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jueves, 19 de marzo de 2020

10 cosas que estoy aprendiendo sobre la vida en medio del Coronavirus



1. No importa cuán poderosos o avanzados creemos que somos, a fin de cuentas, no tenemos el control.

2.  Di-s dirige el mundo y lo manejará exactamente de acuerdo con Su propio plan y Su propia agenda. ¡Di-s se hará cargo de nosotros!

3. Necesitamos creer en esto. El hombre repartidor que entregó los productos de almacén de mi amigo regañó: “Ustedes creen en Di-s, entonces, ¿por qué tanta ansiedad? Di-s creó a Sus hijos; ¿No crees que Él puede hacerse cargo de nosotros?

4. ”Algunas de las mejores soluciones son las más simples. Lávate las manos, mantente limpio y no propagues infecciones negativas. ¿No deberíamos seguir esta receta en todas las áreas de la vida?

5. La forma en que reaccionamos ante los demás en tiempos de angustia dice mucho sobre nosotros. Estoy viendo propuestas tan generosas de ayuda práctica para aquellas personas en situaciones difíciles. Un virus se ha extendido como un incendio forestal, cambiando por completo nuestro mundo. Si esto es cierto en el sentido negativo, imagina el poder de algo positivo, cuán contagiosa y poderosa puede ser una buena acción.

6. Muy a menudo, estamos ocupados corriendo por la loca carrera de la vida. A medida que ponemos un freno, y nos dirigimos a nuestros seres queridos, podemos reevaluar nuestras prioridades y lo que es realmente importante.

7. Nuestros niños y las personas que nos rodean buscan en nosotros orientación. Si demostramos un frenesí terrible, la bola de nieve se convierte en histeria colectiva. Si mantenemos la calma, permanecemos tranquilos y cautelosos, los demás toman nota y se comportan de la misma manera.

8. "No hay persona que no tenga su tiempo y nada que no tenga su lugar" (Avot 4:3). ¿Quién hubiera pensado que el humilde rollo de papel higiénico se convertiría en una mercancía tan preciosa? Nunca pienses en ti mismo como inútil; todos tienen su tiempo para brillar.

9. El humor recorre un largo camino. "El lenguaje de los sabios es la curación" (Mishlei 12:18). La felicidad, la positividad y el ingenio solo pueden ayudar a la situación. La preocupación es a menudo peor que la enfermedad misma. Seré honesto, este es mi mensaje personal para llevar a casa.

10. ¿Con qué frecuencia me escucho decirles a mis hijos: "Por supuesto, estoy preocupada! ¡Esa es mi labor como madre judía! " A decir verdad, nuestro mayor enemigo, quizás más debilitante que cualquier enfermedad o desafío, es sentirse sobrecargado y estresado. No ayuda, solo alimenta el frenesí, creando problemas aún más generalizados.

Necesitamos tomar medidas preventivas, pero con una actitud positiva de "puedo hacerlo" y "estará bien."


¡Deseándonos a todos salud y bendiciones!

Jana Weisberg

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