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sábado, 27 de agosto de 2022

¿ESTAMOS CRIANDO “IMITADORES”?

El mundo del entretenimiento, especialmente en las redes sociales, se empeña en atraer a las personas para que imiten a otros, desde celebridades hasta criminales, y hasta a tus "amigos". La mayoría de las personas finalmente se dan cuenta de que copiar a otros no es forma de vivir.

Por el rabino Mordejai Lipskier

El Satmar Rebe, cuyo yortzait fue esta semana, estaba una vez en una jasune donde el badjen le pidió permiso para imitar su recitado de las hoshaanos (del Rebe). Para deleite de todos, el badjen hizo un trabajo fantástico, capturando cada movimiento y gesto del Rov e incluso su tono de voz. El propio Rov se rió al principio, pero luego empezó a llorar.

El  badjen inmediatamente se acercó a pedirle perdón, pero el Rov le aseguró: “No me hiciste llorar. Es solo que cuando vi que es posible que alguien imite mis acciones tan a la perfección, comencé a preguntarme si tal vez yo mismo sólo estoy copiando mi propio desempeño de esta mitzvá en en la anterioridad, y no lo estoy haciendo con verdadero sentimiento”.

El mundo del entretenimiento, especialmente en las redes sociales, está empeñado en motivar a las personas a que imiten a otros, desde celebridades, hasta criminales, y hasta tus "amigos". La mayoría de las personas finalmente se dan cuenta de que copiar a otros no es un modo de vivir.

Sin embargo, en la Parshá de esta semana, en realidad se nos ordena imitar los comportamientos de los demás. Jaza'l dicen que “Seguirás a Hashem, tu Di-s” significa seguir y emular Sus caminos, por ejemplo: vestir a los necesitados, visitar a los enfermos y consolar a los afligidos.[1]

¿No deberíamos esforzarnos por ser nosotros mismos y no copiar a los demás?

Durante el apogeo del movimiento hippy, el Rebe abordó la dolorosa realidad de tantos jóvenes judíos que estaban dejando el camino del Idishkait, R”l. Una de las razones de esto, explicó el Rebe, es que el único judaísmo que reciben de sus padres es uno de imitación. “Necesitas tener un bar mitzva, como lo hizo tal y tal”. También observaron cómo sus padres se sentían impulsados ​​a hacer cosas buenas, como dar caridad, solo porque les daría prestigio en ciertos círculos. Estos jóvenes, dijo el Rebe, no quieren adherirse a una vida que consista en copiar a los demás; quieren aprender a vivir por ellos mismos.

“La única 'copia' que debe hacer un judío”, señaló el Rebe, “es copiar los caminos de Hashem. ¿Por qué? Porque en realidad este no es un acto de copiar, es simplemente actuar como realmente lo es el judío”.[2]

Cuando padres le enseñan a su bebé a aplaudir, ¿le están enseñando a ser un copión o imitador? No, simplemente están ayudando al niño a desarrollar lo que realmente es. Cuando los padres viven una vida de Torá y mitzvot  y enseñan a sus hijos a hacer lo mismo, no porque sea lo que hacen los demás, sino porque es lo que Hashem hace y quiere que hagamos, entonces están ayudando a sus hijos a convertirse en la persona que ellos pueden ser y están destinados a ser.

[1] Sotá 14a.

[2] 19 de Kislev  5728 (1967). 

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