A principios de la década de 1970, yo viajaba a Nueva York varias veces al año, como corresponsal extranjero de los periódicos Hamodia y Algemeiner. Mientras estuve en Nueva York, aprendí mucho del Rebe, y recibí orientación de él: cómo comunicar mejor los asuntos que cubría como periodista, principalmente en el terreno de la seguridad. También llevé mensajes del Rebe a oficiales militares de alto rango en Israel.
La amplitud de análisis del Rebe era asombrosa. Cuando el Primer Ministro, el Jefe de Gabinete o los oficiales de las FDI acudían a él, y sé que docenas lo hicieron, les brindaba información que los dejaba sorprendidos. A menudo les mostraba la imagen más grande, que nunca habían considerado. Fue esta reputación la que trajo a estos líderes militares a su puerta.
El Rebe no solo era la cabeza y hombros por encima del resto, sino que era un experto en mi campo, defensa y seguridad. Veía la imagen más amplia, y la veía en gran profundidad. Muchas veces, en realidad, en
todo momento, tuvo una gran previsión.
En varias ocasiones un oficial militar de alto rango me dijo: “¡Este hombre me sorprende! No soy una persona religiosa, pero cuando me encuentro con él, siento que estoy sentado frente a alguien que pasó toda su vida en el ejército, que entiende de armamento, conoce estrategia militar y comprende la inteligencia."
El legendario Meir Amit, la única persona que ocupó los cargos de director del Mossad y de Inteligencia Militar al mismo tiempo, una vez compartió conmigo un episodio que ilustra la posición que el Rebe tenía ante los ojos de las Fuerzas de Defensa de Israel:
A principios de la década de 1960, Amit se reunió una vez con el Rebe, y tenía programado volar de regreso a Israel más tarde esa noche. Su audiencia con el Rebe transcurrió más de lo esperado, y tan pronto como concluyó, Amit llamó a El Al al aeropuerto Kennedy y le preguntó quién era el piloto. Resultó que el piloto, un ex militar, conocía a Amit. Amit conocía a todos.
Le dijo al piloto: "Sé que llego tarde, pero te diré la verdad. Acabo de salir de una reunión con el Rebe de Lubavitch que duró más de lo esperado. Estoy en camino a JFK."
A lo que el piloto respondió: "No te preocupes. Yo también acabo de visitar al Rebe. Mantendremos el vuelo por ti."
Amit me contó que él y el piloto se pasaron todo el vuelo debatiendo y analizando sus encuentros con el Rebe.
Visité Egipto once veces. En muchas de esas ocasiones, cuando acompañé al Primer Ministro o al Ministro de Defensa de Israel, también me reuní con el presidente egipcio Hosni Mubarak. Él llevaba a los periodistas a una habitación lateral, donde se sentaba con nosotros y mantenía conversaciones muy interesantes y abiertas con nosotros.
Recuerdo una reunión en particular. Éramos cinco o seis periodistas. Por alguna razón, Mubarak apresuró la conversación y la terminó. Luego me llamó y me dijo: "Por favor, ven a mi oficina."
Lo seguí, y me dijo: “Sé lo que escribes. Conozco tus puntos de vista. Y tengo una pregunta para ti. ¿Puedes decirme qué quiere el Rebe de Lubavitch de mí?"
Me quedé impactado. Le dije: "¿A qué se refiere, Sr. Presidente?"
Él dijo: “El Rebe habla en contra de nuestros acuerdos con Israel. Nos ve como una amenaza continua. ¿Por qué lo hace? ¿Qué tiene él contra mí?"
Respondí: “Estoy seguro de que la próxima vez que el Sr. Presidente visite los Estados Unidos, el Rebe estará encantado de reunirse con usted y explicarle sus puntos de vista. Solo puedo presentar mi comprensión... " Y durante media hora, escuchó mientras yo le contaba sobre el Rebe: quién era el Rebe, cuál era su enfoque, cuál era la historia de Jabad, sobre su trabajo y activismo en todo el mundo.
A mi opinión, lo impresionó. Vi una confirmación de esto varios años después.
En 1984, el Rebe lanzó una campaña para que todos los judíos estudien el Código de la Ley judía de Maimónides. En 1985, cuando llegó el momento de celebrar la finalización del primer ciclo de estudios, los organizadores del evento en Israel decidieron celebrar la ceremonia en la antigua sinagoga de Maimónides en El Cairo.
Les preocupaba que a la luz de las declaraciones del Rebe sobre Egipto, no se otorgara el permiso. Así que me pidieron ayuda.
Hablé con el embajador egipcio en Israel y le dije: "Los jasidim de Jabad quieren organizar un evento en El Cairo". Les expliqué que querían celebrar el estudio del libro de Maimónides. Que no había nada político al respecto, solo algo cultural, de estudio.
El embajador acordó pasar mi solicitud.
Le dije: "No sé con quién planea hablar, pero solicito que lleve este asunto a la cima. No tengo dudas de que su presidente lo autorizará."
Prometió hacerlo.
Hasta el día de hoy no sé si realmente se lo llevó a Mubarak, pero no tardó mucho en recibir una respuesta. Dos días después regresó y dijo: “Fui a la cima. No hay problema para que Jabad venga a celebrar el evento en El Cairo."
La ceremonia tuvo lugar y los egipcios trataron muy bien a los Jasidim.
Esto demuestra que incluso en Egipto, la posición del Rebe era fuerte y que tomaban en cuenta su opinión. Lo mismo se aplica a otros países árabes y a muchos otros lugares del mundo.
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Israel Katzover con el Presidente de Egipto Hosni Mubarak |
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Isroel Katzover es un periodista israelí de alto rango que cubrió las Fuerzas de Defensa de Israel y cuestiones de seguridad israelíes durante varias décadas para Hamodia, Algemeiner Journal, Kol Israel y otros medios de comunicación. Fue entrevistado por JEM para My Encounter en su casa en Jerusalén en marzo de 2010. Su entrevista apareció en Faithful and Fortified, Volumen II: Periodistas de Israel.