miércoles, 22 de agosto de 2018

12 de Elul: R' Simja Bunim de Pshisja

Rab Simja Bunem de Pshisja (Yortzait 12 de Elul, 5587/1827) de los grandes Tzadikei Polin, discípulo y seguidor de la dinastía del Yehudi Hakadosh de Pshisja


Un Maise:

Preguntó una vez el Rebe Rab Bunim de Pshisja: ¿cómo es posible hoy en día el concepto de ofrecer un Korban (sacrificio) para Avodá Zará? (que la Torá tanto advierte, etc.)

Y enseguida respondió: "Cuando una persona se refrena de comer debido a su Kaas (enojo e ira), o si es una persona distinguida, y lo consideran un Talmid Jajam y un Tzadik, y al servirle la comida en realidad desea comer, y sin embargo al estar sentado entre grandes se refrena en ese momento de comer, para que lo consideren más Kadosh aún, esto es ofrecer un Korban (el sacrificio que hace de no comer la comida) para Avoda Zará!!"

***

Cierta vez vino un Yehudi a lo de Rab Bunim de Pshisja y le preguntó: "está escrito, que el que permanece en ayunas por tantos y tantos días tiene el mérito de recibir una revelación de Eliahu Hanabi, y aquí estoy, he ayunado tantos y tantos días y no vi nada!!

Le respondió el Tzadik: Te contaré una historia. El Baal Shem Tob tenía una vez que emprender un largo viaje. Es sabido, que el Baal Shem Tob viajaba de forma milagrosa y el camino se le acortaba, los caballos estaban meramente para aparentar una carreta común. Ahora, estos caballos en cada una de las paradas se les proveía alimento etc, pero ahora, cuando estaban en pleno viaje, y aparentaban volar de ciudad en ciudad comenzaron a pensar: 'tal vez ni somos caballos, quizás somos seres humanos! Luego de un rato, siguieron tomando conclusiones: 'tal vez ni somos personas, somos ángeles, que ni necesitan de comer! Más, cuando llegaron a destino, y llevaron a los caballos al establo, se arrojaron sobre la comida como verdaderos caballos...
Del mismo modo, culminó R' Bunim, aquel que se queda haciendo ayunos, y piensa que así ya logrará llegar a ser un Malaj, que tenga la revelación de Eliahu Hanabi... Y lo principal es al terminar su ayuno, cuando le sirven de comer, que no se arroje sobre la comida como un caballo, ya que, de ser así se demostrará que sigue siendo el mismo caballo de siempre...   


Fuente: Sipurei Jasidim, R' Zevin

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