jueves, 7 de junio de 2018

Mamtak LeShabat Shlaj 5778



Se cuenta acerca de un joven que era muy vago y no hacía nada con su vida. No trabajaba, no estudiaba, sólo deambulaba por las calles y perdiendo su tiempo. Su padre se preocupó por él y decidió enviarlo a trabajar. Le pidió a un amigo suyo que trabajaba en una herrería que contratara a este joven malcriado y mimado. Ese amigo vio que el muchacho no quería trabajar y decidió no pelear con él, no le exigía nada.

El joven se quedaba sentado todo el día en la oficina, y al final de la semana recibió una moneda de oro del herrero como salario. El muchacho orgullosamente trajo la moneda a casa, pero el padre sabio percibió exactamente cómo había sido merecedor de aquella moneda y se la arrojó por la ventana. La semana siguiente volvió al trabajo y una vez más trajo una moneda a casa y otra vez el padre la tiró. Así continuó por semanas.

Después de un tiempo, cuando el padre vio que su hijo no estaba progresando ni avanzando a ningún lado lo mandó a trabajar a lo de otro herrero, en otra ciudad. Aquel herrero no conocía al padre y lo hizo trabajar duro durante toda la semana. Cargaba metales pesados, los cortaba y soldaba y se ensuciaba las manos como correspondía. Al final de la semana, sólo recibió un cuarto de moneda (de oro) por su trabajo.

Él trajo la moneda a casa y otra vez el padre quiso tirarla. Pero esta vez el joven se levantó de un salto y gritó: "¡No tires la moneda, trabajé muy duro para conseguirla!"

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En Parashat HaShavua Parashat Shlaj leemos acerca de los espías que asustaron al pueblo de Israel, con esto de que no lograrían entrar a la tierra de Israel. Al final, Kalev Ben Yefune y Yehoshua Bin Nun logran tranquilizarlos diciéndoles que "subir subiremos y lo lograremos!".

La semana pasada leímos acerca del hecho que los judíos se quejaron de que querían carne, y al final obtienen carne. Cuando leemos estos párrafos, parece que al pueblo de Israel le gusta quejarse, pero la verdad es que en realidad tienen buenas razones para sus quejas. Si Hakadosh Baruj Hu tiene la capacidad de proveerles carne, como lo hizo a fin de cuentas, entonces ¿por qué espera hasta que se la pidan? Si él sabe que la tierra de Israel es una tierra que fluye leche y miel, ¿por qué le permite a Moishé enviar espías que eventualmente fallen y terminen difamando la tierra?

Y la explicación a esto: los años del pueblo judío en el desierto marcaron el camino para el posterior proseguimiento de la vida de Am Israel cuando ingresen a la Tierra de Israel. Si todo transcurriría sin problemas y sin esfuerzo, no sabrían mantenerse y alzarse en alto y llevarían el 'Egipto' con ellos a la Tierra de Israel. Justamente estos desafíos que Hashem puso a lo largo de todo su trayecto son los que los prepararon para entrar a la tierra de Israel.

Cada uno de nosotros se encuentra con dificultades similares en su vida, y tenemos que aprender a ver cada dificultad como un desafío, a sentir que todo lo que requiere esfuerzo es en realidad una misión que concretar, y nuestro objetivo es progresar y avanzar todo el tiempo y comprender que el camino, el trayecto, es una gran parte del objetivo en sí. Justamente el mantenerse ante los desafíos es lo que nos eleva a cimas espirituales mucho más altas.

Yehi Ratzón, que tengamos éxito al enfrentar los desafíos y tengamos la Gueulá completa pronto realmente.

Shabat Shalom!
Rab Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok, Tailandia
Traducido por JasidiNews

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