viernes, 13 de septiembre de 2019

Carta Semanal del Rebe: Propagar la riqueza (espiritual)


Con la ayuda de Di-s
18 de Elul, 5710 [31 de agosto de 1950]
Brooklyn, N. Y.
Queridos hermanos, Di-s los bendiga a todos:
    Encontrándonos en el umbral de un Nuevo Año, cada uno de nosotros, hombres y mujeres, hacemos una pausa para elaborar un balance introspectivo de los registros (lo sucedido durante) el último año. Resolvemos y nos proponemos mejorar, y rezamos por un feliz año, material y espiritualmente.
    Nuestros Sabios dicen que el dar Tzedaká (caridad) a los necesitados abre el camino para que nuestras plegarias (sean oídas y) traigan buena salud, prosperidad y felicidad. 
    El hombre está compuesto de un cuerpo y un alma. Y así como existe una pobreza material (lo que respecta a comida, ropa y un techo), así también hay pobreza espiritual, donde la deficiencia está en las cosas espirituales: conocimiento de Torá, observancia de las Mitzvot y la práctica de buenas obras.
    Dijeron nuestros Sabios: "¿Cómo debemos entender las palabras del profeta: 'Cuando veas a un hombre pobre, vístelo'? Ciertamente también en este sentido: cuando veas a un hombre que carece del conocimiento de la Torá, llévalo a tu casa, enséñale el Shemá, anímalo a cumplir las Mitzvot, enséñale Torá, etc."
    Cuando estamos a punto de comparecer ante el Juez Supremo en Rosh Hashaná, debemos hacer un balance, cada uno acorde a su propio criterio, -las posibilidades y oportunidades con las que cuenta-, acerca de cuán bien hemos practicado actos materiales y espirituales relacionados con caridad y bondad. .
    Así como incluso el más pobre de entre los pobres cuenta con la oportunidad de practicar actos de bondad hacia sus semejantes, así también la tiene el hombre espiritualmente pobre, de beneficiar a otros al ejercer una buena influencia sobre sus amigos y vecinos en la observancia de la Torá y Mitzvot.
       Y, naturalmente, los materialmente ricos y espiritualmente ricos, entre estos últimos los líderes espirituales, estudiantes de Yeshivá, etc., deben ser generosos en sus actos de Tzedaká, en dinero y tiempo, en aras de sus hermanos y hermanas que son menos afortunados que ellos, de salvarlos, asistirlos y fortalecerles el cuerpo y el alma.
    Que nuestro Padre Misericordioso en el Cielo nos inscriba a todos para un buen y feliz año, material y espiritualmente, y nos traiga la verdadera Redención a través de nuestro Justo Mashiaj, rápidamente en nuestra época, Amén.
    Deseándoles y agradeciéndoles por sus deseos para un כתיבה וחתימה טובה
    M. Shneersohn


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