AdSense

lunes, 22 de julio de 2024

Una poderosa historia del Frierdiker Rebe

Cuando el Frierdiker Rebe llegó a las costas de Estados Unidos en 1940, una de las tantas actividades que inició fue un grupo semanal de estudio de Torá en Manhattan, al que asistían procesionales y académicos. El Rebe le pidió a su secretario, el rabino Nissan Mindel, que asistiera a (y dirija) estas clases semanales y que luego lo mantenga informado acerca de su progreso. Esta tarea el rabino Mindel la hizo fielmente. En un momento, el Rebe sugirió que le contara al grupo una historia, ya que es a través de una historia que uno puede impactar más fácilmente sobre otra persona a fin de asumir cierto compromiso con la Torá y las Mitzvot, y el Rebe procedió a escribirle la historia de su interrogatorio.  El rabino Mindel tradujo esta historia y la compartió con el grupo de estudio de Manhattan.

Fue en el verano de 1921, en el mes de Tamuz (julio), cuando el Rebe fue invitado a presentarse ante la GPU (en ese entonces denominada 'Checa', comité equivalente a la Gestapo nazi y no menos temido, en absoluto).

El Rebe estaba entonces en Rostov/Don, y la “invitación” procedió de la manera habitual: mientras el Rebe estaba haciendo Davenen (rezando, todavía en el año de dueño por su padre), tres chequistas entraron en la habitación, armados hasta los dientes, con rifles, pistolas, cuchillos caucásicos y un cinturón de municiones. Sin intentar disimular su odio, se acercaron al Rebe y le dijeron que estaba siendo solicitado a que los acompañara inmediatamente a la Checa (Comisión Extraordinaria, lo que sería luego la GPU o KGB).

Dos de ellos eran de la Yevsektzia (sección judía del Partido Comunista) y el tercero era un gentil. Cuando el Rebe les dijo que deseaba concluir sus plegarias, los dos judíos casi se tiran sobre él tratando de arrancarle su Talis y Tefilín, y si no fuera por su compañero gentil lo hubiesen forzado a acompañarlos antes de concluir los rezos. El oficial gentil, sin embargo, los convenció para que dejaran que el rabino concluyera sus plegarias.

(Por cierto, el Rebe reconoció a uno de estos judíos como nativo de Shavel, habiendo acudido una vez a él en busca de ayuda, y el Rebe le había conseguido un puesto en una empresa tabacalera, e incluso le prestó algo de dinero para iniciar su propio negocio, que fue todo esto, por supuesto, antes de la revolución).

Cuando el Rebe concluyó de recitar el último Kadish, se quitó el Talis y los Tefilín y los acompañó hasta la temida Checa. Tenía un guardia armado a cada lado y uno caminando detrás, como si fuera un criminal muy peligroso. En aquella época uno nunca sabía si podría volver con vida de una visita a la Checa.

Lo condujeron a una gran sala donde unos quince hombres estaban sentados en una mesa larga, a cada lado, con dos hombres a la cabecera. El Rebe fue ubicado al final de la mesa, todavía rodeado por la guardia armada.

Uno de los dos hombres sentados en la cabecera de la mesa se dirigó al rabino diciéndole: Somos miembros del comité que investiga la actividad religiosa bajo los auspicios del Partido. Estamos comprometidos actualmente en la investigación de la fe judía. Teníamos algunas preguntas, aclaradas por el rabino Berman y Goldberg, a quienes hemos invitado aquí. Ahora usted ha sido invitado a que nos aclare ciertas dudas, respecto a la Kabala y el Jasidismo.

Él habló en ruso.

El Rebe le respondió en idish: "Ya fui 'invitado' dos veces antes a la Tcheka, y ya he declarado que no me desviaría de mis principios, y aún no se ha creado el hombre o el demonio que pueda hacerme ceder o alterar un ápice de los mismos! 

Antes de que el Rebe alcance a concluir sus pocas palabras, uno de los chekistas presentes, sentados cerca de la cabecera, desenfundó su arma apuntando directamente hacia su frente (además de estar armado con una pistola, cada uno tenía una pistola apoyada sobre la mesa, sin duda a fin de intimidarlos durante el interrogatorio), diciéndole: "Este juguete ha movido muchos principios y ha abierto la boca hasta de un mudo."

"Estás totalmente equivocado", le dijo el Rebe, "este juguete impresiona solo a aquellos que no creen, esos cobardes que solo tienen un mundo y muchos dioses, a quienes cada pasión le es un dios y tienen miedo de perder este único mundo. Pero en cuanto a los judíos que solo tienen un Di-s, pero dos mundos, ¡este juguete no asusta, e incluso no causa ninguna impresión! ”

"No te hemos llamado con el propósito de fastidiarte," dijo el presidente: "Escuchemos tus principios; tal vez podamos armonizar con ellos.”

"Mi principio es que no deseo escuchar ni hablar ningún otro idioma que no sea judío, incluso entre los gentiles, y particularmente entre personas que pertenecen al pueblo judío".

"¿Cómo sabes que somos judíos?" uno de ellos le preguntó.

“Tal vez me equivoque, y no todos los presentes aquí sean judíos. Mi abuelo podía reconocer a un judío de un vistazo incluso en la calle. Una vez, cuando estaba en Kiev caminando por la calle Krestchatik, detuvo a un joven vestido con ropas modernas, con claros deseos de disimular su origen judío, y le preguntó (en Idish) dónde vivía un famoso profesor. El joven se enfureció y le dijo: "¿Cómo sabes que soy judío?" Mi abuelo le respondió: El Bris dejó su vestigio sobre tu nariz..." Ahora bien, no puedo reconocerlo por aquel mismo criterio, pero pienso que no estoy muy equivocado."

La primera pregunta fue: “Observas tu fe en cada detalle; Mantienes la cabeza cubierta, usas Tzitzit, y así sucesivamente. Ahora, todas estas cosas que haces, ¿lo haces por convicción o por tu fe y hábito?

"Por absoluta convicción", dijo el Rebe.

"Si es así, convéncenos también y llévanos al mismo nivel espiritual que el tuyo", le dijeron.

“Estoy dispuesto a complacerte y seguramente me darás la oportunidad de cumplir tu petición; Admitirás, sin embargo, que si a un estudiante de astronomía lo detiene alguien en la calle para pedirle que le explique el sistema solar, de las estrellas y los planetas, seguramente el estudiante de astronomía le dirá: No puedo explicártelo ahora mismo, aquí en la calle, pero si realmente quieres aprender, acércate al planetario y verás con tus propios ojos a través del telescopio los movimientos de las estrellas y los planetas. De manera similar te digo, si realmente quieres aprender y estar convencido de nuestra fe en Di-s y su Torá, ven conmigo a la casa de Di-s, ponte los Tefilín, come Kasher, observa el Shabat, entonces tu mente se aclarará, como así también tu corazón, y podrás ser capaz de comprender y captar un pensamiento ético, y seguramente te llevaré poco a poco a esa convicción en la verdad de nuestra fe y de la Torá.

“Pero primero explíquemelo intelectualmente y luego él nos encargaremos de observar la fe y los valores del judaísmo, pero hasta entonces no podemos aceptar las cuestiones religiosas como una verdad.”

“Seguramente sabes con certeza que la comida no sólo satisface el estómago y otorga fuerzas, sino que incluso engorda, porque se convierte en parte de uno, sangre y carne. En la medicina, el proceso de la digestión se explica claramente, pero supongamos que alguien dijera: Me negaré a comer hasta que me expliquen cómo la comida se convierte en sangre y carne. Es necesario creer, comer y beber primero, luego ir y estudiar medicina si lo deseas. Lo mismo ocurre con la religión.”

Estas palabras dejaron una profunda impresión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario