R' Y. Leibovich, residente en Miami, Florida relata la siguiente anécdota (años '70) de la que fue testigo:
"Nuestra ciudad, Miami Beach, se encuentra en una zona de huracanes, en la que cada tanto surgen tormentas arrasadoras naturales que provocan una gran destrucción en la ciudad.Además, la ciudad se encuentra ubicada en la bahía, bordeando el océano por un extremo, y por el otro el "mar del Caribe". Más de una vez, cuando estalla una tormenta en la zona, suben las olas tempestuosas de ambos mares, dejando la ciudad inundada por completo.
Se entiende que estos fenómenos causan tremendos daños en toda la ciudad, tanto físicos como económicos.
Cierto día, anunció el servicio meteorológico, que un fuerte huracán estaba en camino, con grandes riesgos de llegar a Miami Beach.
Ese mismo día, comenzamos a sentir en carne propia el sobrío pronóstico, con vientos muy fuertes, que seguían haciéndose cada vez mas fuertes.
Los meteorólogos estaban dando opiniones muy pesimistas y trágicas, adicionando que ya había pasado por Republica Dominicana dejando más de mil victimas fatales!!
Al acercarse el día de Shabat, la preocupación se hizo más fuerte aún, y en toda la ciudad se declaró estado de emergencia. Parecía que no había forma de evitar que pase por Miami!
Luego de Shabat la gente ya había comenzado a empacar sus bienes y evacuarse a lugares más seguros.
Ese día me comuniqué con el Mazkirut del Rebe y le pedí a R' Biniomin Klein que le avise al Rebe de la grave situación y que le pida una Broje por los Jsidim que viven aquí, y por todas las instituciones. Ese mismo día, anunció la radio local una orden a todos los habitantes de evacuar por completo la zona. Que el huracán está en camino directo y se vaticina un peligro total a todo quien permanezca aquí!
Volví a comunicarme con el secretario del Rebe, para saber si había alguna respuesta. El secretario le dijo que efectivamente, en el Tzetl había una respuesta del Rebe, escrita a mano, que consistía en sólo dos palabras: כנראה מגזימים ("Aparentemente exageran"). Siguió diciéndome R' Klein que en aquel momento le dijo al Rebe que los Jsidim en Miami están con miedo de los pronósticos, y el Rebe hizo entonces un gesto con su mano de anulación, de un lado a otro, diciendo "Ah!", como queriendo decir, que es un miedo en vano, y no hay de qué preocuparse.
Enseguida informé la respuesta del Rebe a todos los que se encontraban con nosotros, cosa que nos llenó de alegría junto con la esperanza que el peligro iba a pasar. Esta respuesta del Rebe incluso llegó a varios que no habían sido evacuados (no lograron hacerlo a tiempo), quedándose entonces en sus hogares, tranquilos y seguros con la respuesta del Rebe.
Incluso varios que no pertenecían a la comunidad de Jasidim, al escuchar semejante respuesta, se calmaron, sin antes asombrarse sobremanera en cómo el Rebe puede afirmar que "exageran" frente a los gravísimos pronósticos!
Durante todas esas horas, estaban todos pegados a las radios para oír los noticias en todo lo relacionado con la tormenta y el huracán. Afirmaban sin lugar a dudas, que esa medianoche llegaría el ojo del huracán a Miami, sin ninguna posibilidad de desviarse de la ciudad!
Aquellos que se fueron a acostar, no pudieron pegar un ojo. Todos esperando impacientes y asustados aquellas horas que se acercaban, que serían fatídicas.
Y aquí ocurrió el milagro: una fuerte lluvía cayó, acompañada de truenos y relámpagos - pero no más que esto! Ningun huracán, ninguna tormenta arrasadora. LLuvia, un chaparrón, y con eso terminó la historia...
Al amanecer, al salir los habitantes de sus casas, quedaron estupefactos de percibir un clima normal, sin ningún tipo de efecto secundario.
¿Qué había pasado? Parece que el huracán había de hecho llegado a la ciudad, pero no entró en ella! Milagrosamente se había desviado, a pesar de todos los "obvios" pronósticos.
Sólo entonces respiraron aliviados los habitantes de Miami, deduciendo que fue el Rebe mismo quién se ocupó de impedir una tragedia en la ciudad....
No hay comentarios:
Publicar un comentario