viernes, 8 de septiembre de 2017

Mamtak LeShabat Ki Tavó 5777

Había una vez tres comerciantes que hicieron una asociación y salieron juntos a la feria a comprar mercadería; cuando llegaron le dejaron el dinero al dueño del hotel, que era confiable para todos ellos, y por cuanto que todavía no se conocían lo suficiente acordaron con el dueño del hotel de solo retornar el dinero si vienen los tres juntos. Mientras tanto, se fueron de compras y en todas partes dejaban las cosas compradas (ahi en la entrada del depósito) para luego recoger todo de una vez. Cuando terminaron volvieron al hotel y le dijeron al más joven, "andá a recoger toda la mercadería", fue el joven al posadero y le pidió el dinero, pero el dueño del hotel le dijo que no podía dárselo sin antes que se reúnan todos, le gritaron los otros dos desde la habitación que "sí, que le dé todo a él". Y de hecho se lo dio, cuando las horas pasaban y el compañero no volvía, los dos socios se dieron cuenta que habían caído en la trampa. Fueron al posadero y le dijeron: danos el dinero! Les dijo que ya se lo había entregado al otro, a lo que objetaron, "Pero te advertimos que sólo lo entregues si estamos juntos!"y fueron los socios y demandaron al posadero del hotel a juicio. El juez escuchó los detalles de la historia y dictó a favor de los socios obligando al propietario del hotel a que dentro de un mes pague todo el importe. Salió el posadero con suma tristeza, sin saber de dónde obtendría semejante suma de dinero,
Mientras tanto llegó al hotel un  huésped, Yerushalmi que al verlo le preguntó por qué tenía esa cara, y el hotelero le contó toda la historia. El Yehudi le dijo, no te preocupes voy a ir con vos a la corte y te prometo que no tendrás que pagar nada; y de hecho el día del juicio llegó el hotelero junto con el Yehudi y este le dijo al juez: Mi amigo está dispuesto a pagar toda la suma, pero para eso, exige que vengan los tres socios, como fuera acordado, que ambos socios traigan al tercero y recibirán la suma total...



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Nuestra Parashá comienza con la Mitzva de traer Bikurim, los primeros frutos al Beit Hamikdash. El hombre trabajó duro, sembró y cosechó, y finalmente ha llegado el momento y ve las frutas, necesita primero tomar los primeros frutos y llevárselos a los Kohanim del Beit Hamikdash. Con esta acción demuestra la persona cuán fuerte es su fe en Hashem, que la Brajá de Hashem es la que enriquece y no se cree que "mi fuerza y ​​mi mano son las que hicieron esta riqueza",
La Mitzva de Bikurim comenzó sólo después de entrar a Eretz Israel y sólo después de 14 años de conquista y de dividir la tierra entre sus habitantes como se indica en el Pazuk כי תבוא אל הארץ... וירשתה וישבת בה "Cuando vengas a la tierra...y que heredarás y se asentarán en ella".
Uno puede entender por qué la Torá dice que la persona espere hasta ser establecida en su lugar, y sólo entonces podrá empezar a cultivar frutas y dar, pero ¿por qué la Torá ordenó que todo el pueblo de Israel estén esperando esta importante Mitzvá 14 años? Después de todo, una gran parte de la gente ya tomó su lugar y se estableció, y ¿por qué no empezar a dar las primeras frutas tan pronto como puedan?
Pero aquí nos transmite la Torá un mensaje muy importante: la Mitzva de Bikurim debe realizarse con alegría, como dice el Pazuk 'ושמחת בכל הטוב אשר נתן לך ה "Y te regocijarás  por todo el bien que te ha dado Hashem"; y la verdadera alegría es sólo cuando todo el pueblo entero está ya cada uno en su lugar. El Judío no puede estar feliz mientras otro Judío todavía no llegó a establecerse, a la tranquilidad. Y sobre esto decimos (en la Tefilá) ברכינו אבינו כולנו כאחד, bendícenos Padre nuestro a todos como uno, Hashem nos dice: "Si quieren recibir mi bendición, deben todos unirse".

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La Mitzva de Bikurim existe también en el campo espiritual del hombre, cuando el primer fruto debe dedicarlo a Hashem, sea al despertarse de su sueño, dedicar los primeros minutos para una Tefila, sea su primer ganancia monetaria (una parte,10%) donarla a Tzedaká, sea su fuerza y energía aprovecharla para el cumplimiento de Mitzvot. En este asunto puede una persona sentir que "yo ya hice lo mío, qué me importa lo que pasa con el otro". A esto la Torá le dice que Am Israel esperó hasta que todos los Judíos lleguen a su herencia y se acomoden, de la misma forma ahora, no puedes ser feliz hasta que no veas que cada uno tenga todo lo necesario en lo material y espiritual.

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Yehi Ratzón que podamos venir a Hashem "todos juntos" y pedirle que nos lleve a nuestra herencia y nos establezca finalmente con alegría verdadera de la verdadera y completa Gueulá.

Shabat Shalom
Rab Nejemia Wilhelm
Beit Jabad Bangkok

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