sábado, 6 de abril de 2019

Beis Nisan - Dos Historias con el Rebe Rashab



En el día del Histalkut del Rebe Rashab, y junto con eso, día del comienzo del Nesiut del Frierdiker Rebe, aquí dos historias relacionadas con ambos Rebes:


Cuando el Frierdiker Rebe era joven (en los años alrededor a su bar mitzvá), los médicos informaron a sus padres, el Rebe Rashab y la Rebetzn Shterna Sara, que debía someterse a una operación.

El Rebe Rashab lo acompañó al hospital y estuvo con él todo el tiempo previo a la operación. Cuando llegó el momento de llevar al Frierdiker Rebe a la sala de operaciones, el médico le informó al Rebe Rashab que no podía pasar por esa puerta. No puede entrar a la sala.

El Rebe Rashab respondió: "Debo estar con él", y estaba entonces la situación como paralizada (entre el Rebe y los doctores). El Rebe por su parte deseaba estar con su hijo durante la operación e interceder en el Shamaim, mientras que el médico declaró que la operación no podía y no se realizaría si hay alguien además del personal médico y el paciente en la sala.

El josid Reb Monie Monenzon estaba acompañando al Rebe Rashab y le dijo al Rebe: "Rebe,  [nuestros Sabios afirman], zojin lo l'adam shelo b'fanav: uno puede hacer algo beneficioso (ameritar) por otra persona incluso no estando en su presencia [y se considera como si él estuviera en presencia de esa persona]”. Evidentemente, le estaba diciendo que el Rebe puede darle a su hijo todas las brajot y yeshuot incluso cuando estén físicamente separados.

El Rebe Rashab respondió: "¡Monie! ¡Heijiisani!: Monie, me has revivido" y luego permitió que el médico procediera, mientras permaneció fuera de la sala de operaciones.


Entrando en Jodesh Nisan, es un momento ideal para fortalecer nuestro hiskashrus (conexión) con el Rebe. (La distancia física, limitaciones físicas, etc no son un impedimento para que el Rebe nos traiga todo el Zejut y las Brajot!)

***


Cuenta el Frierdiker Rebe:

Cierta vez estaba de visita en lo de mi tío Aleksandrov, en su banco en Moscú. De repente, entró una persona toda apresurada y agobiada contándole a mi tío que hay una joven que decidió convertirse (R"L) y ya está en la casa del cura. "He estado tratando de salvarla y persuadirla y B"H lo logré; sin embargo, ahora me están pidiendo para liberarla una enorme suma de dinero a cambio. Me faltan 200 rublos, y tengo que conseguirlos hasta antes de las 12 del mediodía. Por eso es que te pido que me ayudes con ese monto!".

Mi tío le respondió que esa era en realidad una suma demasiado grande para solventar, pero que colaboraría con un monto menor, y le entregó un dinero. Yo también -cuenta el Frierdiker Rebe- le entregué cierto monto, y el hombre se fue.

A la mañana siguiente me lo encontré de nuevo. Le pregunté si había podido juntar todo el dinero, y me contó lleno de alegría y satisfacción: Cuando vi que ya se hacía la hora y no lo había juntado, me fui a mi casa agarré todas las joyas y alhajas, además de otros objetos costosos que tenía en mi casa, y se los llevé todo a la casa de empeño y tasación, con la plata que recibí logré rescatar a la joven muchacha. Y al contarme la anécdota se notaba su sincera alegría y dicha. Quedé muy impresionado y al regresar a casa, le conté todo esto a mi padre. Me dijo (el Rebe Rashab):

"Far Aza Shtikl Arbet Blaibt Nit Der Oibershter Kein Baal Joib", (sería: "por semejante obra, trabajo, Hashem no deja en deuda, no queda deudor")

Unos años más tarde, pasé nuevamente por Moscú, y caminé por las mismas calles (Ilanka y Nikolski), la calle donde se ubican los más importantes bancos. De repente noto un banco nuevo que nunca había visto, y me entero que el dueño de ese banco es ese mismo Yehudi que rescató a aquella muchacha. Hashem había pagado su retribución y lo hizo prosperar y enriquecerse.




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