Una carta del Rebe
Los árboles están compuestos de varias partes, que se clasifican (en general) en tres: A) raíz, B) cuerpo del árbol (tronco, ramas, hojas) y C) frutos (cáscara, la fruta misma, semillas).
Algunas de las diferencias entre ellas (constituyen): la raíz - oculta, no manifiesta; sin embargo la principal energía y vitalidad del árbol deriva por medio de ella (aunque también se nutren los árboles a través de las hojas, del aire, absorbiendo elementos indispensables para su vida, como así también absorben el calor de los rayos solares, etc.) Más aún, precisamente por medio de la raíz es que se sostiene el árbol sobre su base y si sus raíces son fuertes no se intimidará de todos los vientos que soplan, (que puedan arrancarlo o desarraigarlo de su lugar).
El tronco (o cuerpo) del árbol - es la gran mayoría (determinante) de toda la figura y estructura del árbol; con el tiempo va incrementando el grosor de sus ramas y hojas, hasta que por medio de él, y más particularmente por medio del tronco en sí, se pueden identificar los años de vida del árbol.
Pero el propósito y la perfección del árbol está en su fruto, (principalmente) porque por medio de su semilla siembra su simiente para producir nuevos árboles, generación tras generación.
Ahora, "el hombre es como el árbol del campo", es decir, que en varios detalles y elementos la persona se asemeja a lo que se ve en un árbol, e incluso en su vida espiritual. Estos (detalles y elementos de la persona) en forma general se pueden dividir también en tres grupos:
La raíz - es la Emuná, la fe, que por medio de ella uno está conectado con su lugar y fuente de vida, a ser el Creador (Bendito sea), e incluso cuando va creciendo en su sabiduría en la Torá y en las Mitzvot, su vitalidad es proyectada a través de su Emuná en Hashem, en Su doctrina y Su Torá.
Tronco y cuerpo del árbol - Corresponde al estudio de la Torá y cumplimiento de las Mitzvot y buenas acciones [248 Mitzvot Positivas correspondiendo con los 248 órganos del ser humano, y 365 Mitzvot Prohibitivas, correspondiendo con las 365 arterias y venas], que deben constituir la mayoría de su estructura, (de 'su cuerpo'), de sus acciones, y conformen estas su personalidad; según sus Mitzvot y su crecimiento y desarrollo en Torá se identifican y determinan los días (y años) de vida de la persona, es decir, una vida llena de contenido, de sabiduría y acción.
Frutos - el propósito final, la integridad y plenitud de la persona es cuando, además de cumplir con todas sus obligaciones consigo mismo, influencia a su vez sobre sus amigos y su entorno, que también ellos (alcancen un grado de perfección; es decir, su actividad implica una "semilla") que producirá árboles (personas) con raíces (bases fundamentales de Emuná), tronco y ramas (Torá y buenas acciones) y que den frutos (favorezcan y beneficien a su vez a otros muchos).
Lo que se desprende de todo lo explicado: la raíz del hombre y su base - es la Emuná Temimá, fe inocente y genuina. Un debilitamiento de la fe pone en riesgo la continuidad de la vida espiritual de incluso un gran hombre.
La mayoría (en cantidad y calidad) de la figura y estructura de la persona son sus buenas obras, que aumentan día a día.
Pero la integridad de la persona es alcanzada al producir frutos, es decir, cuando influye sobre otros y les da el mérito a que también ellos cumplan su función y propósito de su creación, que entonces su trabajo da frutos y estos a su vez, otros frutos, de generación tras generación y todo ese mérito depende de él (y gracias a él).
Rab Menajem Shneersohn
21 Shvat, 5704
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