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domingo, 4 de julio de 2021

Una Entrevista con Rab Pinie Korf



ROMPIENDO LA BRECHA GENERACIONAL

En esta entrevista excepcional, el legendario mashpia Reb Pinie Korf a”h describe la tradición de Lubavitch de aprender de los “eltere jasidim”, comparte su propia experiencia como bojur y nos brinda un importante mensaje para nosotros hoy.

Cualquiera que conozca Kingston Avenue conoce a Reb Pinie Korf . Podías encontrarlo cualquier día: acompañando a un anciano josid, escuchando a una persona necesitada o simplemente caminando absorto en sus pensamientos, como uno imaginaría que camina un josid.

Una leyenda en vida, este masmid y mekushar ejemplar se desempeñó como el Mashpia de la Yeshiva Oholei Torá durante los últimos cuarenta años, y en esa capacidad ha enseñado a la mayoría de los lubavitcher bojurim americanos. Fue ampliamente reverenciado por su davenen y su irat Shamaim, y envidiado por el hecho de que una vez fue golpeado por haber ido a enseñar Jasidus...

Los jasidim cuentan que cuando era un bojur, una vez se acercó a su mashpia, Reb Peretz Motchkin de Montreal, para pedirle consejo sobre un asunto personal en avodas HaShem. Reb Peretz luego exclamó a sus amigos: "Sus preguntas me recuerdan la sinceridad de los bojurim de Lubavitch en los buenos tiempos..." De hecho, los propios recuerdos vivos de Reb Pinie de los jasidim de antes de la guerra lo convierten en un baal mesora singular, un flash del pasado.

Verlo a Reb Pinie hacer Davenen no es algo que pueda [yo] transmitir por escrito. Escucharlo en un farbrenguen, también debes estar presente para experimentarlo. Sin embargo, hay una cosa que creo que se puede condensar y expresar por escrito: su consejo.

Su aguda intuición, su jasidisher jinuj puro y su sincera dedicación a darkei haJasidus, se combinan para crear una personalidad imponente: un josid genuino cuya vida de avodá intensa ha producido una percepción aguda que está envuelta en una personalidad sin pretensiones, incluso simple y sencilla. Cientos de personas acudían a él, no solo por su fuente de jasidishe maises, ideas y sentimientos, sino también por una guía práctica sobre cómo lidiar con las realidades contemporáneas. Y a pesar de su humilde porte, sus opiniones respecto a estos desafíos suenan fuertes y claras.

Entrevistar a Reb Pinie parecía una idea descabellada. Aunque estaba seguro de que se negaría, decidí intentarlo de todos modos. ¿Qué tenía para perder…?

Así que un buen martes por la mañana fui a 770 en busca del mashpia. Allí lo veo, encorvado sobre un Likutei Tora, enseñando a un grupo de baalei batim concentradosCuando termina y se prepara para volver a casa, es detenido por antiguos talmidim, por baalei teshuvá recientes o por viejos amigos, sus primeros 'admiradores' de sus días en la ieshivá .

Pacientemente, esperé mi turno. Para mi sorpresa, tan pronto como me acerco a él con mi petición, él mira hacia arriba y dice con su fuerte acento ruso: ¿Farvos nit? ("¿Por qué no?")

Aquí tenemos nuestra primera visión de Reb Pinie. No se asusta de los medios y no huye del kavod. Es simplemente insignificante para él. Entonces, si es algo provechoso, algo de lo que alguien podría beneficiarse, entonces ¿farvos nit?

Y ahí estábamos, en la parte de atrás de 770, inmersos en una conversación, yo preguntando y Reb Pinie respondiendo. Mientras hablaba, su cabeza estaba inclinada, su barba blanca como la nieve se extendía sobre su pecho, escuchando con atención. Cada vez, tan pronto como terminaba, miraba hacia arriba y me compartió sus mesuradas palabras.

Aquí están, tal cual él las dijo.


Q: ¿Por qué el modo de vida, los ideales y los valores de Jasidus tienen que ser transmitidos davka a través de jasidim vivientes? No sería suficiente estudiar jasidut y recibir Hadraja de un Sefer? ¿Por qué es necesario el farbrenguen y escuchar a eltere jasidim, el  pasar tiempo en compañía de jasidim?

R: Es cierto que uno puede recibir orientación e inspiración a través del estudio de los maamorimsijotigrosetc.; de hecho, esos son la fuente principal. En las Sijot y en las cartas del Frierdiker Rebe en particular, el lector podrá encontrar un tesoro de jasidishe historias, anécdotas e historia, que lo inspirará, cambiará su punto de vista y lo imbuirá con verdaderos valores jasidishes.

Sin embargo, incluso una vez inspirado, traducir esas palabras en la aplicación práctica, especialmente cuando eso implica cambiar todo el estilo de vida y el sistema de valores de uno, a menudo resulta muy difícil. Una persona puede sentir que necesita pruebas de que en realidad es posible vivir un estilo de vida jasidishe en el mundo "real".

Entonces, como primera respuesta a tu pregunta: cuando uno ve a un individuo vivo que en su vida cotidiana personifica todo lo que representa Jasidus, esto cambia su perspectiva. Comienza a ver Jasidus como algo práctico y relevante.

P. En otras palabras, un éltere josid sirve como dugma jaya, de ejemplo viviente, para los jasidim más jóvenes¿Por qué no es suficiente tener al Rebe como un ejemplo viviente?

R. Se cuenta una historia sobre Reb Abba PliskinEl Rebe le había indicado una vez a este josid "que inculque en los bojurim un 'gustito' por Jasidus " (arain-guebn a lajlujis in di bojrim).

Algún tiempo después, en un yejidus, le preguntó al Rebe cómo hacer esto. El Rebe respondió que debía contarles historias de jasidimEl Rebe enfatizó que se estaba refiriendo específicamente [a aquellas relacionadas con] jsidim, porque al escuchar sipurei tzadikim, la gente puede pensar que está demasiado lejos de ellos.

Las historias de los Rebeim son ciertamente de suma importancia: nos inculcan emunas tzadikim, nos enseñan lecciones vitales, etc., pero eso no quiere decir que podamos compararnos con el Rebe, o que podamos alcanzar el nivel de un Rebe y emular su logros (aunque ciertamente podemos, y debemos, esforzarnos por lograr al menos una semejanza mínima). Los niveles y logros del Rebe difícilmente pueden servir como un ejemplo práctico y relevante para la persona promedio que viva y [los aplique] en su vida diaria.

Con respecto a los jasidim, por otro lado, uno siente que hay cierta cercanía [y pertinencia, como para identificarse con uno mismo y sus desafíos, etc], y que con esfuerzo y persistencia, puede lograr alcanzar su nivel y estar a la altura de su ejemplo.

P. Tengo la impresión de que en tiempos pasados ​​se hacía más hincapié en observar a jasidim mayores, escucharlos y observarlos hacer Davenen. ¿Cuál fue su experiencia en esta área?

R. Luego de que terminarámos nuestro propio davenen, siempre quedaba bastante tiempo para observar a los jasidim mayores mientras continuaban su Davenen con su propio estilo y ritmo, pausado y deliberado. La profunda impresión que estas personas nos dejaron es inconmensurable. En las cartas del Frierdiker Rebe encontramos una vívida descripción del davenen tal cual era en los jasidishe shuls del Viejo Mundo, y el efecto que hizo en la juventud:

“¡Cuan buena y agradable era la casa de HaShem en las jasidishe comunidades! Incluso durante los días de semana, y cuánto más en Shabat y Yom-tov uno podía encontrar a un número de personas rezando con tal dveikus e intensidad, que al entrar al Shul, uno se quedaba sorprendido o incluso sobrecogido ante el panorama Elokí que tenía frente a sus ojos...

En varios rincones del Shul, tanto en el lado del mizraj como de lado del maarav, estos faroles de HaShem, estas almas mortales, ardían con el aceite de la santa unción (Hamishjá), mientras el espíritu dentro suyos dominaba por sobre la materia. Algunos lloraban desde lo más profundo de su corazón y lo más recóndito de su alma; otros se encontraban en un estado de deleite, con una voz que despertaba una verdadera intención (Kavaná), un sentimiento de apego y amor por HaShem, que culminaba en una efusión y torrente del alma misma en su totalidad; mientras que otros estaban absortos en una contemplación de otro mundo, de conceptos abstractos de Elokut (Divinidad), anhelando en silencio, en un vínculo de esencia a Esencia.

Cada individuo a su propio nivel sabía que el estudio de Jasidus era su parte más preciada en la vida, y que avodas hatefila era el portón a los planos superiores -  para percibir Elokut (la Divinidad) y contemplar la gloria de HaShem. Sabía muy bien que su prioridad número uno en la vida era el refinamiento de sus midot naturales (instintivas) y materialistas, y el predominio del alma y lo espiritual sobre el cuerpo y lo material.

Incluso los niños pequeños y los jóvenes encontraban un hueco o algún sitio detrás de las puertas, desde donde podían calentar sus corazones junto al fuego de estos jasidim, donde podían sentarse a los pies de estos anshei maase. Y otras veces esperaban con un bitul interno, hambrientos y sedientos por escuchar al menos una palabra, una mera gota, de las bocas de estos sabios y ancianos jasidim que habían venido al Beis Midrash, cuyos labios pronunciaban verdaderamente grandes palabras... Esta sed sirvió de salvación para estos jóvenes, permitiéndoles avanzar por el camino correcto..."

De hecho, observar jasidim y observar su davenen siempre ha sido una gran cosa. Pero aún así, en mi época, el momento principal para guiar e inspirar a jasidim de todas las edades fue siempre el farbrenguen. Allí, un anciano josid se abría y compartía sus propios sentimientos y pensamientos, y a menudo hablaba sobre jasidim de generaciones anteriores. El foco de todo esto, la razón principal de nuestro deseo por estar en un farbrenguen, era recibir instrucción y orientación.

P. ¿Cómo se expresó este entusiasmo por escuchar a los eltere jasidim (jasidim mayores y veteranos)?

R. Es cierto que algunos eran del tipo curiosos e inquisitivos (krijers). Intentaban sondear y hacerles preguntas, con la esperanza de escuchar historias y recuerdos, y de hecho de vez en cuando lograban "exprimir" bocados para nutrir el alma. Pero yo no era de ese estilo. Mis amigos y yo íbamos a buscar farbrenguens simplemente porque queríamos escuchar de jasidim, estar cerca de jasidim. Si era este josid o el otro, era irrelevante; solo queríamos estar en un farbrenguen, escuchar a los jasidim.

P. ¿Pero por qué tenía que ir a escuchar a varios jasidim diferentes? ¿Por qué no era suficiente un more derej (mentor)?

R. Para tener como mashpia, todos tenían un josid a quien admiraban en particular, y de él recibían principalmente orientación. Pero todavía estaban abiertos a absorber cosas buenas de diversos jasidim. Después de todo, de cada josid, cada uno según la raíz de su alma distintiva, puede uno aprender algo valioso, ya sea la profundidad de su meditación, la calidez de sus emociones espirituales, la espontaneidad de sus ahavas Isroel, o el increíble poder de su mesirus nefesh.

P. Suena como si en su época había una sed por escuchar a los jasidim ancianos. Hoy no parece ser ese el caso. Muchos de los jóvenes de hoy ni siquiera aspiran a alcanzar los niveles de los jasidim mayores que sí conocen, y mucho menos de los jasidim de generaciones anteriores. El sentimiento predominante es que los éltere jasidim son productos de una era pasada de una sociedad totalmente diferente, lo que los hace poco prácticos para emular.

R. Veo esta perspectiva de “brecha generacional” como uno de los desafíos de esta generación. Cuando era joven, no veíamos a los eltere jasidim de esa manera; ciertamente teníamos derej eretz hacia ellos y reconocimos que estaban en un nivel mucho más alto que nosotros, pero no los veíamos como provenientes de otro planeta. No existía esta “mejitza” que separaba las generaciones. De la forma en que lo veíamos [era así:], ellos una vez fueron jóvenes como nosotros, viviendo en el mismo mundo y tuvieron luchas similares, y a través de trabajar consigo mismos y recibir orientación de sus mashpi'im, eventualmente se convirtieron en quienes son. Entonces, si trabajamos en nosotros mismos, también podríamos llegar a ser como ellos. No es que pensáramos que en realidad nos parecíamos a esos jasidim mayores, pero ¿por qué no al menos tratar de ser como ellos?

P. ¿De dónde proviene la actitud actual?

R. En mi opinión, proviene de la cultura secular que nos rodea, donde los jóvenes se sienten más avanzados y conocedores que sus padres y abuelos, y de cualquier persona o cualquier cosa que esté asociada con la generación anterior. No hace mucho tiempo, la opinión predominante era que cuanto mayor era una persona, más sabia y conocedora se volvía, pero hoy, la actitud predominante es todo lo contrario. Desafortunadamente, esta visión también se ha infiltrado en nuestros círculos.

P. De hecho, parece que hoy la gente es más crítica y menos indulgente con las faltas: “este mashpia tiene esta falla, aquel mashpia tiene otra falla.” ¿Por qué no existía este problema en ese entonces?

R. Esta respuesta puede que te sorprenda, pero la gente también era crítica en aquel entonces. Siempre hubo críticos - "jajomim" que pensaban que sabían mejor; grandes jajomim, pequeños jajomim...

Aquellos, sin embargo, no eran tan impulsivos; todavía tenían algo de bitul, y no veían como su “deber sagrado” encontrar fallas en todos los mashpiim y rabonim

P. ¿Pero qué tiene de malo ser razonable? ¿No es cierto que los mashpi'im tienen defectos?

R. En primer lugar, no es nuestra tarea juzgar a los demás. Generalmente no conocemos la historia completa detrás de cualquier conjunto de circunstancias o detrás de las motivaciones de otra persona. Y si esto es cierto respecto a cualquier compañero judío, sin duda lo es respecto de una persona mayor, y en particular de un verdadero jasid, tiene derecho a recibir la misma actitud tolerante y sin prejuicios.

E incluso si uno está convencido de que en verdad está calificado para juzgar, ¿por qué debe dedicarse a tales esfuerzos tontos? ¿Qué beneficio saldrá de eso?

Hay una historia sobre un famoso Josid llamado Reb Abba PersonReb Abba era un adinerado hombre de negocios y, a pesar de su prestigio, su conducta en ciertos asuntos era tal que, al menos desde una perspectiva jasídica, podría considerarse cuestionable.

Otro josid prominente de esa época, Reb Jonie Morozov, es recordado como el secretario personal del Frierdiker Rebe y uno de sus más cercanos confidentes. En su juventud, sin embargo, mostró un lado salvaje: incluso se lo podía ver saltando a una vagoneta mientras estaba en movimiento. En fin, un día este joven bojur fue enviado a quedarse con Reb Abba por un tiempo para aprender y recibir orientación de él.

Reb Abba una vez lo reprendió con respecto a cierto asunto, y sin movérsele un pelo, Reb Jonie le respondió: "¡Pero tú también tienes muchas faltas!"

"Es cierto", respondió Reb Abba, "pero si te concentras en las faltas de otras personas, nunca te convertirás en un mentch..."

Uno debe concentrarse en sus propios defectos, no en los de otra persona. Uno debe aprender y crecer a partir de las cualidades positivas de aquellos a quienes se puede emular, en lugar de tratar de justificar la propia falta de avoda demostrando que nadie es perfecto….

P. ¿Alguna vez criticó a ciertos eltere jasidim? ¿Admiró a algunos más que a otros?

R. Definitivamente. ¡No significa que los rechazáramos! Y es obvio que incluso los jasidim más grandes no son perfectos. Así que, sí, definitivamente había diferencias: algunos jasidim admiramos más, y a otros, no tanto. Pero siempre estábamos ansiosos por escuchar a cada josid. Como mencioné anteriormente, de cada josid hay lo qué escuchar y lo qué aprender.

¡El problema con algunos críticos hoy en día es que no están dispuestos a admirar a nadie! Este mashpia tiene demasiado gaive, y ese es demasiado bitul'dik; aquel no es lo suficientemente inspirador, y ese otro, aunque muy inspirador, no tiene tanto conocimiento como yo…

Desde luego, es conveniente que uno admire a un josid más que a otro, y que designe como su mashpia personal al josid a quien considera en más alta estima. El problema comienza cuando uno no admira a nadie, y nadie es considerado digno como para ser escuchado.

Recuerdo que cuando era muy joven, ya tenía una inclinación en cuanto a de quién me gustaría aprender y emular. A mis ojos, mi opinión ya tenía un peso considerable.

Cuando tenía alrededor de la edad de bar mitzva, vivíamos en el Campo de Refugiados en Poking, Alemania. Reb Isroel Nevler fue mi principal modelo a seguir, y hasta el día de hoy tengo su memoria en la más alta estima. Era un josid ardiente, lleno de alegría y calidez. Su Iras Shamayim era admirable. Irradiaba una fuerza interior y era inusualmente apasionado y expresivo.

Además de Reb Isroel, decidí en ese momento que vi cierto emeskait en dos jasidim en particular, quienes, en comparación con otros, no se consideraban sobresalientes. No pude evitar admirar su sinceridad, su emes, sus Iras Shamaim y franqueza. Para ellos era una realidad que lo que exigía Jasidus debía llevarse a cabo sin excusas ni atajos. Había otros jasidim que eran más respetados [y estimados], pero yo apreciaba más a estos dos.

Más tarde, cuando me mudé a Francia, también hubo muchos jasidishe Idn, incluyendo Reb Nisan Nemenov, que era el mashpia oficial, y por supuesto participé en sus farbrengens y demás. Pero allí también, se destacaron ciertos jasidim a quienes realmente admiré. Y cuando llegué a New York, esta secuencia se repitió; Me llevé bien con algunos y menos admiración por otros.

Para obtener una guía amplia sobre el camino más apropiado a seguir en la avoda, se necesita un mashpia particularPero para complementar eso con todas las otras cosas buenas que se pueden escuchar en un farbrenguen, siempre hay algo para escuchar de todos; tal vez no siempre sea 100% preciso, pero siempre hay algo para recibir. Entonces, por regla general, iba a todos los farbrenguens de cada mashpia.

Para resumir:

  1. Todo el mundo tiene defectos y deficiencias. Punto.
  2. No es descabellado o irracional tener un gran respeto por alguien y considerarlo digno de escuchar y de quien aprender, aunque no sea perfecto.
  3. Está bien y es natural admirar a ciertos eltere jasidim más que a otros. Aquellos a quienes admiras y de los que sientes que tienes más para ganar, son los principales a los que debes observar y escuchar.
  4. Incluso después de tener tu mashpia o eltere josid, debes escuchar a otros jasidishe Idn también, ya que cada josid tiene algo único para ofrecer.


P. ¿Cómo se relaciona todo esto con los miembros de la comunidad Anash ?

A. En primer lugar, asegurar y dejar claro que hay mashpi'im que coinciden con la descripción mencionada anteriormente. Debe haber mashpi'im en general, mashpi'im para cada shul, para cada barrio o grupo, etc. Esto debe implementarse sin importar el tiempo, esfuerzo y dinero que pueda esto requerir. Una vez que esto está en su lugar, las personas deben mostrar interés. Esto se puede expresar de varias maneras: asistir a los farbrenguens y shiurim y estar atento a ellos, suplicarle a los mashpi'im que den más shiurim y farbrenguen (con más frecuencia), y así sucesivamente.

Todo esto fomentará relaciones saludables entre los mashpi'im y los yungelait, lo que en última instancia generará un bien incalculable para toda la comunidad.

P. ¿Y cómo pueden los mashpiim, por su parte, ayudar a mejorar la situación y, en particular, inspirar a la generación más joven a involucrarse más en Jasidus, Tora e iras Shamaim, en una época en la que hay tantas distracciones y desafíos?

R. No hace falta decir que los mashpi'im necesitan dedicarse, tener un sentido de responsabilidad . Necesitan invertir esfuerzo y tiempo en los yungelait y en la generación más joven: hacer fabrenguen's con ellos, organizar shiurim, escucharlos, motivarlos, mostrarles que realmente se importan por ellos y que están ahí para ayudarlos. . Necesitan involucrarse.

Cuando esto esté en su lugar, la generación más joven responderá también con entusiasmo y empeño. Si perciben que alguien está verdaderamente dedicado y se preocupa sinceramente por ellos, recibirán lo que se les diga con los brazos abiertos. Solo cuando sientan que sus preocupaciones y problemas realmente le importan a alguien, será posible que los mashpi'im hablen de expectativas o incluso brinden críticas; sólo entonces, en lugar de enfrentar la indiferencia o la negatividad, los mashpi'im cosecharán los resultados deseados.

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