martes, 21 de mayo de 2024

Cuando a alguien le importa



Cada año, en su camino desde Petersburgo a la Feria Regional Anual en Nizhni-Novogorod, cierto jasid adinerado hacía primero una parada en Lubavitch para ver a su Rebe, el Tzemaj Tzedek, y luego en el pequeño pueblo de Dobromisl para visitar a un anciano erudito y jasid que había sido su Melamed en su infancia. Le dejaba una suma de dinero para ayudarlo con su sustento y luego continuaba su camino.

Un año, el josid se retrasó, y emprendió el viaje cuando la feria ya había comenzado. Sin embargo, se detuvo en Lubavitch para recibir una Broje, pero pensaba esta vez saltear su visita a Dobromishl. Y le preguntó al Tzemaj Tzedek su opinión al respecto.

"Dado que esta ha sido tu costumbre durante muchos años", dijo el Rebe, "no es aconsejable divergir de la misma."

Prestando atención a este consejo, el josid viajó a Dobromishl y visitó a su antiguo maestro, quien lo saludó con una cálida bienvenida. Sin embargo, al tener tanta prisa, planeaba irse inmediatamente después de rezar Minje, pero incluso antes de terminar su Tefilá, todo el cielo se oscureció y una tormenta feroz se desató. El anciano maestro lo invitó y le ofreció quedarse a pasar la noche en su casa, pero el jasid insistía en mantener su agenda original. Sin embargo, cuando fue acosado por un fuerte dolor de cabeza, no tuvo más remedio que aceptar la sugerencia de su anfitrión de quedarse.

A la mañana siguiente, el josid se despertó muy enfermo, sufriendo lo que parecía ser una fiebre peligrosamente alta. Un médico fue solicitado con urgencia al pueblo desde la ciudad cercana de Orsha. Cuando fue diagnosticado con Tifus, un telegrama fue enviado inmediatamente a su familia y al Tzemaj Tzedek, para que rezara por este Josid.

Después de ocho semanas dramáticas, finalmente estuvo lo suficientemente bien como para viajar a Lubavitch. No pudo suprimir una sensación de queja y reclamo hacia el Rebe que le había aconsejado que visitara a su maestro de la infancia, ya que había sido en camino a Dobromisl que contrajo el resfrío y la gripe, lo que sin duda llevó a la fiebre tifoidea. De hecho, tan pronto como entró en el estudio del Tzemaj Tzedek, se echó a llorar: "Rebe, ¿por qué me enviaste a Dobromishl?!"

El Tzemaj Tzedek respondió citando un Talmud (Sucá 53a): 
"אָמַר רַבִּי יוֹחָנָן: רַגְלוֹהִי דְּבַר אִינִישׁ אִנּוּן עָרְבִין בֵּהּ, לַאֲתַר דְּמִתְבְּעֵי תַּמָּן מוֹבִילִין יָתֵהּ"

[רש"י: לאתר דמתבעי - למקום שנגזר עליו למות בו משם הוא מתבקש ליטול נשמתו. 
תמן מובילין יתיה - לשם רגליו מוליכות אותו]
"Los pies de una persona son los responsables por ella, al lugar al que es convocado [de Arriba], allí lo llevan", es decir, adonde Di-s ha determinado que su vida termine. La palabra para 'convocado'--דְּמִתְבְּעֵי- también se puede entender como significando 'rezar' en el arameo. ¡Le debes tu vida a las devotas y sinceras Tefilot de tu maestro de la infancia!"



Fuente: "Lemaan Ishmeu" #176 y " A Treasury of Chasidic Tales" págs. 71-73.

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