Una vez en una helada mañana de invierno, cuando Reb Aizik Homiler estaba viajando, pasó por una base militar. Notó a un oficial que estaba de guardia fuera de la base, haciendo frente a las heladas, asegurándose de que ninguna persona no autorizada entre sin permiso.
Para su sorpresa él observó que un oficial de mayor rango llegó a la guardia y comenzó a golpear despiadadamente sus pies con una porra.
Siendo testigo de tal brutalidad, Reb Aizik no pudo ignorarlo y le preguntó al oficial de alto rango, "¿Por qué lo golpea así? ¿Qué hizo de malo? "
Respondió el oficial, "¿Qué clase de pregunta estás preguntando, que hizo de malo? ¿No ves que mientras estaba de pie en guardia, sus pies se congelaron por el frío!"
Esto realmente lo dejó atónito a Reb Aizik y dijo: "Y qué hay de malo con eso. No está acaso la temperatura acá afuera de una terrible helada y él obedeció la orden de quedarse en su puesto sin moverse. ¿Acaso es posible que los pies no se le congelen en tales circunstancias? "
El oficial le respondió: "El hecho de que él está en guardia y el hecho de que está al servicio de Su Majestad, el Zar, - eso mismo debería haberlo mantenido caliente!! El hecho que carecía de este entusiasmo, limita con la rebelión!"
Cuando Reb Aizik contó este incidente a los jsidim, dijo: hay una tremenda lección que aprender de esto. Hice davenen con eso durante tres meses, hasta que se convirtió en parte mía. Somos siervos del Rey de todos los reyes. Además, nuestro servicio es una obligación que tenemos, a Hashem. Esto mismo debería mantenernos calientes.
Queridos Jsidim del Rebe:
Los veintidós años desde Guimel Tamuz han sido un invierno largo, de heladas. Los vientos turbulentos están soplando más fuerte que nunca. Sin embargo, debemos recordar que estamos en una misión, una misión que nos fue dada por el Rebe. Enfocándonos en lo que somos - jasidim del Rebe, y cuál es nuestra misión - de difundir las enseñanzas de Jasidus y acercar a los Yehudim a Hashem, Su Tora y el cumplimiento de Sus mitzvot, eso mismo tiene el poder y la capacidad de mantenernos cálidos, hasta que tengamos el mérito de la venida de Moshiaj, que sea pronto en nuestros días.
Rab Sholom Avtzon
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