lunes, 31 de julio de 2023

EL MASHPIA QUE CRIÓ BOJURIM QUE PUDIERAN PENSAR #1



Reb Yejezkel (Jatche) Feigin fue uno de los más destacados talmidim de Tomjei Tmimim en Lubavitch, y fue parte del grupo de bojurim  enviados por el Rebe Rashab en 5672 (1911) para fundar la ieshivá Toras Emes en Jebrón. Se casó con la hija de Reb Yehuda Leib Tzeitlin de Zhuravitz y luego sirvió como mashpia en varias filiales de Tomjei Tmimim en Rusia. Eventualmente, se convirtió en el menahel de todas las sedes de Tomjei Tmimim.

En 5687 (1927), se convirtió en el secretario personal y gabai del Frierdiker RebeDesde entonces, Reb Jatche siempre estuvo a su lado, en Rusia, Riga y Polonia. También estuvo a cargo de la recaudación de fondos para el maamad (apoyo financiero para el Rebe y sus actividades). Fue asesinado al kidush Hashem el 9-10 Tammuz 5701 (1941) en Riga.

*

Durante un farbrenguen, un bojur se quejó con Reb Jatche: "Si supieras qué tipo de problemas tengo..."

R. Jatche le dijo: “Estás equivocado. Es simplemente una cuestión de arrogancia y quieres sentirte especial. No eres tan tonto como para engañarte y pensar que tienes talentos sobresalientes, así que imaginas que tienes problemas únicos, que nadie tiene o nadie los pasa así. Pero tu motivo es el mismo: sentirte diferente. Tienes que aceptar el hecho de que no tienes ni talentos sobresalientes ni problemas sobresalientes; eres como todos los demás…”.

*

En la ciudad de Poltava vivía un zapatero judío que, debido a la presión comunista, comenzó a abrir su tienda en Shabat. En ese momento, tal práctica todavía era extraña. Mientras que en épocas anteriores sus amigos habrían tratado de disuadirlo, bajo el gobierno comunista tal “actividad religiosa” podría enviarlos a Siberia por años.

Cada mañana de Shabat, Reb Jatche, quien era el mashpia en el Tomjei Tmimim local, pasaba por la tienda en su camino a la mikve.

Durante un farbrenguen, Reb Jatche mencionó cómo cada Shabat, cuando pasa por la tienda abierta, siente dolor. Los bojurim asumieron que se refería al hecho de que un yehudi abre su negocio en Shabat, pero inmediatamente aclaró:

“Consideramos y vemos a este zapatero como un mejalel Shabat y halájicamente eso es cierto. Pero luego comencé a pensar: ¿Realmente entiende de qué se trata Shabat y qué significa profanar un Shabat? Parece que nunca estudió las leyes de Shabat y seguramente tampoco su significado interno.

“Pero qué hay de nosotros, qué hay con los que sí saben de qué se trata Shabat, y venimos estudiando en Jasidut acerca la inmensa kedushá de cada momento. Si pasan unos minutos sin aprovecharlos al máximo para servir a Hashem (y en lugar de eso, dedicamos tiempo a una charla banal) , ¡entonces somos nosotros los verdaderos mechalelei shabos!”

*

Una vez, Reb Jatche estaba haciendo farbrenguen en un sótano mientras un bojur estaba afuera, haciendo de vigilante ´por si llegaban las autoridades soviéticas. Mientras, adentro, Reb Jatche les hablaba y exhortaba a los bojurim a que mejoraran sus avoidas Hashem, y muchos de ellos interiorizaron sus palabras, incluso soltaron algunas lágrimas y sollozos, dándose cuenta de lo lejos que estaban de donde debían estar. De repente, la puerta se abrió de golpe y el bojur entró corriendo, avisando que alguien se acercaba a la casa, y todos corrieron rápidamente a esconderse. Pronto se hizo evidente que se trataba de una falsa alarma, y ​​con suspiros de alivio regresaron a la mesa para continuar con el farbrenguen .

Reb  Jatche luego les preguntó: "¿Por qué cuando pensaron que estaban en peligro inminente no lloraron?"

“¿Qué lograrían nuestras lágrimas?” los estupefactos bojurim se preguntaron.

“Si es así”, continuó Reb Jatche, “¿por qué derraman lágrimas durante el farbrenguen sin preguntarse qué harían, cómo reacionarLas lágrimas por sí solas no son suficientes. Necesitamos buscar formas de salir del atasadero espiritual en el que nos encontramos.”

martes, 25 de julio de 2023

La fuerza del ceder

El Din Torá comenzó. Se llevó a cabo una primera audiencia y la segunda audiencia se programó para después de Tisha Beav, exactamente el día en que se suponía que abriría la tienda.



"Aquí tiene las llaves del apartamento. ¡Mazal Tov!" La mujer había estado esperando este momento durante varios meses. Un sueño de años comenzaba a hacerse realidad.

Todo comenzó cuando un día su hija pequeña llegó a casa con una noticia: "El supermercado del barrio cerró." Durante mucho tiempo, ella y su esposo pensaban lanzar un nuevo emprendimiento, pero cada vez que lo intentaban la idea no se concretaba. Ahora tenían la oportunidad de abrir un almacén grande, en lugar del que acababa de cerrar.

La pareja comenzó a buscar un lugar adecuado para su local. En un principio pensaron alquilar ese antiguo supermercado, pero su dueño ya había alquilado el edificio a otra persona. Unas semanas más tarde, encontraron un lugar que cumplía con todos los requisitos: un área espaciosa, un precio razonable y una ubicación perfecta: en la planta baja de su propio departamento.

Se firmó el contrato y la feliz pareja comenzó a instalar estantes y acondicionar el lugar para ser utilizado como almacén. La apertura se fijó para después de Tisha Beav.

Fue el 28 de Tamuz, la hija de la pareja irrumpió alarmada en la casa y contó que vio que la puerta del negocio estaba abierta; ellá pensó que sus padres estaban allí, pero para su asombro vio a un desconocido allí dentro.

La mujer bajó y entró en el local. "Hola", le dijo al hombre que estaba allí de pie, examinando los estantes, "¿puedo ayudarlo?"

"¡No entiendo qué está pasando acá!", respondió el hombre, quien no entendía el significado de la pregunta. "Yo alquilé este lugar y ya pagué el alquiler de un año por adelantado. ¡¿Quién instaló  estos estantes y colocó estos productos aquí?!".

La mujer se puso pálida. Una breve averiguación reveló que el dueño de la propiedad había firmado por error el contrato con el hombre. La verdad fue aún más dolorosa cuando resultó que este huésped era el primero en firmar el contrato, por lo que tenía el derecho a quedarse con el inmueble.

La inmobiliaria (y el agente inmobiliario) expresó su pesar y le pidió perdón a la pareja. "No entiendo cómo sucedió un error así", se disculpó. La pareja trató de hablarle de corazón al primer inquilino, que les ceda el local, ya que esto les permitiría abrir el almacén debajo de su casa y además ya habían invertido muchísimo dinero en la instalación de las estanterías, etc. Pero el inquilino no accedió. Exigió que vacíen el local rápidamente, porque después de Tisha BeAv se dispone a entrar.

La pareja entró en una verdadera crisis. Fueron a buscar con la esperanza de encontrar algún otro lugar para su negocio, en vano.

Como resultado, decidieron demandar al agente inmobiliario a un Din Torá. “El error del que habla nos causó grandes pérdidas”, le dijo la mujer a su esposo. "Tal vez la indemnización que recibamos alivie un poco el dolor."

El de la inmobiliaria les rogó a la pareja que no lo demandara. "Incluso si el dictamen sea que tenga que indemnizarlos, no puedo pagarlo", afirmó. Pero la pareja se mantuvieron en su postura. En un momento, el esposo pensó en dejarlo y listo, pero la esposa se mantuvo firme y afirmó que no podían ceder al dinero de compensación.

"No es sólo el dinero", argumentó acaloradamente. "No tenemos por qué pagar el precio de sus errores" Era evidente que un deseo de venganza ardía también en ella y la guiaba a su obstinada posición.

El Din Torá comenzó. Se llevó a cabo una primera audiencia y la segunda audiencia se programó para después de Tisha Beav, exactamente el día en que se suponía que abriría la tienda. Mientras tanto, la pareja encontró un lugar pequeño e incómodo, con muchas desventajas, para abrir su almacén. Reinstalaron las góndolas y comenzaron a llenar la tienda de mercadería, pero con falta de ganas e ilusión.

Durante el ayuno de Tishá Beav, la mujer quiso descansar un poco. "Por favor, jueguen en silencio", les pidió a sus chicos, pero los niños continuaron jugando ruidosamente, gritando y peleándose. "¡Nu, chicos, ya basta!", gritó enojada cuando tuvo que levantarse y salir de su habitación. "Hagan Vitur (aprendan a compartir y ceder) entre ustedes, ayuden así a construir el Beit Hamikdash. Ahora, hagan silencio. A mami le duele la cabeza y quiere descansar"

La casa efectivamente quedó en silencio, pero la mujer no pudo conciliar el sueño. Algo la inquietaba. De repente entendió: la frase que les acababa de decir a sus propios hijos - "Hagan Vitur (ceder) y ayuden a construir el Beit Hamikdash" - resonó en su mente. "Mis hijos," pensó para sí misma, "cedieron entre ellos, con tal de que sea para que se construiya el Beit Hamikdash, y ¿qué hice yo para que se construya? ¿Dónde está mi Vitur?"

Ahí mismo tomó una decisión en su corazón. Se levantó rápidamente para no arrepentirse y llamó al Beit Din. "Cancelen la demanda", le ordenó a la secretaria. Ahora volvió a su cama más tranquila, sabiendo que había contribuido con su parte a la reconstrucción del Beit Hamikdash.

Pasó Tisha Beav y la pareja abrió su almacén en esa ubicación menos exitosa. No obstante, el éxito resplandeció. La gente acudía en masa a su supermercadito y se ganó un muy buen nombre en toda la zona. El negocio prosperó.

Pasó un año y se hizo necesario ampliar el local. Una breve averiguación reveló que el inquilino que había alquilado el apartamento que inicialmente querían, lo había dejado. La pareja firmó un nuevo contrato y, hasta el día de hoy, la tienda continúa prosperando y generando muchas ganancias. “Creo que el éxito nos acompaña precisamente porque cedimos y cancelamos la demanda”, concluye la mujer su relato.

(Relatado por Rav Tzvi Nakar en su libro 'Emuná Shlomo') Sijat Hashabua #1907, Devarim 5783. 

sábado, 22 de julio de 2023

Una parada del Rebe en Rosh Piná - 5 de Av - Arizal y el Rebe Anterior



En el verano del 5629 (1929) el sexto Lubavitcher Rebe, Rabi Yosef-Itzjak Shneersohn, realizó un viaje desde Riga, Letonia, a Eretz Israel. El propósito expreso de su viaje era rezar en las tumbas de los Tzadikim allí. Visitó las cuatro "ciudades santas": Jebrón, Ierushalaim, Tiberia, Tzfat, como así también otros lugares.

Su itinerario era llegar a Tzfat durante el día de Hei Av (el 5 de Av), el Yortzait del "Ari Hakadosh", Rabi Itzjak Luria, líder de los cabalistas de Tzfat en los últimos años de su vida, 1570-1572. Este es un día muy auspicioso para rezar en el lugar de reposo del Arí.

Sin embargo, problemas con el automóvil alteraron temporalmente los planes y se vieron obligados a detenerse en Rosh Piná, una ciudad en la Galilea a diez minutos en automóvil de Tzfat. El Rebe salió del auto, acompañado por dos de sus jasidim que estaban en el auto con él, y tocaron a la puerta de una casa allí cercana que daba a la ruta.

Aquí es donde aparece el sr. Aviv Keller, la fuente principal de los eventos que siguieron, que no quedaron registrados en el diario del Rebe, ni de ninguno de los jasidim allí presentes.

El abuelo de Aviv, Aharon-Irmiyahu Keller, fue el primer judío en construir una casa en aquella área que hoy es la ciudad de Rosh Piná. Eso fue en 1878. El mismo Aviv nació allí el 27 de diciembre de 1918. Eso hace que tenga 96 años al momento de escribir este artículo [redactado en su original en inglés en julio de 2015] y todavía se mantiene fuerte. Su mente es aguda, su habla es clara y relata eventos de su larga vida, incluyendo su infancia, como si hubiesen ocurrido ayer. Aunque solo tenía diez años en ese momento, insiste en que recuerda cada detalle del notable evento, 86 años después.

La puerta a la que tocó el Rebe era la de la casa del tío de Aviv, Shimon Keller, a unos cincuenta metros de la casa de Aviv. La costumbre de la familia Keller en aquel entonces era reunirse todas las tardes en la casa de Shimon entre las 4 y las 5 de la tarde y tomar un té juntos.

"Una vez, mientras todos se relajaban y conversaban", recuerda Keller, "un automóvil grande e imponente se detuvo al costado de la ruta cerca de la casa. Ninguno de nosotros había visto antes un auto así. Era enorme. Además del conductor, tenía lugar para nueve pasajeros, incluyendo un asiento acolchado especialmente elevado en la parte delantera para el pasajero más importante.

Había un problema con una de las ruedas; se tambaleaba porque la llanta se había aflojado y el volante se había vuelto inestable. El conductor insistió en que debían detenerse. Él y algunos de los pasajeros se bajaron para analizar el problema. Al mismo tiempo, un distinguido caballero con aspecto rabínico descendió del auto, seguido de varios otros que se dirigían a él respetuosamente. Mis tíos no tenían idea de quién era.

Sin embargo, mi abuelo, que había estudiado en la Ieshivá en su juventud, lo reconoció de inmediato. '¡Es el Lubavitcher Rebe!' exclamó emocionado. Aunque nunca lo había visto, había leído acerca de su visita a Israel en uno de los periódicos. Todos notamos que el abrigo largo que llevaba puesto estaba hecho de algún tipo de material especial.

Cuando mi tío abrió la puerta, el Rebe se presentó y preguntó si éramos una familia judía. Mi abuelo saltó y corrió hacia la puerta. Señaló la Mezuzá y dijo: '¡Mire! Por supuesto que somos judíos.' Invitó al Rebe a entrar y también envió a alguien de inmediato a llamar al mecánico del pueblo para que ayudara a arreglar el neumático.

El Rebe se veía bastante alto. Mi abuelo solo le llegaba al hombro. Solicitó un lugar tranquilo para rezar Minjá. Mi tío lo acompañó a un lugar privado, y los hombres de nuestra familia que estaban presentes se sumaron a él en la Tefilá. Cuando terminaron, mi tío le ofreció al Rebe una taza de té, que él aceptó. El tío Shimon agregó hojas de limón recién cortadas de uno de nuestros árboles, lo que le brindaba un aroma tentador.

Era solo un niño. Decidí acercarme y tocar al visitante de aspecto interesante. Cuando lo hice, me miró y sonrió.

El conductor, un no judío contratado, un alemán, entró para anunciar que el automóvil, que resulta que era un Mercedes-Benz, estaba reparado y que podían continuar. Antes de que el Rebe saliera de la casa, miró a cada miembro de la familia y los bendijo a todos con una larga vida.

"Recuerdo sus palabras exactas: "Langlebn un guezunten yohren" - '[que] vivan larga vida y años saludables.'" Aviv sonrió y continuó. "La bendición se materializó ¡y cómo! Y sigue materializándose. Mi tío, el anfitrión, vivió hasta los 96. Mi abuelo vivió hasta los 89 y mi abuela hasta los 92. Ella, Sarah-Lipshe, dicho sea de paso, se sabía de memoria todo el davenen de Rosh Hashaná y Yom Kipur, y desde la Sección de Mujeres corrigía al Jazn si alguna vez cometía un error.

En cuanto a mí, ya tengo 96 años y medio. Cumpliré 97 el 24 de Tevet, si Di-s quiere, y espero tener el mérito de una vida aún más larga si el Todopoderoso así lo permite."

Y así, la visita no planificada a la familia Keller en Rosh Pina llegó a su fin, y el Rebe y su séquito reanudaron su viaje por la empinada colina hacia Tzfat. "Los escoltamos hasta la primera curva. De hecho, corrimos delante del automóvil, ya que se movía muy lentamente."

Aviv Keller sirvió veinte años como jefe del Consejo Religioso de la ciudad y otros quince como administrador de la famosa sinagoga antigua en el barrio de Rothschild, la sinagoga más antigua y más grande de Rosh Pina, y como su Jazan en las Altas Fiestas.

Aviv falleció el 14 de Kislev de este año (5783), teniendo 103 años. Tuvo 3 hijos, 7 nietos, más de 20 bisnietos y numerosos sobrinos y sobrinas nietas y sobrinos nietos. Su hijo mayor, un "jovencito" de 78 años,  vive todavía en Rosh Pina; y proporciona ayuda práctica y comidas diarias en su hogar. Disfruta de los visitantes que caen en su casa (¡avisando con un día de anticipación!), a quienes encanta con recuerdos detallados de la historia de Rosh Pina, de la cual es un legado viviente. Que continúe así, con buena salud y mente lúcida hasta los 120.

miércoles, 19 de julio de 2023

Una extraña visita que causó revuelo

Jacques empezó a venir a mí en mis sueños. Dice que está sufriendo. Me ruega que haga algo. ¡Tengo que hablar con el rabino! ¡Por favor!" La mujer se echó a llorar.

Jackeline A. tenía todo lo que una mujer joven podría desear. Su vida era feliz. Se ganaba la vida (dejándole un buen sustento) con su trabajo como diseñadora independiente, y estaba por casarse con Raúl, un hombre bueno y agradable. Ya habían comprado una casa en el conurbano bonaerense y se disponían a vivir en ella después de la boda.

Había solo un problema. Jackeline procedía de un hogar judío, aunque sin afinidad en absoluto a la tradición, y Raul era católico. Ambos no se sentían comprometidos con su religión y no consideraban nada malo entablar matrimonio.

Una diferencia angustiante, bastante extraña, es lo que único que perturbaba la calman de Jackeline en su su proyecto de matrimonio. Le molestaba y se sentía agobiada por la costumbre judía de 'Kever Israel': recibir un entierro judío acorde a la ley.

No podía recordar cuándo escuchó que era tan importante que un judío fuera enterrado en un cementerio judío, pero este asunto le causaba preocupación. ¿Qué pasará si ella se va antes que su esposo? ¿Le dará un entierro judío, como dice la la costumbre?

Cuando estos pensamientos cruzaban por su mente, los rechazaba. Se concentraba en su trabajo y en los preparativos de su próxima boda.

Un día, le ofrecieron a Jacqueline cierto trabajo en una sinagoga y centro comunitario judío local. La tarea era preparar algunos trabajos de publicación, y para eso ella se sentó en la oficina de la sinagoga y preparó las publicaciones de manera eficiente y profesional.

Al tercer día de su trabajo, la secretaria del rabino la llamó. "¿Te puedo pedir un favor? Mañana tendré que estar en otro lado. Te agradecería si pudieras reemplazarme por un día." Jacqueline accedió con mucho gusto.

La secretaria detalló el trabajo que se le exigiría: “Atender el teléfono y tomar nota de los mensajes. Si alguien viene a ver al rabino, pídele que llene este formulario, indicando su nombre, dirección y número de teléfono. Llévale le el formulario al rabino, y si tiene tiempo, lo recibirá, si no, me comunico con él al día siguiente."

"Y una cosa más", agregó la secretaria. "No sientas necesidad de entrar en discusiones con la gente. Muchos vienen a volcar sus problemas y dificultades. No dejes que descarguen todo sobre ti. Pídeles que esperen una reunión con el rabino."

Al día siguiente, Jacqueline se sentó en la silla de la secretaria y pasó la mañana contestando teléfonos. A las 12 del mediodía se abre la puerta. Una mujer de unos setenta años entró en la oficina. Se veía que estaba alterada.

"Por favor, señora, necesito ver al rabino", dijo la mujer. "Como no,", respondió Jacqueline, "por favor, llene este formulario mientras tanto."

La mujer tomó el formulario y comenzó a hablar. "Sabes, estoy tan preocupada que no sé qué hacer. No puedo dormir por la noche. Tengo pesadillas. Siento que cometí un crimen terrible."

"Está bien", dijo Jacqueline. "No hace falta que me lo cuente. El rabino se reunirá con usted. Él podrá ayudarla."

"Verás," continuó la mujer, ignorando la respuesta de Jacqueline. "Viví toda mi vida en Buenos Aires. Jack, mi esposo y yo estuvimos casados ​​por más de cincuenta años. Él era un buen hombre y murió el año pasado. Éramos muy unidos. Él era judío y yo no lo soy. No fue este un dato relevante. No hizo nada judío. Pero antes de morir me dijo: 'Por favor, enterrame en un cementerio judío. Es importante eso para mí.'

“Después de su muerte no supe qué hacer. ¿Cómo cumplir su última voluntad? ¿Con quién hablar? Estaba completamente sola. Y así fue que lo terminé enterrando en el cementerio de La Recoleta en la calle Junin. Quise cumplir con su pedido, pero simplemente no pude."

Los ojos de Jacqueline se abrieron de par en par. Un escalofrío sacudió su cuerpo. No podía creer lo que oía. La mujer continuó su relato:

"Y ahora Jack comenzó a aparecerme en sueños. Dice que está sufriendo. Me ruega que haga algo. ¡Tengo que hablar con el rabino! ¡Por favor!". Ella quebró en llanto.

Jacqueline trató de calmarla. "No llore. Todo estará bien. El rabino la recibirá pronto." Le entregó a la mujer un paquete de pañuelos y llevó el formulario a la oficina del rabino. Un minuto más tarde salió de la oficina para invitar a la mujer a pasar, pero la habitación estaba vacía. La mujer se había ido.

Jacqueline la esperó atentamente durante todo el día, pero la mujer no regresó. Tampoco apareció al día siguiente. Jacqueline trató de comunicarse con ella, pero el número de teléfono que figuraba en el formulario era incorrecto. Más tarde trató con la secretaria de ubicar su número en una guía telefónica, pero sin éxito. Incluso en la dirección registrada en el formulario no vivía ninguna mujer con ese nombre. El asunto quedó en el misterio.

Pero este suceso causó una transformación en el alma de Jacqueline. Empezó a reconsiderar no solo su futuro, sino también su presente. No pasó mucho tiempo y decidió cancelar la boda.

Empezó a venir al Beit Hakneset y a estudiar acerca del judaísmo. Tiempo después hizo Aliá y se anotó en un seminario de habla hispana en Ierushalaim. Con el tiempo, se casó con un hombre Iere Shamaim y hoy está criando una familia judía en Ir Hakodesh.

(De 'Elíahu Hanabi en la Tajaná Merkazit', del Dr. Eliezer Shur, él y su esposa conocen personalmente la historia de Jacqueline)

Fuente: Sijat Hashabua #1903 (Jukat 5783)

lunes, 17 de julio de 2023

La respuesta del Rebe a un niño curioso y frustrado de 8 años


En el año 1981, un niño de Teaneck le escribió al Rebe diciendo que estaba "curioso y frustrado" respecto a la existencia de Hashem. La respuesta del Rebe continúa inspirándolo hasta el día de hoy.

Por Anash.org


Tengo curiosidad y estoy frustrado porque quiero saber más acerca de Hashem.

Estas fueron las palabras iniciales de una carta escrita por Jaim Eljonon Cohen, entonces de 8 años, de Teaneck, Nueva Jersey, al Rebe en el verano de 5741 (1981). A pesar de las increíbles responsabilidades que asumió el Rebe y las innumerables cartas que recibía, el Rebe se tomó el tiempo de enviarle una carta, corta pero profunda. El destinatario continúa inspirándose con esta carta hasta el día de hoy.

Anash.org se encontró con el rabino Cohen, hoy de Monsey, Nueva York, para escuchar la historia de su correspondencia con el Rebe y lo que significa para él cuatro décadas después.

“Mis padres dejaron Crown Heights cuando yo tenía tres años y se mudaron a Teaneck, Nueva Jersey, donde comencé a asistir a la Ieshivá Rabí Samson Rafael Hirsch, conocida como 'Breuer's', porque era la Ieshivá más cercana, como decían mis padres, que servían leche Jalav Israel.

“En Breuer's, estudiábamos Limudei Kodesh por la mañana y los estudios seculares por la tarde. Durante ese período de tiempo, cuando estaba en cuarto grado, algunos de los estudios de la tarde, o tal vez algunos libros que leía en casa, me hicieron pensar en Hashem.

“El concepto de la omnipresencia de Hashem me dejó muy sorprendido (me volaba la cabeza). ¿Cómo puede existir algo que siempre estuvo ahí?

“Así que le pregunté a mi Moré, quien se molestó bastante conmigo. Me puedo imaginar que estará pensando que yo estaba soltando de mi boca kefirá… Así que me quedé con la pregunta y me estaba molestando mucho la verdad.

“Al notar cuánto eso me inquietaba, mis padres me sugirieron que le escribiera al Rebe”, cuenta el rabino Cohen.

Su madre guardó un borrador inicial de la carta que le envió al Rebe y el rabino Cohen la comparte con el público.

“Tengo curiosidad y estoy frustrado, porque quiero saber más sobre Hashem. Quiero saber de dónde vino Hashem y quién hizo a Hashem y quién lo hizo existir porque todos me dicen la misma respuesta: Él siempre estuvo ahí; y quiero saber más. ¿Podría el Rebe Shlita darme una respuesta?”, dice la carta, antes de que el escritor firme su nombre con el nombre de su madre

“No sé si mis padres esperaban recibir una respuesta o no, pero recibimos una carta”, cuenta el rabino Cohen.

La breve pero increíblemente profunda carta del Rebe dice lo siguiente:

“Recibí tu carta (sin fecha), en la cual escribes que quieres saber más sobre HaShem, etc.

El deseo de tal conocimiento es, por supuesto, digno de elogio (admirable), tal como el Rey David instruyó a su hijo Shlomo: “Conoce al Di-s de tu padre y sírvelo de todo corazón y con entusiasmo” (Crónicas I 28:9). Sin embargo, hay un tiempo para todo, y en este momento lo más importante para vos es concentrarte en el cumplimiento de las Mitzvot y tus estudios de Torá, y a su debido tiempo hablarás con tu Moré o Rabino en tu comunidad. en relación con las preguntas que pueda tener. Seguramente no hay necesidad de señalarte que en lo que respecta a asuntos de Torá y Mitzvot, Naasé (Haremos) viene antes que veNishmá (comprenderemos), y es a través de Naasé que un judío alcanza el veNishmá en su máxima medida posible.”

**

“Debo decir que en aquel entonces, en cuarto grado, no aprecié la respuesta del Rebe tanto como la aprecio hoy”, dice el rabino Cohen. “Pero hoy, estoy impresionado por la profundidad de la respuesta que el Rebe le dio a un jovencito confundido.”

“Cuando eres niño, quieres una satisfacción inmediata. Y esa no fue una carta de gratificación y satisfacción inmediata (al instante). Pero el Rebe lo dijo de tal manera que dio a entender y dejó claro que es muy bueno que estés pensando acerca de esto. Es algo fundamental, como lo dice el Pasuk, y finalmente obtendrás tu respuesta, no te preocupes. El Rebe lo abordó claramente de una manera hermosa.

“Además del mensaje en la carta, aprendí un detalle adicional más adelante en la vida. Recientemente, recibí en mi casa al rabino Lima Wilhelm, Mashpia en la Yeshiva de Morristown, quien vino a hacer farbrenguen en casa para mi hijo (y toda su clase), que estudiaba en Morristown. Durante aquel farbrenguen, le mostré la carta. 'Debes saber', me comentó, 'que esta carta es muy singular por otra razón. Durante ese período de tiempo, el Rebe no respondía cartas personales. Miles de cartas llegaban a la puerta del Rebe todos los días, tratando asuntos de vida o muerte, y la palabra del Rebe literalmente podía causar un efecto dominó que se sentía en todo el mundo.”

“‘A pesar de todo eso, el Rebe sintió que era de suma importancia tomarse el tiempo y escribir una carta a un joven niño que estaba frustrado, que sentía que sus preguntas no estaban siendo respondidas, y darle orientación en la vida…'”



El borrador de la carta que le enviaría al Rebe



martes, 11 de julio de 2023

Emocionante historia por Rab Shais Taub - Guimel Tamuz - Un niño en Curaçao y un Lejaim en Five Towns, NY

La historia del Rebe que se acercó para ayudar a un niño judío, Eli Groisman, en la isla caribeña de Curazao recibió un inesperado giro estos últimos días y fue contada por el renombrado orador Rab Shais Taub en un Farbrengen este Guimel Tamuz en Five Towns , Nueva York.



Rab Shais Taub, su hijo Isroel Taub y su futuro suegro Eli Groisman en el compromiso unas semanas atrás.


Por COLlive


En una notable historia de Hashgajá Pratit y redención, la historia de “Un judío en Curazao” acerca de una vida que toma un giro transformador gracias al Rebe recibió un desarrollo adicional que alteraría el curso del destino de la familia para siempre.

Eli Groisman contó la siguiente historia sobre su vida:

Crecí en Curacao, una isla caribeña que forma parte de las Antillas Neerlandesas. No había escuelas judías en la isla en aquel entonces y asistí a una escuela Protestante.

Pasé un tiempo muy difícil en la escuela. Aunque me había criado en un hogar no observante, me negaba obstinadamente a participar en los servicios religiosos y las clases que formaban parte del plan de estudios de la escuela. Los estudiantes no judíos buscaban peleas diarias conmigo, e incluso sentí que mis maestros y el director de la escuela estaban de su lado.

Cuando llegué al séptimo grado, las cosas estaban llegando a un punto crítico. La vida no se estaba haciendo más fácil. Por el contrario, las peleas eran más frecuentes que nunca y más feroces. Mis relaciones con el director de la escuela se hicieron cada vez más hostiles. Empecé a faltar a la escuela. Pasé mis días jugando al golf en el club de golf cercano, volviendo a la escuela a tiempo para encontrarme con mi padre, Jaim Groisman, quien me llevaba a casa todos los días.

Un día, el director llamó a mi padre a su oficina para averiguar por qué no había ido a la escuela en las últimas semanas. Al encontrarse conmigo como de costumbre ese día después del horario escolar, mi padre preguntó: "¿Cómo estuvo la escuela hoy?" Le respondí: “Lo mismo de siempre”. Entonces mi padre me preguntó: “¿Fuiste a la escuela hoy? ¿La semana pasada? ¿Hace dos semanas?" No queriendo mentir, admití que no lo había hecho.

Mi padre me dio para elegir: rendirme y hacer lo que hacen los demás niños, o dejar la escuela e ir a trabajar con él, y trabajar duro, todos los días. No necesité pensar mucho. Entré en la oficina del director, dejé mis libros y manuales en el escritorio del director y corrí hacia mi padre.

Empezaron a llegar cartas de advertencia a nuestra casa indicando la ley de que todos los menores deben asistir a la escuela. Como resultado, las relaciones sociales de mi familia con la comunidad también comenzaron a deteriorarse.

Mi padre estaba terriblemente molesto por mi situación, pero no sabía cómo salir. Una noche tuvo un sueño. Se vio a sí mismo cerca de los tres años, antes de su Opshernish, sentado en el regazo de su abuela. Ella le estaba diciendo: "Liuvu (en ruso, 'mi amor'), cada vez que estés en problemas, el que puede ayudarte es el Lubavitcher Rebe." Esta fue la primera vez que oí hablar del Rebe.

A la mañana siguiente, mi padre fue a su Shul, un edificio pequeño y discreto cerca de su casa. Le pidió al cuidador que le abriera la puerta y se dirigió al Aron HaKodesh (arca), volcó su corazón frente a Di-s y se dio la vuelta para irse.

Un día de enero de 1983, el rabino Moshe Kotlarsky, asistente del rabino Jaim Mordejai Hodakov, el secretario principal del Rebe, recibió una llamada telefónica en su casa del rabino Hodakov. “Lávate las manos”, le instruyó el rabino Hodakov, usando un término en clave que le daba indicios a Kotlarsky de que el Rebe estaba en la línea, escuchando. “El Rebe quiere que vayas a Curazao de inmediato”.

Cuando el Rebe le dice a un jasid que actúe, no hace preguntas; el actúa. El rabino Kotlarsky eligió a un compañero de viaje, Levi Krinsky, un estudiante de ieshivá de 17 años, y ambos tomaron el siguiente vuelo a Curazao. Al llegar al aeropuerto y sin saber a dónde ir ni qué hacer allí, tomaron un taxi y pidieron que los llevara a la sinagoga.

Los taxistas de Curazao están acostumbrados a este tipo de solicitudes y, por lo general, acceden a la sinagoga más grande de la isla, reconocida como la sinagoga más antigua del hemisferio occidental, Mikve Israel Emanuel. Esta sinagoga, en la que los servicios se llevan a cabo solo en Shabat, funciona también como museo durante toda la semana. Tiene una característica única: el suelo está cubierto de arena blanca, posiblemente porque sus fundadores, que escaparon de la Inquisición, cubrían con arena las escaleras que conducían a sus casas de rezo en Portugal para ocultar el sonido de sus pasos.

Este taxista, sin embargo, no llevó al rabino Kotlarsky a Mikve Israel Emanuel sino a un pequeño Shul del barrio. Cuando el taxi se acercó a la puerta, el rabino Kotlarsky vio a un hombre saliendo del edificio. Pensando que este hombre sería una buena fuente de información acerca de la comunidad judía local, se le acercó y le dijo: “Fuimos enviados aquí por el Lubavitcher Rebe. Queremos conocer a la comunidad judía de aquí. Estamos alojados en el Plaza Hotel. ¿Podría venir con nosotros y contarnos acerca de la comunidad local?” El hombre, que no era otro que mi padre, acababa de salir del Shul y casi se desmaya.

Mi padre le contó al rabino Kotlarsky acerca de la difícil situación de nuestra familia y me presentó a los jóvenes rabinos. Mi primera pregunta al rabino Kotlarsky fue: "¿Está permitido defenderte si alguien se te acerca y te golpea?" De las películas y los programas de televisión que había visto sobre el Holocausto, había ya formado en mi cabeza una impresión de que los judíos eran débiles y no se defendían cuando eran atacados. El rabino Kotlarsky me respondió: "¡Asegúrate de defenderte y hacer tanto daño [de tal manera] que no vuelvan nunca más por ti!" Pensé que este rabino era genial.

El rabino Kotlarsky me invitó a ir a Nueva York y asistir al Camp Gan Israel en Catskills ese verano y luego a la Yeshiva, que comenzaba en septiembre. Esta era la respuesta a mis plegarias y acepté el ofrecimiento de inmediato. 

Me gustaría agradecerle al Rebe por ocuparse de mí y de mi familia. Todos deberíamos tomar su ejemplo sobre cómo uno debe cuidar a un compañero judío. No tiene que ser un judío en la lejana Curacao; puede ser alguien a la vuelta de la esquina. Seguramente, siguiendo el ejemplo del Rebe, todos tendremos el mérito de la revelación del Mashíaj.


Posdata 1:

Unos años después de encontrarse con los Shlujim de Jabad enviados personalmente por el Rebe, la familia Groisman se mudó a Caracas, donde Jaim Groisman se convirtió en parte integral de la comunidad de Jabad. Jaim Groisman se desempeñó con frecuencia como Jazan en la sinagoga local y estudió con los muchachos de la Yeshivá local, donde se desempeñó como Menahel Gashmi (administrador) de las escuelas Jabad-Lubavitch. Falleció en 2015 a la edad de 74 años. Dejó a su esposa, hijos y nietos.


Posdata 2:

Este último Guimel Tamuz, el renombrado orador el Rabino Shais Taub fue uno de los invitados destacados al Farbrenguen de Guimel Tamuz del Chabad of the Five Towns en Cedarhurst, Nueva York.

'Chabad of the Five Towns' está dirigido por los Shlujim Rab Zalman Wolowik y su esposa Jani, la hija de Rab Kotlarsky. Hace unos años, los Wolowik contrataron al rabino Taub para impartir clases y charlas.

A lo largo de los años, el rabino Taub ha impartido conferencias y clases de Torá a audiencias por todo el mundo, como así también ha escrito columnas y libros. La historia de “Un judío en Curazao” la compartió más de una vez. Pero ahora, reveló, tomó un significado personal para él.

Esta semana, el hijo del rabino Taub, Isroel Taub, se comprometió con Malky Groisman, hija de Eli Groisman y nieta de Jaim Groisman. La Kalá, Malky (Malka Beila), lleva el nombre de la abuela que se apareció a Jaim Groisman en un sueño y le dijo que si alguna vez se encontrara en problemas, quien podría ayudarlo es el Rebe de Lubavitch…

Cuando el rabino Taub contó la historia en este Farbrengen, se emocionó mucho.

“El Rebe, en su visión infinita, despertando al rabino Kotlarsky en medio de la noche, estaba pensando mucho más allá de lo que sucedió en 1983 y mucho más allá de lo que sabemos que sucedería en  el 2023, porque esta historia recién comienza." 
“Si preguntas, ‘¿Cuál es nuestra conexión con el Rebe en su Yortzait número 29?’, 29 años es mucho tiempo. Hay personas que nacieron, crecieron, se casaron y formaron sus propias familias en los últimos 29 años.

“Entonces, ¿qué tan fresca y actual puede ser nuestra relación con el Rebe? Así que aquí estoy, les estoy contando un milagro que el Rebe acaba de hacer por mí y que descubrí hace 2 noches. Todos en esta sala son destinatarios y beneficiarios de los milagros del Lubavitcher Rebe, ya sea que lo sepan o no”.

Mientras conmemoramos el vigésimo noveno Yortzeit del Rebe, el impacto de su guía divina continúa repercutiendo en las vidas de personas de todo el mundo. 
La historia de Eli Groisman, ahora entrelazada con el renombrado orador Rab Shais Taub y su conexión recién forjada, sirve como testimonio del amor inquebrantable del Rebe por cada judío. Y un recordatorio de que un Shlijus que una vez le fuera dado (al rabino Kotlarsky) sigue dando resultados (a través de su hija y su yerno).

Mientras nos esforzamos por emular su ejemplo de esmero, atención por el otro y compasión, anticipamos el desarrollo futuro de los milagros por venir, inspirados para siempre por la marca indeleble que dejó el Rebe en nuestro mundo.






lunes, 3 de julio de 2023

Un encuentro muy especial arriba de la Torre Eifel



Cuatro bojrim de Jabad,tenían un vuelo el domingo pasado desde Los Ángeles, California, a Francia. 
Cuando le ofrecieron a un yehudi que se pusiera los Tefilín en el aeropuerto, él se negó, hasta que lo volvieron a encontrar... 

Por COLlive 

Cuatro bojurim de Jabad, Shneur Baitelman, Yosi Holtzberg, Israel Zakaria y Yaakov Marcus, tenían un vuelo el domingo pasado desde Los Ángeles, California, a Francia. 

Cuando llegaron al aeropuerto LAX, se enteraron que su vuelo había sido cancelado. Dado que contaban ahora con bastante tiempo, hasta que saliera su viaje de regreso, decidieron aprovechar el tiempo haciendo un poco de Mivtzoim. No lograron que nadie se pusiera los Tefilin, pero conocieron a un israelí llamado Kevin que también estaba en su mismo vuelo cancelado. El hombre dijo que estaba ocupado y que no podía ponerse. 

(¡Pero Hashem tiene otros planes!) 

Los bojrim fueron reasignados para un vuelo, llegando el martes a París. Al día siguiente, miércoles, los bojrim decidieron aprovechar para ir a la famosa Torre Eiffel. Desde luego llevaron consigo un par de Tefilín, pero no se encontraron con ningún judío. 
Mientras esperaban al ascensor para bajar de la torre, escuchan que alguien les grita: “¡Rabinos! ¡Rabinos!" 
Se dan vuelta y, para su sorpresa, era el Kevin de su vuelo de Los Angeles. 
“Ustedes son los chicos del aeropuerto LAX, ¿verdad?” preguntó. "¡Así es!" respondieron y le preguntaron: "¿Querrías ponerte los Tefilin ahora?" Esta vez, Kevin aceptó. 
Una vez que ya tenía los Tefilin puestos, Kevin les comentó: “El domingo, después de declinar su ofrecimiento de los Tefilín, me sentí avergonzado. Solía ponerme los Tefilin cuando era joven, y dejé de hacerlo, y cuando me preguntaron el domingo, eso me inspiró a ponérmelo más tarde ese mismo día. 

“Hoy simplemente les pregunté si ustedes eran los chicos del aeropuerto porque quería reivindicarme y ponerme los Tefilin con ustedes.” Kevin recitó las Brajot, el Shemá Israel y luego se unió a los bojrim en un canto, expresando su orgullo judío en la cima de la magnífica Torre Eiffel.





domingo, 2 de julio de 2023

12 de Tamuz - El Rebe Anterior, el Rosh Yeshiva de Brisk y David Ben Gurion


El rabino Menajem Porush fue representante de Agudat Israel en la primera Kneset en 1948. Mantuvo ese cargo durante casi 35 años, pasando por diez Kneset diferentes. Justo un mes antes de fallecer en febrero de 2010, a los 93 años, relató en una entrevista el siguiente episodio, ocurrido durante su primer mandato en la Knesset.

Casi tan pronto como se declaró el estado de Israel el 14 de mayo de 1948, las disputas entre los diversos campos judíos resaltaron aún más. Uno de estos (particularmente provocador): el estado había decretado la educación obligatoria hasta cierta edad, y se negaba a reconocer que las escuelas primarias de habla Ashkenazi-Jaredí Idish cumplían con este requisito, argumentando que dedicaban poco tiempo a materias seculares como matemáticas e inglés, historia y geografía. Los directores de las escuelas religiosas insistían en que sus alumnos contaban con la cantidad requerida de material brindado respecto a estas materias, solo que podían hacerlo en tiempos más reducidos.

Las discusiones cara a cara, telefónicas y correspondencia escrita se volvieron cada vez más acaloradas en ambos lados. Ninguno de los dos cedía ni siquiera consideraba el ceder algo.

En ese momento, el rabino Porush estaba a punto de enprender una visita a los Estados Unidos. Justo antes de partir, recibió una llamada telefónica privada de otro prominente ciudadano de Yerushalaim, el rabino Itzjok-Zev ("Velvel") Zoloveitchik, Rosh Yeshiva de Brisk.

"Rab Porush, como bien sabes, esta disputa respecto a las escuelas puede causar destrozos en este joven país. Cuando estés en Nueva York, debes ir a verlo al Lubavitcher Rebe [Rabí Yosef-Itzjak Schneersohn, 1880-1950]."

"¿El Brisker Rov quiere que vaya al Lubavitcher Rebe en su nombre?" interrumpí, asombrado. [Brisk se sitúa entre las Yeshivot líderes de los judíos lituanos, quienes se consideran opuestos a los modos de conducirse de los jasidim, en particular de Jasidim Lubavitch].

"¡Sí! Andá y decile que debe instruir a Shazar a que autorice nuestras escuelas de habla Idish."

"En ese momento", explicó el rabino Porush, Zalman Shazar era el ministro de Educación. Y dado que provenía de una familia Lubavitcher en Rusia, el Brisker Rav esperaba que, aunque Shazar ya no seguía un estilo de vida jasídico, el Lubavitcher Rebe todavía podría tener cierta influencia sobre él.

Entonces, cuando Rabi Porush llegó a Nueva York, fijó una cita para ver al Rebe Rayatz. El secretario del Rebe acompañó al visitante políticamente importante a la oficina del Rebe y le dijo: "Aquí está Rab Porush, de Israel."

Aunque era difícil para el Rebe Rayatz hablar en ese momento de su vida, un resultado indirecto de la tortura que había soportado por parte de los guardias de la prisión e interrogadores comunistas, aun así tuvo una respuesta clara y rápida.

"Porush tiene varios pirushim (interpretaciones/connotaciones). Puede significar Porush de Agudat Yisrael, Porush del Partido Religioso Nacional o Porush de Naturei Karta. ¿Cuál Porush eres tú?"

El rabino Porush podría haber respondido simplemente revelando su afiliación con Agudat Israel, pero eligió una respuesta más íntima. "Soy el hijo de Porush quien fuera la primera persona en visitar al Rebe en Riga" [capital de Letonia, la primera parada de Rayatz al abandonar Rusia en 1927].

"En ese caso", dijo el Rebe con una amplia sonrisa, "¡Shalom Aleijem! Bienvenido."

El rabino Porush le explicó rápidamente al Rebe acerca de su misión del Brisker Rav. El Rebe Rayatz estaba visiblemente asombrado. "¿El Brisker Rov te envió a mí? ¿A mí? ¿En serio?" Cada vez el rabino Porush dijo que sí; o asintió con la cabeza.

El Rebe pensó profundamente por unos momentos. "Bueno, entonces, cuando regreses a Eretz Israel, por favor dirígete al Sr. Shazar y dile que dije que cumpla la solicitud del Brisker Rav. También dile que dije que el Sr. Shneur Zalman Shazar-Rubashov no debería avergonzar la Lubavitcher familia y al apellido Shazar-Rubashov en Rusia. Y que Di-s Todopoderoso lo bendiga."

Después de regresar a su hogar en Jerusalén, el rabino Porush partió a la mañana siguiente hacia la Knesset, que en ese momento estaba en Tel Aviv, para hablar con Shazar. Cuando lo encontró, David Ben-Gurion, el Primer Ministro, estaba en la otra punta de la sala.

Cuando el rabino Porush terminó de decirle a Shazar lo que el Rebe Rayatz le había dicho, Shazar se dirigió con entusiasmo a Ben-Gurion. "¡Escucha esto! Porush viene con un mensaje para nosotros del Lubavitch Rebe en Brooklyn."

"¿Ah si?" exclamó Ben-Gurion, uniéndose rápidamente a ellos. "¿Estuviste con el Lubavitcher Rebe?¿En realidad te envió una solicitud para Shazar?"

"Y ese", concluye el rabino Porush su recuerdo de más de 70 años atrás, "fue el final del conflicto." El Ministro de Educación Shazar, con la tácita aprobación del Primer Ministro Ben-Gurion, se movió rápidamente para reconocer todas las escuelas religiosas Jaredim y Yeshivot del país. ¡No más argumentos, no más oposición! Todo por el tremendo respeto que le tenían al Rebe Anterior de Lubavitch."

Fuente: Transcrito, adaptado y cambiado a una perspectiva en tercera persona por Yerachmiel Tilles del video semanal "Living Torah" de JEM.