El Rebe de Ruzhin זצ"ל escuchó una vez a su hija lamentándose de algo. El Rebe le dijo que no es bueno quejarse: "Porque un suspiro genera más tzures y una alabanza proyecta más bonanza."
El Rebe de Ruzin le contó a su hija la siguiente anécdota: Había una vez un hombre adinerado que siempre se enfocaba en lo que no tenía. A pesar de ser un hombre rico, no era el hombre rico de la Mishná, el de Eizehu Ashir Hasameaj Bejelko. Del Shamaim dijeron: “Si crees que tu situación es mala, se te mostrará lo que es realmente malo”, y perdió su dinero y se quedó sin un centavo. Esto lo llevó a quejarse aún más. Del Shamaim dijeron: “Si crees que esta situación es mala, te mostraremos lo que es realmente malo”, y le surgió una lepra por todo todo cuerpo. Ahora ni siquiera podía ir a las casas de la gente a pedir limosna, ya que nadie lo dejaba acercarse por miedo a contagiarse. Se quejó un poco más y una vez más de Arriba le mostraron que las cosas podían empeorar. Se volvió jorobado y le costaba comer. Cuando llegó a será nivel tan bajo, dijo: "Al menos estoy vivo." Finalmente estaba contento con su suerte. Del Shamaim dijeron: "Si crees que esto es bueno, se te mostrará lo que es realmente bueno", y su espalda encorvada se enderezó. Alabó a Hashem por esto y recibió otro regalo. Fue sanado de su lepra. Ahora podía hablar con la gente y pedirles ayuda. Alabó a Hashem por su bondad. "Si crees que esto es bueno, se te mostrará lo que es realmente bueno". Alguien le dio un gran préstamo. Pudo reabrir su negocio y su éxito financiero volvió a su estado original.
Porque las alabanzas y agradecimientos traen bienestar y las quejas traen penurias.
Fuente: Reb Elimelej Biderman
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