Por Rab. Sholom Avtzon
Un Rov que era un discípulo del Munkatcher fue a ver al Frierdiker Rebe poco después de la Segunda Guerra Mundial y le preguntó dos cosas:
"Rebe, sé que usted estaba sumamente cercano a mi Rebe el Munkatcher, y como no puedo preguntarle a mi Rebe, vine a pedirle a usted. Por favor, deme una broje que tenga la fuerza para reconstruir mi vida y comenzar de nuevo. Mi esposa e hijos murieron en la guerra, junto con muchos de mi extensa familia, y necesito una broje para poder reconstruir y seguir adelante.
En segundo lugar, si voy a seguir adelante, [le pregunto al Rebe su guía y consejo, en cuanto a] ¿dónde debería asentarme?
El Frierdiker Rebe le dio una broje para que tuviera las fuerzas para continuar y luego le dijo: "en cuanto al segundo punto, baja y pídele consejo a mi yerno."
Siguiendo estas instrucciones, el Rov bajó las escaleras y tocó a la puerta de la oficina de nuestro Rebe, y le dijo que el [Frierdiker] Rebe le instruyó / aconsejó que le formulara a él la segunda pregunta respecto adónde debería establecerse.
El Rebe respondió: "Escuché que muchos judíos húngaros se están estableciendo en Argentina. Siendo que eres un Rov y un Talmid Jojom, estoy seguro de que te darán la bienvenida y serás matzliaj allí.
Siguiendo el consejo del Rebe, fue a Argentina, y tal como el Rebe predijo, la comunidad estaba encantada y honrada de que un Rov tan prominente haya considerado establecerse en su comunidad y lo hicieron sentir lo más cómodo posible.
El Rov, siendo un verdadero Rov, se propuso establecer una escuela y otras cosas que vio como necesidad para una comunidad judía, y la comunidad apoyó todos sus esfuerzos. Todos quedaron satisfechos con las disposiciones.
Pasaron algunos años y un día una mujer llegó al Rov llorando; su maravillosa hija había conocido a un joven en la universidad y quiere casarse con él, a pesar de no ser judío. Todas sus súplicas, promesas y amenazas cayeron en oídos sordos. Si bien en general la hija era extremadamente respetuosa y haría cualquier cosa que le pidiera su madre, esta era la excepción.
El Rov llamó a la hija (por teléfono) y comenzaron una conversación. La joven respondió respetuosamente a todas sus preguntas, pero tan pronto como él abordó el delicado tema, ella respondió: "no hay nada que discutir, ya decidí que me casaría con él" y colgó. Cuando volvió a marcar, ella ya no atendió.
La madre está sentada allí llorando y el Rov no sabe qué puede hacer.
Luego de unos momentos, recordó lo que el Frierdiker Rebe le había dicho, que si necesitaba orientación/consejo, debía hablar con su yerno, quien era ahora el Lubavitcher Rebe.
Así que llama al rabino Hodakov y le cuenta la historia, y concluye: "El suegro del Rebe, el Frierdiker Rebe, me dijo que cuando necesite saber qué hacer, debía preguntarle a su yerno, el Rebe."
Luego de decir estas palabras escucha la voz del Rebe dándole indicaciones al rabino Hodakov [de decirle al Rov lo siguiente]: "El Rov debe decirle a la joven que hay un Yehudi en Brooklyn que no puede dormir debido a lo que planea hacer."
Al escuchar esto, el Rov no estaba seguro de cómo iría a funcionar y cómo esto resolvería el problema. La joven se niega a hablar con él, entonces, ¿cómo le iba a dar este mensaje? Y si lo escucha, ¿cómo la afectaría eso?
Sin embargo, era un Talmid del Munkatcher y sabía que si un Tzadik te dice que hagas algo, lo haces, sin tratar de entenderlo.
Llamó a la joven y, para su sorpresa y alegría, ella atendió al teléfono. Sabiendo que tenía su atención solo por unos instantes, le dijo: “Recibí un mensaje muy importante de New York para darte, y solo tomará unos minutos. Por favor, acérquese a mi oficina tan pronto como pueda."
La joven le dijo que estaría allí en aproximadamente media hora, y vino.
El Rov le dijo: "Después de nuestra conversación, llamé a un Rabí muy justo y reverenciado y él me dijo que le dijera que hay un judío en Brooklyn que no puede dormir debido a lo que planea hacer."
Al escuchar esto, se enfureció y me dijo: "Me estas engañando. No conozco a ningún rabino de Brooklyn, y ningún rabino en Brooklyn me conoce, es una mentira. No hay nada que hablar."
Al ver que ella estaba a punto de irse, le dijo: "Te mostraré una foto del Rabino que me dijo esto." Diciendo esto salió de la habitación, mencionando que regresaría en un momento. Al ir a otra oficina, tomó un marco con una foto del Rebe y la trajo, diciendo: "Esta es esa persona."
Al ver la foto, la joven comenzó a temblar y le dijo: "Las últimas noches, este hombre ha estado apareciendo en mi sueño y me instruye que no me case con esa persona, y me advierte de las consecuencias que nos sobrevendrían si nos casamos.
Nunca vi a ese judío y no sabía quién era, así que lo desestimé. Pero ahora que me dices que él te dijo esto, veo que es verdad."
Ella cortó la relación y al año siguiente se casó con un muchacho judío.
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