lunes, 22 de octubre de 2018

Un Mohel del cielo

La decepción ardía en su corazón. Otra respuesta negativa. Marcó el cuarto número de teléfono y apretaba sus dientes con frustración. ¿Que haré? se pensaba.

Era esto fines de Elul 5776 (2016). La familia Bahagli en Gan Yavne celebraba una gran alegría; dos días atrás había nacido su hijo, el Brit Milá del recién nacido tendría lugar el segundo día de Rosh Hashaná y los padres querían realizar la celebración en Kfar Tapuaj, donde viven los padres de Nir.

Por todos los aspectos, esta era la mejor opción. Tenían allí a su disposición el salón de eventos del Ishub. En la Pnimiá de la Midrashá local podían alojar a los diversos familiares, que quería compartir su alegría.

Pero es que ahí fue que Nir se topó con un dilema infranqueable: conseguir un Mohel. Muchos mohalim a los que se dirigieron los dejaron con las manos vacías. No podían conseguir un Mohel que aceptara dejar su hogar para Rosh Hashaná e ir a Kfar Tapuaj.

Los días pasaron y Nir se vio obligado a cancelar la invitación de su amplia y extensa familia debido a la incertidumbre, pero continuó buscando un Mohel que venga a Kfar Tapuaj para Rosh Hashaná.

Cuando estaba al borde de rendirse, su padre lo llama por teléfono y le dijo que conversando con el rabino de la ciudad, surgió el nombre de un Mohel: Rab Raziel Shevaj. "Intenta contactarlo, ¿qué vas a perder?" El padre sugirió.

Ese era el último recurso. Nir llamó al número que recibió. En su corazón ya estaba dispuesto a aceptar la respuesta negativa, pero el Mohel lo sorprendió: "¡En primer lugar, Mazal Tov!" Saludó calurosamente, "y en segundo lugar, Beezrat Hashem, le haré el Brit Milá a tu hijo".

Nir estaba sorprendido. "El Brit es en Rosh Hashaná...", le recordó al mohel. Rab Raziel lo tranquilizó: "Mi esposa y yo hicimos un trato, de que todas las solicitudes que reciba para realizar la Mitzvá de Brit Milá sean respondidas de inmediato y no necesito obtener su consentimiento. Si Di-s quiere, haré el Brit.

Nir no encontraba palabras para agradecerle al joven Mohel. "Nos encantará recibir a toda tu familia", le dijo al mohel. El rabino Raziel terminó la llamada, y Nir dejó escapar un gran suspiro de alivio. Un mohel del cielo realmente.

En la víspera del Jag, Nir esperaba la llegada de la familia Shevaj. Se ocupó de conseguirle un lugar de hospedaje agradable para ellos y, por supuesto, incluyeron a la familia en la lista de invitados. Grande fue la sorpresa cuando del auto del Mohel salía sólo Rav Raziel...

"No queríamos molestarlos", se disculpó el Mohel, "y mi esposa estaba feliz de tener la oportunidad de pasar el Jag en la casa de sus padres". Nir se quedó atónito. En su corazón, sabía que la principal consideración para no traer a los miembros de su familia era evitar molestia y costos a los anfitriones.

Se sorprendió doblemente al notar que el Mohel vino preparado con comida para todas las Seudot. Nir estaba avergonzado, pero el rabino Raziel lo abrazó cálidamente, lo miró con sus buenos ojos y con un comentario de broma disipó enseguida la incomodidad.

Fue el Rosh Hashaná más emocionante que experimentó Nir. Para el Brit Mila, los Mitpalelim de todas las sinagogas en el Ishuv vinieron y participaron de la mitzva que tuvo lugar justo antes del toque del Shofar. El rugido de los Psukim y el 'Amén' hicieron eco en los cientos de Mitpalelim, creando una maravillosa mezcla de alegría y Kedushá.

En aquel Rosh Hashaná, Nir y su familia descubrieron la personalidad inusual del mohel. Se dieron cuenta de que su modestia y humildad ocultaban una grandeza en Torá y conocimiento halájico. Las palabras de la Torá que pronunció en la ceremonia del Brit Milá fascinaron a los talmidei jajamim del Yishuv, y su rostro brillante y con gracia que transmitía a todos los que lo rodeaban, hicieron que Nir sintiera que había tenido el mérito de recibido la presencia de un gran hombre, que todo su ser es dar, bondad y pureza.

Nir y su familia desearon expresar sus sentimientos de agradecimiento al Mohel. Después de que se separaron, Nir le envió un mensaje: "Queremos agradecerte desde lo profundo de nuestros corazones por habernos bendecido con tu presencia en Rosh Hashaná... Ojalá que podamos estar con personas como vos durante todo el año. y podamos aprender cómo cumplir Mitzvot y hacer bondades por lo menos como vos. Nos sentimos como si hubiéramos conocido a Eliahu Hanabi, con tus obras y con la sabiduría que nos has traído".

La respuesta del rab Raziel, que era tan típica de él, derritió el corazón de Nir: "¡Estoy sentado en el el auto, leyendo el mensaje y simplemente lloro de emoción!¡Muchas gracias! En los días siguientes, Rav Raziel continuó acompañando a la familia y al recién nacido, que recibió el nombre de Yaheli. Su encanto no fue olvidado de los padres y del resto de la familia.

Pasaron un año y unos meses. El terrible momento, la noche del 22 de Tevet 5778 (2018), Nir no olvidará.

Estaba reuniendo con amigos cuando sonó su teléfono. Las amargas noticias lo desconcertaron. Un temblor se apoderó de su cuerpo. Rab Raziel Shevaj fue baleado por terroristas sangrientos cuando regresaba de examinar a un bebé, sus heridas fueron terminales, y el Eliahu Hanabi personal de la famila Bahagli, y de cientos de otras familias que tuvieron el mérito de conocerlo, abandonó este mundo.

Dolido y agitado, Nir publicó su historia, y rápidamente ganó mucha resonancia en todo el mundo. Cuando vino a consolar a la familia del rabino Raziel Shevaj, se encontró con mucha gente (que venía a consolar) que no conocieron al difunto, pero que al leer su historia sintieron una fuerte necesidad personal de venir y consolar a la familia.

"Mi esposa y yo nos mantenemos en contacto con su esposa Yael", agrega Nir. "Y sé de las tremendas acciones que se hicieron para conmemorar y elevar el alma de Rab Raziel, como consecuencia de nuestra historia personal, que es solo un pequeño reflejo de una gran persona".

(Gracias a Nir Bahagli por la historia)
Sijat Hashabua, Lej Lejá 5779


Raziel Shevaj (Hashem Ikom Damó) y su familia



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