domingo, 21 de julio de 2024

12 de Tamuz - Liberación y Gueulá del Rebe Anterior

Reb Meir Plotkin relata:

Fui criado en Montreal y educado allí hasta mi Bar Mitzva. Poco después, en 1956, llegué a Nueva York para estudiar en la Yeshiva Torah Vodaas. En aquel entonces, era una de las Yeshivot más grandes del mundo, y ciertamente la Yeshiva más grande en América, con más de dos mil estudiantes, desde el primer grado hasta el nivel más alto del Beit Midrash. Estaba situada en Williamsburg, Brooklyn, lo que déjame decirte implicó un gran cambio, viniendo de Montreal. Me quedé en Torah Vodaas durante dos años y luego me mudé a la Yeshivá de Lubavitch. Pero estando aún en Torah Vodaas escuché la siguiente historia sobre el Frierdiker Rebe [el sexto Rebe de Lubavitch, Rabi Yosef Itzjak Schneersohn]. La ocasión era el aniversario del fallecimiento de un Rosh Yeshiva precedente, Rab Shlomo Hyman, que siempre se observaba con un importante discurso frente a todo el cuerpo estudiantil. El orador ese año en particular fue un rabino del Bronx, Rab Shmuel Koselewitz, quien llevaba a cabo los exámenes para la ordenación rabínica en Torah Vodaas. El lugar estaba repleto; todos los estudiantes estaban presentes. Esto es lo que dijo: 

“El Talmud dice: 'La Torá es preservada solo por aquel quien entrega su vida por ella.' Eso significa que la Torá no puede continuar existiendo a menos que estés listo a morir por ella.” Continuó explicando que la persona tiene que estar dispuesta a dar todo lo que tiene por la Torá, a entregar todo, todo, y no retener nada. 
Luego dijo: “Les voy a contar una historia sobre lo que eso significa, sobre alguien que hizo exactamente eso. La historia que voy a contar sucedió aquí mismo, en este edificio donde nos estamos reuniendo hoy.” 

“Sucedió en los años de la guerra, ‘42, ‘43, o tal vez ‘44. En aquel momento, Torah Vodaas estaba en crisis. Le debía mucho dinero al banco, y el banco solicitó el préstamo. La Yeshiva no podía pagarlo. El banco acudió a los tribunales y obtuvo un veredicto de que, si el préstamo no se pagaba en su totalidad, podían ejecutar la hipoteca y quitarle todos los edificios a Torah Vodaas. 
El oficial financiero de la Yeshiva, responsable de recaudar el dinero, cayó en una depresión. Se lo tomó muy mal. Sintió que debido a él, Torah Vodaas iba a cerrarse. Intentó todo lo posible para remediar la situación. Hizo llamamientos en los periódicos, pero muy poco dinero entró y la fecha límite se acercaba. 
Y luego, un día, recibió una llamada telefónica de la oficina del Rebe de Lubavitch de entonces, Rabi Yosef Itzjak Schneersohn, preguntándole cuánto dinero había logrado recaudar.
Ahora bien, él sabía que Lubavitch tenía sus propias dificultades, por lo que no esperaba ninguna ayuda del Rebe. Pensó: ‘El Rebe no puede manejar la suya, ¿cómo me va a ayudar?’ Pero unos días después, un jasid de Jabad entra por la puerta con un sobre en la mano y dice: ‘Esto es del Rebe’. 

El hombre se queda atónito. Sin palabras. Y el jasid le dice: ‘El Rebe me pidió que antes de entregarle este sobre, le mencionara algunos hechos: cuando estuvo en Rusia, tuvo que luchar contra el país más fuerte del mundo para que la Torá no se extinguiera. El tirano más grande del mundo fue Joseph Stalin, y el Rebe ni le prestó atención. Quiensea que necesitara ayuda para fortalecer la Torá, los ayudó. No preguntó si era de Jabad o no. Lo que sea que necesitaran, una Mikve, un Shojet, un maestro, trató de proporcionarlo. Hizo lo que sea para que la luz de la Torá no se extinguiera. Sus emisarios fueron arrestados, fusilados y asesinados, y él luego tenía que mantener a sus huérfanos y viudas. Y aún así, enviaba a otra persona para reemplazar a la que pereció. Todo el tiempo, su objetivo era que la luz de la Torá no se extinguiera.

Ahora, la Providencia Divina lo ha traído a los Estados Unidos, donde hay libertad de culto, y le duele saber que una gran Yeshivá con miles de estudiantes se cerraría. No porque un Stalin en Rusia quiera deshacerse del judaísmo, sino porque a los judíos en Estados Unidos no les importa. Esto el Rebe no puede soportarlo. Está dispuesto a poner en riesgo su propio movimiento, ya que también tiene deudas que pagar, pero le está dando un cheque por la suma total que necesita, para que la Torá no se extinga. Por favor, devuélvalo lo antes posible, porque todo lo que el Rebe ha ahorrado y juntado hasta ahora está en riesgo y déficit.”

Mientras Rab Koselewitz contaba la historia, todos estaban sentados allí con la boca abierta, toda la sala. Y luego exclamó: 
“¡La Torá es preservada solo por quien da la vida por ella! ¡Y eso fue lo que hizo el Lubavitcher Rebe! 
Cuando el Rebe llegó a Estados Unidos, y yo estaba allí cuando se bajó del barco, estaba semi-paralizado por las torturas que sufrió en la Rusia Estalinista. Luego perdió su Yeshivá en Polonia ante los nazis. Y desde que llegó aquí ha tenido que lidiar con muchas dificultades y oposiciones.

“¡Encuéntrenme a alguien así! Encuéntrenme a alguien que esté dispuesto a poner todo lo que tiene sin una ganancia personal. El cheque que envió a Torah Vodaas puso a todo su propio movimiento en grave deuda y riesgo.”

“Gracias a Di-s, Torá Vodaas pudo lograr de que se le pagara rápidamente. El Rebe recuperó su dinero. Pero cuando lo dio, no podía estar seguro de que eso sucedería. Eso es un verdadero sacrificio personal.” 

Esta fue la historia que relató Rab Shmuel Koselewitz, y se convirtió en una de las razones por las que finalmente fui a la Yeshiva de Lubavitch. Vi ese mismo espíritu genuino de auto-sacrificio en los seguidores del Rebe, y me inspiraron. Quería ser parte de un movimiento que tenga semejante nivel de dedicación por la Torá y por sus compañeros judíos. 


Extraído de "Jasidishe Maises" Vol. 1.
©JasidiNews 

No hay comentarios:

Publicar un comentario