinero desapareció en el aeropuerto. De alguna manera se lo robaron y se quedó sin un centavo. Buscó por todas partes pero no pudo encontrarlo. Abrumado por la desesperación, regresó a Montreal agobiado por el peso de sus problemas financieros.

El Tosher Rebe quedó conmovido ante la historia de Jaim y trató por todos los medios posibles evitar que Jaim se vaya de la ciudad, ofreciéndose a ayudarlo con sus problemas financieros, pero Jaim estaba decidido a mudarse y comenzar de nuevo, sin importar lo que el Rebe dijera u ofreciera. A regañadientes, el Rebe observó cómo Jaim se preparaba para partir.

Al día siguiente de su conversación, un extraño se acercó a Jaim en la calle. Por alguna razón, este extraño le pareció familiar y Jaim le dijo: “¿Te conozco de algún lugar? Me pareces familiar.”
El corazón de Jaim dio un vuelco cuando el extraño respondió. “He cargado con una carga de culpa desde aquel día en el aeropuerto”, confesó el extraño. Jaim se sorprendió. El hombre dijo: “No podría vivir sabiendo que había tomado tu dinero. Me ha agobiado todos los días desde entonces. Toma, por favor acéptalo de vuelta”. Y con eso, el extraño le entregó a Jaim la suma exacta de dinero que le habían robado años atrás. 

Jaim escuchaba maravillado lo inimaginable que estaba sucediendo y por otro lado lleno de gratitud, lo que dejó esto un profundo impacto en él. Abandonó su plan de mudarse y una vez más Montreal se convirtió en su hogar, donde él y su familia continuaron creciendo y prosperando.

Veinte años después, se difundió la triste noticia de que el Tosher Rebe había fallecido. Mientras la gente se congregaba alrededor del Kever del Rebe, Jaim se encontró con aquel extraño una vez más. Jaim comentó: “Supongo que esta es la tercera vez que nos vemos”.
Sin embargo, el extraño lo corrigió humildemente y dijo: “No, esta no es la tercera vez. Es solo nuestro segundo encuentro. La verdad es que, aunque te dije que te robé el dinero, en realidad nunca lo tomé. El Tosher Rebe se sintió terrible por el hecho que estabas dispuesto a abandonar el estilo de vida judío y, en su צידקות, me dio ese monto de dinero y me pidió que me acercara a ti, como si yo fuera el que lo había robado.”

¡Las lágrimas brotaban de los ojos de Jaim cuando se dio cuenta de la profundidad de la sabiduría del Tosher Rebe y de su extraordinario acto de amor y bondad hacia él!


Fuente: "The Tosher Rebbe",  Artscroll Series.

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