domingo, 20 de octubre de 2019

Maise - Simjat Torá - Simjá Poretz Gueder!





Reb Isroel era uno de los jasidim del Rebe Maharash (Rab Shmuel, el cuarto Rebe de Jabad). El hijo del Reb Isroel se enfermó de gravedad y los médicos estaban desesperanzados, sin creer que haya alguna esperanza de recuperación. Desanimado, Reb Isroel viajó a ver a su Rebe.

Después de un largo viaje, llegó para la festividad de Sucot. Solicitó una audiencia privada para ver al Rebe y solicitar su bendición. El secretario del Rebe le dijo que esto no era posible durante los días del Jag, pero cuando se dio cuenta de que era una cuestión de vida o muerte, hizo una excepción.

Los jasidim solían tener un סימן que generalmente era correcto; cuando el solicitante escribe su pedido en una hoja de papel (un Tzetl), si el Rebe extendía su mano para tomar el papel del jasid, significa que la solicitud de la bendición sería concedida y se cumpliría el deseo del Jasid. Sin embargo, si el Rebe le indicara que coloque el Tzetl sobre la mesa, significaría que el pedido no sería  aceptado ni se concedería la brajá del Rebe.
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Reb Isroel entró en la oficina del Rebe y le entregó su Tzetl al Rebe, pero el Rebe le indicó que lo dejara en el escritorio. Reb Isroel entendió el significado de esto e irrumpió en llantos... salió de la oficina del Rebe sintiendo que no había esperanza.
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En la noche de Shmini Atzeret, Reb Isroel se encontraba, con el corazón roto y desconsolado, entre los jasidim del Rebe. Estaba triste pensando en lo que estará sucediendo en casa, y no podía concentrarse en la alegría de Simjat Torá. De repente, una voz interior se despertó dentro de él, como diciéndole: "¡Eres un jasid, no permitas que las penas por lo físico afecten la alegría de lo espiritual!" Con esto en mente, puso su tristeza a un costado y se arrojó completamente en la alegría y los bailes de Simjat Torá.
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Al concluir el Jag, Reb Isroel entró en la oficina del Rebe para recibir bendiciones para un viaje seguro a casa, pero ni mencionó a su hijo, en lo absoluto.

De repente, el Rebe se volvió hacia él, con los ojos radiantes de alegría y le dice: "La primera vez que entraste, no podía ver ninguna posibilidad de recuperación de tu hijo, sin embargo, a través de tu alegría desenfrenada en Simjat Torá, rompiste el Kitrug (decreto celestial) y tu hijo ahora está en camino, Boruj Hashem, a una completa recuperación."

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