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viernes, 28 de octubre de 2016
Jasidishe Maize: No puedo seguir siendo el mismo (quedar igual)
Reb Abba Pliskin se consideraba un simple Josid, a pesar de haber estado tremendamente activo en mantener los Jadorim clandestinos en la Rusia comunista y luego ayudó a que Lubavitch se establezca y florezca en Australia. Sin embargo, dejó de lado todos sus grandes logros, como si lo que hizo no fuera gran cosa y otros merecen el crédito de todos modos.
Después de estar en Australia por varios años, se mudó a Nueva York y sus amigos de Rusia aprovechaban toda oportunidad para reencender la estrecha amistad. Uno de ellos era Reb Mendel Futerfas, cada vez que iba al Rebe, se sabía que si no lo viste en 770, seguramente está hablando y haciendo farbrenguen con Reb Abba.
Una vez, cuando Reb Abba iba a otra ciudad, el Rebe le dio instrucciones de hacer un jasidishe farbrenguen allí. Con su simplicidad le preguntó: "Y ¿cómo se hace un jasidishe farbrenguen ?"
A esto, el Rebe respondió, comenzando la reunión contando una historia de un josid y no de un Rebe.
Al oír esto Reb Abba pensó para sí, ¿no sería mejor decir una historia de uno de los Rebeim? En el momento en que ese pensamiento entró en su mente, el Rebe continuó y dijo: "Si contas una historia de un josid, los oyentes saben que ese josid era un ser humano como él, y si ese ser humano puede lograr eso o superar esa dificultad , yo debo ser capaz de hacerlo también. Sin embargo, si dices una historia de los Rebeim, el oyente puede decir, que es muy hermoso, sin embargo, sólo un Rebe puede lograr eso y no una persona normal, así qué quieres de mí? "
Así que vamos a abrir este farbrenguen con una historia sobre Reb Abba.
En sus últimos años, cuando empezó a necesitar atención médica constante, la familia tomó la dolorosa decisión que era necesario para él meterlo en un hogar de ancianos.
En yud tes Kislev, Reb Mendel y otro de sus amigos lo visitaron en el hogar de ancianos para hacer farbrenguen con él. Amigo tan cercano y un josid especial, no debe perderse un fargrengen de yud tes Kislev. Siendo que él estaba acostado en su cama, lo acomodaron y lo levantaron para que pueda tomar una pequeña cantidad de lejaim y no le caiga mal.
Un momento después que bebió la pequeña cantidad, los dos se acercaron para bajarlo a su posición original. Dándose cuenta de sus intenciones, dijo, "no tan rápido".
Se volvieron hacia él y dijeron, por qué no, algo te molesta?
Reb Abba respondió: "Todo el propósito de un farbrenguen es que uno debe cambiar para mejorar y el hoy y el mañana no deben ser una réplica del ayer. Y quieres ponerme de nuevo en el mismo lugar y posición en la que estaba cuando entraste antes de que comenzara el farbrenguen? En otras palabras, estás indicando que el farbrenguen no logró nada. Eso no puede ser ".
Escuché esta historia al comienzo de un farbrenguen estas últimas noches de Reb Berel sheijye Mochkin. Lo contó con el ferviente deseo que los farbrenguens especialmente de las próximas noches cambien algo en todos y cada uno de nosotros.
(Jol Hamoed Sukot 5777, R. Sholom D. Avtzon)
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