El tratado de Sotá relata que cuando Yosef se enfrentó a un dilema moral, vio el rostro de su reverenciado padre Yaakov ante sus ojos [eso fue lo que lo contuvo,] no podía traicionar la fe que tenía [su padre] en él.
Cuando nos enfrentamos a desafíos en nuestras propias vidas, podemos fácilmente ser presa de la justificación y las racionalizaciones, pero la lección de la historia de Yosef puede darnos la fortaleza que necesitamos para tomar las decisiones correctas.
La Sijá:
La Torá relata que en el momento en que nació Moshé, el primer líder del pueblo judío, su madre vio "que era bueno". El Talmud pregunta, ¿cómo lo supo? ¿Qué vio ella? Responde: "Toda la casa se llenó de luz."
La verdad es que todos tenemos una chispa luminosa de Moshé dentro nuestro, una fuente de fuerza e inspiración para todo judío, como individuos y como nación.