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jueves, 7 de noviembre de 2019

Tocando Violín para el Rebe - My Story

Interludio musical 

El violín anhelante


El rabino Shmuel Katan se desempeñó como químico e ingeniero en la Fuerza Aérea de Israel, y como profesor en la Escuela de Comercio Kfar Jabad. Fue entrevistado en su casa en Kfar Jabad, Israel, en diciembre de 2015 para MY MOMENT, de JEM.

Durante mi cuarto año de estudio en el Tejnion, el Instituto de Tecnología de Israel, experimenté un despertar espiritual que me fue difícil de definir en ese momento. Busqué en todo tipo de lugares antes de llegar a la conclusión de que mi camino estaba en el judaísmo. Como resultado de una conexión que forjé con el rabino Reuven Dunin de Haifa, y con el rabino Moshe Weber de Yerushalaim, comencé a estudiar en la Yeshivá Lubavitch en Kfar Jabad. Y, después de aproximadamente un año de estudio, comencé a trabajar como maestro en la Escuela de Comercio de Jabad, y luego me casé.

Mi primera visita al Rebe tuvo lugar en 1968, un año después de mi boda, en el mes de Tishrei, el mes de Rosh Hashaná, Yom Kipur y Sucot. Cuando me iba a Nueva York, mis conocidos me recomendaron que llevara mi violín y así lo hice.

Comencé a tocar el violín a una edad relativamente joven, y tuve el privilegio de estudiar con algunos de los mejores maestros (músicos) de Israel. Y toqué en varias orquestas, incluyendo la orquesta Tejnion, por lo que tenía una amplia experiencia musical que finalmente integré en el mundo jasídico de la música. Y, de hecho, durante el tiempo que estuve estudiando en la yeshiva, tuve el privilegio de tocar un par de veces en farbrenguens y en varios eventos de Jabad celebrados en Kibutzim por todo Israel.

Durante mi visita al Rebe en Nueva York, toqué varias veces en la sucá de mis anfitriones, y luego llegó Simjat Torá. Con la culminación de los Jaguim, el Rebe realizó un farbrenguen y, después de llevar a cabo la ceremonia de Havdalah, distribuyó vino de su copa. Cuando llegué para recibir un poco, le pregunté al Rebe si podía tocar mi violín. El Rebe me miró por un momento con una mirada penetrante y dijo: "Muy bien, por favor."

Saqué el violín que, a instancias de algunos de los jasidim, había corrido a buscar luego de Havdalá y lo había guardado debajo de las gradas. Dos conocidos cantantes, el rabino Moshe Teleshevsky y el rabino Shamshon Jaritonov estaban parados junto a mí, y luego de una breve consulta con el Rebe, me dijeron que tocara Esn est zij. Esta canción lamenta lo fácil que es conectarse a los placeres físicos, pero lo difícil que cuesta rezar, su melodía conmovedora expresa un profundo anhelo y deseo por Divinidad.

El salón estaba abarrotado cuando comencé a tocar, mientras el Rebe seguía sirviendo vino para todas las personas que pasaban. Cuando terminé el nigun, el Rebe hizo un gesto como que algo no estaba bien y le indicó a la multitud que cantaran la canción para que yo pudiera aprenderla.

Los dos cantantes trataron de explicarme lo que se refería el Rebe, que hay dos notas matizadas que toqué de forma ligeramente incorrecta, y me demostraron cómo debían sonar.

Lo intenté varias veces hasta que lo hice bien. Después de corregir esa parte, el Rebe me pidió que la volviera a tocar varias veces, y agregó: "Una vez más, una vez más" y "pianissimo", usando el término musical italiano que significa "muy suavemente."

En música, la dinámica del volumen le da al sonido su color y sensación. Desde una perspectiva técnica seca, puedes tocar la misma parte al mismo volumen varias veces una y otra vez, pero eso no haría justicia a la melodía. Lo que el Rebe estaba tratando de decirme era que esta parte del nigun expresaba anhelo y, por lo tanto, la suavidad del sonido tiene importancia. Lo repetí más suavemente, y de repente el Rebe se volvió hacia mí y me dijo: "Pero la última nota que debes hacer es una tekia guedola", refiriéndose a la fuerte y larga nota que se suena con el shofar en Rosh Hashaná. Y traté de hacer eso, haciendo que durara el mayor tiempo posible.

Seguí tocando algunas melodías más, terminando con el famoso Ufaratzta. Lo toqué con entusiasmo, ya que estaba acostumbrado a tocarlo en los eventos de Jabad en Israel. En cierto punto, el Rebe se volvió hacia mí y me dijo: "Lo has tocado como lo cantan en Israel, ahora tócalo como lo cantan en Babilonia", refiriéndose a la Diáspora.

Encontré esta expresión interesante porque en el farbrenguen el Rebe habló sobre Rab Zeira que había venido de Babilonia a Israel y que luego ayunó cien veces para olvidarse el método de estudio babilónico para poder aprender el método de estudio del Talmud Yerushalmi.

Toqué la canción varias veces, hasta que la toqué de la manera que el Rebe me lo había pedido.

Cuando el Rebe comenzó a abandonar la sala, la multitud cantó Ki B'simja Teitzeiu, y el Rebe me miró, como indicándome que debía sumarme. Inmediatamente comencé a tocar junto con la multitud, y luego el Rebe me indicó , "Haz un crescendo", usando otro término musical italiano que describe un sonido que se hace más y más fuerte. Conocía el término, pero durante el canto, no escuché exactamente lo que el Rebe había dicho, y me incliné hacia el Rebe para preguntarle qué quería decir. "Lo contrario de pianissimo", me dijo.

Por supuesto, volví a tocar la canción con vivacidad, y toda la multitud cantó con entusiasmo. Fue un evento maravilloso.

Unos días después, cuando nos estábamos preparando para regresar a Israel, con los autobuses esperando para llevarnos al aeropuerto, el Rebe salió de 770 para despedirnos. Cuando preguntó “¿Dónde está Shmuel Katan?” La gente me dijo que sacara mi violín y empezara a tocar.

Recuerdo aquel momento único y conmovedor:

Era de noche y caminamos hacia atrás, nuestros rostros hacia el Rebe, yo tocando. Toqué Esn est zij, como el Rebe me lo había enseñado, la última estrofa más y más "pianissimo", para expresar la emoción de anhelo que todos estábamos sintiendo. Seguí tocando mientras nos íbamos alejando del Rebe, y nunca olvidaré la mirada paternal del Rebe, que nos seguía con una mirada de amor y anhelo.


R Shmuel Katan, tocando su violín ante el Rebe en 770, Motzaei Simjat Torá 5729 (1968)



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