R' Moshe Klein 'שי estaba involucrado en Hatzole cuando pasó lo del 27 de Adar, a partir de ese momento, pasó a ocuparse y acompañar al Rebe regularmente en 770. Esta semana salió en la última Kfar Jabad una entrevista y allí, entre otras cosas, cuenta esta impresionante historia
"El programa habitual era que me quedaba con el Rebe todas las noches. Por supuesto, me quedaba despierto toda la noche, listo para cumplir todas las necesidades del Rebe. Dicho sea de paso, el Rebe hacía Netilat Yadaim varias veces durante la noche, y pedía que lo pasen de la cama a una silla y viceversa varias veces durante la noche.
Como me quedaba despierto por las noches fijo, me fijé un "seder" que a las 16:00 me iba a mi casa para descansar durante unas horas, luego me levantaba, iba a la mikve, y alrededor de las nueve de la noche volvía a mi turno en la habitación del Rebe.
Una noche, el 24 de Av del 5753, a las siete de la tarde, mi esposa me despertó y me dijo que mi cuñada, la Sra Eti Klein, esposa de mi hermano, R' Jaim Klein, Shliaj y Shojet en Johannesburgo, Sudáfrica, está del otro lado de la línea. Ella estaba llorando histéricamente y pidió que me despierten y hablar conmigo ya que algo muy grave pasó.
Me levanté, fui al teléfono y la oí llorar, incapaz de hablar. Pasó un tiempo hasta que se calmó y pudo contarme lo que pasó, y mientras tanto yo estaba asustado y no sabía qué pensar.
Ella comenzó a decir que mi querido hermano R' Jaim estaba en una Shejita a unos 120 kilómetros de Johannesburgo. Estaba por faenar una vaca grande y allí no hay instalaciones adecuadas adonde poner al toro para que no pueda moverse, sino que cuatro goim corpulentos lo sujetan. Cuando mi hermano se acercó para la Shejita, y en su mano el cuchillo filoso y grande, logró el toro levantar sus patas delanteras y darle una patada. El cuchillo penetró en la palma de la mano izquierda y la cortó por la mitad RJ"L. El cuchillo se quedó metido en la muñeca, desde el pulgar hasta el dedo meñique.
El sangrado fue muy aterrador. La situación era muy grave y llevaron a mi hermano al hospital local, donde se decidió hacer una cirugía inmediata para detener la hemorragia y coser la herida.
Por desgracia, el cirujano estaba en medio de una cirugía que se suponía debía terminar dos horas más tarde, y decidieron esperar las dos horas, pero después de media hora vieron que no frenaba el sangrado. Mi hermano llegó a una situación de Sacaná (peligro de vida), luego de haber perdido más de un tercio de su sangre. Entonces se decidió hacer la cirugía con un médico general que no es un cirujano profesional.
Este médico hizo la cirugía, que duró cerca de dos horas. Le dieron a mi hermano un par de unidades de sangre y detuvieron el sangrado; el médico cosió la mano con más de setenta (!) puntos de sutura.
Los médicos le dijeron a mi hermano que aparentemente se cortó el nervio del pulgar izquierdo y se necesitará otra operación, pero decidieron llamar inmediatamente a una ambulancia y transferirlo a Johannesburgo, para hacer la siguiente operación, arreglar todo y tratar de arreglar el nervio.
El médico en Johannesburgo dijo que las posibilidades de reparación de los nervios son muy pequeñas, y mi hermano se quedará sin la posibilidad de mover el pulgar, J"V.
En otras palabras, según lo que dicen, mi hermano no podría seguir trabajando nunca más en la Shejita.
La esposa de mi hermano contó todo esto. Siguió, entre llantos, diciendo: "Ahora, mi marido está débil como una mosca y necesitamos una gran Brajá del Rebe; Y qué va a ser ahora de nuestra familia bendecida con muchos niños (Bli Ain Hara) que se quedan sin comida?! (Parnasá)"
Después de esa llamada telefónica, no pude conciliar el sueño de nuevo. Inmediatamente me fui a la mikve y regresé a la habitación del Rebe. En ese momento sentí que mi cabeza estallaba de la fatiga y la preocupación por mi hermano.
Al comienzo de la noche no me atreví a acercarme al Rebe. A las doce aprox. el Rebe hizo Netilat Yadaim y comió algo, parecía que Rebe se sentía mejor. Ahora junté coraje, me acerqué al Rebe y le pregunté si podía mencionar algo. El Rebe asintió con su cabeza - sí.
"Mi querido hermano Jaim Yehuda Leib ben Pesha Leah, Shliaj en Sudáfrica y Shojet para la Kehila de Lubavitch de allí; tuvo un accidente de trabajo cuando uno de los toros se soltó de quienes lo sujetaban listo para la Shejita, y le dio una patada y el cuchillo afilado penetró en su mano; perdió más de un tercio de su sangre y le hicieron más de setenta puntos; los médicos dicen que no les parece que pueda volver a mover su pulgar izquierdo. Por lo tanto, no podría ser más Shojet, y tiene Bli a"h una gran familia, y de dónde saldrá la Parnasá".
Miré la cara del Rebe y he aquí el Rebe sonríe con una amplia sonrisa. Al principio me entró el pánico y no sabía qué más decir. Empecé a llorar y dije: "Rebe,
איך בעט א ברכה אויף א רפואה שלמה, ער קען ניט רוקן דעם פינגער! (Pido una Braja para una Refue Shleimo, no puede mover el dedo!)"
Entonces el Rebe sonrió más, y levantó su mano izquierda, haciendo un gesto de anulación, y dijo: ¡Ah! (Como diciendo: Eso no es cierto!). Lloré aún más, y le dije al Rebe:
"?ער וועט קענען רוקן דעם פינגער? ער וועט האבן א רפואה שלמה" "¿Él podrá mover el dedo? ¿Tendrá una recuperación completa? Y el Rebe respondió, escuché la respuesta de su boca : "Yeh"!
Y dije de nuevo: "ער זאל ער האבן א רפואה שלמה" Que tenga una recuperación completa", y el Rebe respondió: "Omein". Le dije: "א דאנק רבי!" Gracias, Rebe! y me sonrió con una sonrisa maravillosa.
Esto fue a las 12:20 de la madrugada, hora de Nueva York. Exactamente las 6:20 de la mañana en Johannesburgo!
A la mañana le escribí a mi hermano Jaim un fax con todos estos detalles. Entonces mi hermano me contó que a las 6:20, exactamente a la hora que el Rebe dio su Brajá, se despertó con un dolor tremendo en la mano y gritaba unos gritos terribles de tanto dolor.Así duró entre medio minuto a un minuto, e inmediatamente después el dolor se calmó. En ese momento intentó mover el pulgar, y Baruj Hashem, logró moverlo en todas las direcciones.
Increíble! un Nes revelado!
Incluso ahora, después de haber pasado más de veinte años, cuando cuento esta historia, tiemblo todo de la emoción."
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