Un judío estadounidense, antes de emprender su viaje de Aliá a Israel, se dirigió un domingo a 770 Eastern Parkway, Brooklyn, para recibir la Brajá del Lubavitcher Rebe. El Rebe lo bendijo y le entregó dos dólares, diciéndole: "Uno para ti, el segundo para el taxista".
El hombre estaba algo asombrado por el segundo dólar y las instrucciones del Rebe. Aún así, guardó ambos dólares en su billetera, y cuando llegó a Israel con su familia, pensó darle el dólar al primer taxista que los llevase del aeropuerto al Merkaz Klitá (Centro de Absorción para el Olé), donde vivirían encontrar su propio hogar. Sin embargo, al subirse al taxi y notar que el conductor estaba visiblemente nervioso, el hombre consideró que no se refería el Rebe a este conductor.
Con el tiempo, le tocó realizar varios viajes en taxi, pero ninguno de los conductores parecía ser el adecuado. Y así, el dólar fue quedando en su billetera a lo largo de los años... ¡durante veinte años!
Un día, no hace mucho tiempo, nuestro Olé (inmigrante) ahora "veterano" viajaba en un taxi en el área de Tel Aviv. Vio que el conductor no usaba una Kipá, pero tenía un libro de Tehilim cerca de su asiento y había pegado en la palanca de cambios una pequeña foto del Rebe de Lubavitch.
Empezaron a conversar. El conductor le contó que en los últimos meses había decidido fortalecerse y conectarse más con sus raíces judías y, como resultado, asistía a un Shiur de Torá de forma regular en el Beit Jabad de su barrio.
"¡Finalmente!" pensó el hombre emocionado para sí mismo, recordando de repente el "Shlijut" que el Rebe le había delegado. Saca su billetera de su bolsillo y le dice al conductor: "Aquí está; toma esto, por favor. Es un dólar que recibí del Rebe. El Rebe me dijo que se lo diera al 'taxista'".
¡El conductor pisó los frenos súbitamente! De repente, el taxi se hace a un lado y, afortunadamente, se detuvo de forma segura al costado de la ruta.
El conductor se vuelve hacia el sobresaltado pasajero y le dice emocionado: "¿Sabes lo que acabas de hacer?! Desde que comencé mi regreso a la Torá y las Mitzvot, me ha sido difícil en casa. Mi esposa no le cayó nada bien y no me acompaña en estos cambios.
"Esta mañana ella me encaró fuertemente y me desafió: '¿Qué son todas estos hábitos ridículos que has adoptado? Por ejemplo, esto del Rebe etc, ¿realmente crees que tiene sentido que el Rebe te envíe una bendición? ¡El Rebe se fue! ¡Veamos, que te envíe un dólar hoy, a ver!!'" En ese momento me quedé en silencio, aturdido ante sus palabras...
El pasajero ahora entendió cuál era la intención del Rebe al enviarle ese dólar "al taxista", veinte años antes.
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Fuente: Rab Shlomo Weinstein (de Londres). Adaptado por Yerajmiel Tilles.
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