AdSense

lunes, 3 de abril de 2023

Un nuevo primo en el Seder

En nuestros Sforim (libros sagrados) está escrito que cada judío debe asumir una Mitzvá para cumplirla con especial devoción. A veces, por nuestro propio bien, nos envían desde el Cielo una prueba especial en aquella Mitzvá en la que buscamos sobresalir.

Para el Tzadik Rabí Elazar ("Leizer") de Reishe, una ciudad de Galicia, Polonia, esta Mitzvá era Hajnosas Orjim (la hospitalidad), propia de los descendientes de Abraham. Siempre se esforzó por traer invitados a casa y honrarlos, y nunca tanto como para la primera noche de Pesaj, para el Seder de Pesaj. Así que no fue de extrañar que cuando vio un rostro desconocido en el Shul después de la Tefilá, se le acercó y pensó invitarlo a casa. Pero cuando se acercó más a este pobre hombre, vio como estaba brotado por completo con una enfermedad en la piel tipo leprosa, y por el hedor de su enfermedad, era difícil acercarse a él.

"Aún así, no debo permitir que asuntos tan pequeños me impidan realizar esta gran Mitzvá", pensó. "Pero, ¿y mi esposa? Ella es una mujer muy justa, pero también tiene sus límites." Así que le dijo al viajero: "Quiero que vengas al Seder y a comer conmigo, pero primero tengo que arreglar algo. Espera aquí y regresaré para llevarte a casa."

Así que se fue a su casa, entrando con un rostro sombrío más propio de Tisha BeAv que de Pesaj. "¡Leizer, Guit Yom Tov!" su esposa lo saludó calurosamente, pero él apenas le susurró un apagado "Guit Yom Tov".

"¿Cuál es el problema?" preguntó, preocupada, porque era muy inusual que él mostrara el más mínimo rastro de tristeza en un día festivo.

Él le preguntó si se acordaba de su primo segundo Moishe, mencionándole que era de algún pueblo de por allí. Avergonzada de admitir que no lo recordaba, respondió: "Nu, ¿Y qué pasa con él?"

"Él está aquí en el Shul."

"¿Qué?" Ella exclamó. "¿Traes a todos en el mundo a casa, y dejas a un pariente en el Shul? ¡Qué vergüenza! ¡Regresa rápido y tráelo aquí!"

"Me gustaría", dijo el Rebe rápidamente, "pero tiene una lepra y huele mal."

"Nu, aún así, es un pariente", dijo con firmeza. "Prepararé una mesa separada para él."

Así que el Rab fue y trajo al "pariente". Después del Seder, la Rebetzin comenzó a hacerle preguntas sobre parientes mutuos, como qué pasa con el tío Itzjok y cómo está la tía Rivke, pero el pobre hombre no sabía de qué estaba hablando. Finalmente se dio cuenta y dijo: "Leizer, ¡eres un tipo tan astuto!"

Ella le preparó una cama al invitado, pero no quiso darle una almohada, porque después tendría que tirarla. El Tzadik le dijo: "esa almohada que le des será un 'Amejaye' (placer) para ti luego de los 120 años..", por lo que ella cedió.

Antes de acostarse, cerraron todas las puertas y ventanas, así que simplemente no había forma de entrar o salir de la casa en medio de la noche. Sin embargo, por la mañana, encontraron la cama del huésped vacía.

¡Eliahu Hanavi no duerme!

No hay comentarios:

Publicar un comentario