Rab Yossi Lew: La historia con un pancho más profunda que he escuchado
Un conocido profesor (y un querido amigo de la familia Lew), el Dr. Velvel Green, era un judío observante. Originario de Minnesota, falleció en Israel hace poco más de un año. Aunque provenía de una casa tradicional judía, su vida de joven fue muy secular. Fue un científico eminente, trabajando para la NASA.
A principios de los años sesenta, se hizo muy amigo de mi tío, el rabino Moshe Feller, un Sheliaj de Jabad en Minnesota. Después de varias discusiones extensas con el rabino y su esposa, lentamente comenzó a ver el judaísmo bajo una nueva luz. Él aún estaba muy lejos, sin embargo, de tomar un compromiso total. Un día, antes de embarcarse en un viaje de negocios, el rabino Feller lo llamó y le dijo: "Velvel, antes de hacer este viaje, por favor, hazme un favor. Llama a la aerolínea y solicita una comida kosher para el avión".
Velvel respondió: "¿Qué? Sabes que no cuido kosher. Si no me cuido de kosher en mi casa, ¿por qué necesitaría una comida kasher en el avión?" Rab Feller le respondió que siempre hay un buen momento para comenzar a cuidar Kosher. En este caso, además, se trata de otros pasajeros judíos que notarán que el profesor Velvel Green habría pedido su comida kosher. Esto podría inspirarlos también Velvel le respondió: "Mira, no estoy seguro de todo esto, pero si te hace feliz, te haré este favor, aunque pienso que es idiota."
El Dr. Green solicitó su comida kosher y abordó el avión al día siguiente. La asistente de vuelo vino y le dio una comida regular, no kosher. Dr. Green, sin embargo, estaba listo con su pequeño discurso. Aclarando su garganta, él declaró (de modo que todos oyeran): "¡No, señora, solicité una comida kasher!"
¿Nombre, por favor?" "Velvel Green, Profesor Velvel Green."
Todas las cabezas se voltearon. El Profesor Green había pedido una comida kosher! La azafata le dijo: "Ok, ya vuelvo". Mientras que otros pasajeros estaban agasajándose (dándose un banquete) con pollo parmesano o bistec, incluso limpiando la salsa con el pan, la azafata no aparecía, no estaba por ninguna parte. El profesor tenía hambre, y los aromas lo estaban matando! La boca del Dr. Green estaba empezando realmente a salivar... apretó el pequeño botón y, cuando la señora regresó, dijo: "Mi comida kosher?" Ella le respondió: "Todavía estamos revisando."
Después de unos minutos, y después de que todos los pasajeros del avión hubieran sido atendidos, la azafata llegó a su asiento y le dijo: "Um, Dr. Green, debe haber sucedido un error. Parece que no tenemos su comida en el avión."
El Dr. Green estaba a punto de decir: "Bueno, dame otra comida". Estamos hablando de alguien a quien en realidad no le importaba kosher. Sin embargo, no podía pedir esa comida luego de acabar de hacer semejante cosa en el avión para que todos sepan que el profesor Velvel Green había solicitado una comida kasher. Como se vería si de repente diría: "Bien, dame una comida regular"? Pero Green estaba enojado. Muy enojado. Estaba enojado con la aerolínea. Estaba enojado consigo mismo por hacer caso a esta tontería. Estaba enojado con Di-s, porque lo mínimo que Di-s podía hacer era organizar que su comida esté en este maldito avión, ¡Especialmente después de que Green hubiera hecho algo bueno por Di-s! Pero más enojado, furioso, estaba con mi tío, el rabino Feller, por convencerlo de que haga esto. Y Green decidió que se lo demostraría, pronto.
Aterrizó en el aeropuerto O’Hare de Chicago a la medianoche para hacer una parada de una hora. Llegó a la terminal y todavía había una tienda abierta: un puesto de panchos. Los panchos se veían y olían bien; voluminosos y jugosos. Había incluso chucrut caliente ahí. Velvel Green tenía mucho hambre, pero estaba aún más enojado que hambriento Primero, sin embargo, se dirigió a la cabina telefónica, y llamó al rabino - por cobro revertido. Una llamada por cobro revertido en medio de la noche seguramente inducía pánico. El rabino Feller estaba profundamente preocupado de que algo terrible hubiera pasado.
"Este es un llamado del muy molesto y hambriento Profesor Green desde el aeropuerto O'Hare en Chicago ”, dijo. "Quería que sepas que no tenían mi comida kosher en el avión y me muero de hambre. Yo también quiero que sepas que hay un puesto de panchos a 10 mts. míos de distancia. Antes de seguir adelante y comprar uno y comerlo, solo quería despertarte para decirte que voy comérmelo. Le voy a poner mostaza, cebollas, condimento y chucrut. Después de terminarme el primero, voy por un segundo!"
El rabino se quedó callado por un minuto y luego le dijo: "Velvel, en muchos ocasiones en que me has preguntado cual es la esencia del judaísmo, a qué llega todo, qué es lo que llama desde dentro de nosotros. Esta noche, ahora mismo, en esta conversación telefónica, te voy a contar la esencia del judaísmo. Se trata de pasar ese puesto de panchos y no comprarse uno. Se trata de ser capaz de poder tomar tu vuelo de conexión sin haber comido el pancho. Eso es todo el judaísmo, el resto es comentario."
El profesor le dice: "Feller, estás loco. Siempre pensé que estabas loco, ahora sé que estás loco. ¿Esto es todo el judaísmo? Feller, mientras cada bocado de este pancho baje por mi garganta, voy a estar pensando en ti y diciendo tu nombre, mientras como esto en tu honor." Y colgó el teléfono.
Se dirigió directamente al local, se puso en la fila y esperó su turno. Estaba a punto de hacer su pedido cuando algo muy extraño sucedió: no podía decir: "¿Puedo un pancho?" Lo quería, estaba hambriento, estaba enojado, y, Di-s mío, esos panchos se veían cada vez mejor con cada rotación de la parrilla. En ese mismo momento, sin embargo, él lo entendió.
Velvel Green entendió lo que el rabino realmente estaba tratando de decirle: ten un poco de "Iras Hashem", un poco de "miedo" a Di-s, no por miedo humano, no a causa de un rayo del cielo, sino "miedo" por amor.
Hay esos momentos en la vida, esos momentos, cuando Di-s espera que el hombre haga ese sacrificio. No son necesariamente las cosas grandes, como sacrificando (entregando) su vida por el Todopoderoso. No se trata necesariamente de convertirse en un santo. A veces se trata simplemente de pasar por delante de un puesto de panchos. Se trata mucho más sobre las pequeñas cosas mundanas de la vida.
Velvel Green nunca compró ese pancho, ni entonces ni nunca más. Ese viaje cambió su vida. Ese fue su momento de "miedo a Di-s". Y duró por el el resto de su vida.
Velvel Green nunca compró ese pancho, ni entonces ni nunca más. Ese viaje cambió su vida. Ese fue su momento de "miedo a Di-s". Y duró por el el resto de su vida.
Profesor Velvl Green, Z"L |
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