Es cierto, a veces todo va bien. ¿Pero otras veces? Planeas, solo para que todo se derrumbe. ¿Cómo se supone que debes reaccionar entonces? ¿Y cómo puedes poner tu confianza en Dios - y servirlo incluso con alegría - si nunca sabes lo que puede pasar después?
Pero confiar en Dios supone algo más que creer que Él hará lo que tú crees que es lo correcto. Se trata de reconocer que Su plan es más grande que cualquier otra cosa que puedas imaginar.
Entonces, la próxima vez que las cosas "no estén funcionando", aprovecha las nuevas oportunidades que te brindan. Y prepárate para las cosas asombrosas que vendrán.
Esa es una verdadera alegría.
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