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martes, 19 de septiembre de 2017
Mamtak LeRosh Hashana 5778
Rabi Akiva solía decir: "Todo lo que Hashem hace es para bien". Incluso cuando no vemos lo bueno e incluso cuando parece malo - hay que tener fe que todo es para bien.
Una vez Rabi Akiva se fue en un largo camino y tomó un burro con él para viajar, un gallo para despertarlo por la mañana y una vela para estudiar Torá por la noche. En su camino quiso frenar y descansar en una ciudad cuyos habitantes eran malvados, no les gustaban las visitas y los echaban fuera de la ciudad. También a Rabí Akiva se le negó la entrada y le cerraron la puerta. Rabí Akiva dijo: "Todo es para bien", al parecer no vale la pena quedarse en esta ciudad, y decidió quedarse en el campo. Poco a poco cayó la noche y Rabí Akiva confió en Hashem que lo cuidaría. Estudió a la luz de la vela y de repente oyó un rugido aterrador. No tuvo tiempo de moverse, y he aquí un león atacó al burro y lo devoró. Rabí Akiva dijo: "Todo lo que el Santo, bendito sea, hace, lo hace para bien".
Después de un rato llegó un gato, saltó sobre el gallo y se lo devoró. Rabí Akiva no se puso mal y dijo: "Todo lo que Hashem hace, es para bien". Mientras tanto, el viento sopló y apagó la vela. Rabí Akiva lamentó no poder seguir estudiando, pero inmediatamente se fortaleció y dijo, "Todo lo que Hashem hace es para bien". Repentinamente Rabí Akiva oyó voces de gente marchando. La ansiedad y el miedo se apoderaron de él. Y ahora se dio cuenta de que eran ladrones de carreteras. Pasaban por un campo a su lado. Se quedó en su asiento inmóvil. Por suerte los ladrones no lo notaron y continuaron hacia la ciudad. Estas personas eran traficantes de esclavos que capturaban gente, los tomaban cautivos y los vendían como esclavos. Fueron a la ciudad, fueron de casa en casa, atraparon a las personas, ataron sus manos y ojos, e incluso antes del amanecer se fueron con su botín a un lugar desconocido.
Rabí Akiva levantó sus manos al cielo, agradeció a Di-s por su milagroso rescate de los ladrones y dijo: "Y acaso no dije, todo lo que Hashem hace, es para bien. Si el burro y el gallo no hubiesen sido devorados, hubieran hecho un ruido y los ladrones me hubieran descubierto. Y si la vela estuviese encendida, su luz me delataría y hubiese sido llevado también como prisionero.
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En la noche de Rosh Hashana comemos una manzana con miel; la miel dulce es diferente de una manzana dulce. La manzana es una fruta dulce que crece en un árbol, y no hay en ella nada sorprendente - muchas frutas dulces crecen en los árboles. Pero la miel viene de la abeja - un insecto que no se puede comer, e incluso pica. Pero cuán maravilloso es que la miel producida por esa misma abeja es dulce, incluso más que la manzana.
En la vida hay dos tipos de dulzuras: hay momentos de alegrías familiares, éxitos en el trabajo o relaciones en la pareja felices. Estos tiempos son tan dulces como la manzana. Pero también hay una dulzura diferente: una que viene después de desafíos. Cuando las cosas no suceden como se esperaba, cuando ocurre un desastre j"v, cuando estamos a punto de perder un trabajo, cuando no podemos cumplir con las metas que nos fijamos, o cuando nuestra relación está experimentando una crisis y nos sentimos solos.
Cuando nos enfrentamos a estos desafíos, parecen amargos y dolorosos como la picadura de la abeja. Pero si nos fortalecemos y nos enfrentamos a los desafíos con éxito, descubriremos nuevas dimensiones en nuestra personalidad que ni siquiera sabíamos que existían. Los retos revelan nuestra profundidad interior. El estrés en las relaciones es doloroso, pero no hay nada más dulce que la reconciliación que viene después. Es difícil perder un empleo, pero a menudo nos abrirán nuevas y mejores posibilidades. La sensación de soledad nos puede comer por dentro, pero podemos utilizarla para conocernos mejor. Todos experimentamos momentos difíciles en nuestra vida, que pasado el momento los miramos y decimos: "Hashem, gracias por darnos retos, ¿dónde estaríamos sin ellos?".
Es por eso que comemos una manzana con miel el primer día del nuevo año. ¡Nos deseamos el uno al otro que la manzana traiga con ella la dulzura, y que la picadura de la abeja traiga con ella una dulzura más grande!
Yehi Ratzon que todos nosotros tengamos un Shana Tova Umetuka sin ninguna picadura, pero si, Di-s no lo permita, habrá pinchazos aquí y allá, que traigan consigo una gran dulzura y que merezcamos este año que sea un año de Gueula Shlema pronto realmente.
Shana Tova Umetuka y Jag Sameaj
Rab Nejemia Vilhelm
Bet Jabad Bangkok Tailandia
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